Killer Parner (KimTaeHyung)

15

-Felicidades

Elissa se acercó hasta detenerse a un lado de mí, estaba sonriendo, con los brazos cruzados y con olor a alcohol y melocotón.

-Hiciste un buen trabajo

No dije nada, simplemente solté el cuchillo de mi mano y caminé al espejo para tomar la botella y darle un trago.

-¿Ahora qué? –pregunté mientras miraba la botella en mi mano

-Pues lo normal, enterrarlo en el jardín junto con los demás

-¿Sueles invitar personas a casa?

-No, no suelo hacerlo

-¿Qué tan cuidadosa fuiste al traerlo aquí? –la miré

-¿Dudas de mi discreción?

-Solo pregunto

-Tae –caminó hasta mi para quitarme la botella –he hecho esto por mucho tiempo, sé cómo pasar desapercibida, no te preocupes –le dio un trago a la botella, me dio una sonrisa y salió del salón de baile con botella y cuchillo en mano

Le di una última mirada al hombre... a su cadáver, antes de caminar a la puerta, pero dejé mi mano en la manija cuando noté a Claris detrás de mí.

-¿Qué quieres? –pregunté

-Solo, advertirte

-¿Advertirme? –la miré -¿De qué?

Llevaba puestos unos shorts como los de Elissa, unos tenis un top de manga corta, con cuello en U y dejaba ver un poco su abdomen, todo, en negro como siempre.

-Sobre Elissa

-Ella no es peligrosa

-Lo es y tú lo sabes –sonrió -¿No te asusta que pueda matarte un día de estos mientras duermes o cuando menos te lo esperes?

¿Elissa? ¿Matarme? ¿A su pequeño Tae?

Ella no sería capaz de hacerme eso ¿O sí?

Dejé de mirar el suelo y la miré directo a los ojos.

-No me importa

-¿No lo hace?

-No –volvía a girarme hacia la puerta –estaré feliz de que ella me mate si así lo desea, la amo y si matarme la va a hacer feliz, por mi está bien

Elissa salió de casa topándose conmigo, llevaba una pala en la mano y guantes de trabajo puestos.

-¿Enterrar o limpiar?

-Limpiar

-Bien, las cosas están en los cajones de la cocina, debajo del lavadero

Como nos dividimos, Elissa se encargó de enterrar el cuerpo, simplemente la ayudé a llevarlo hasta donde lo enterraría mientras que yo me encargue de toda la limpieza del lugar.

Las palabras de Claris me rondaron por la cabeza mientras limpiaba el lugar.

Si Elissa realmente llega a matarme en algún momento, realmente no me importa del todo, ella es lo único que tengo en este mundo, si no es ella, no es nadie, así que está bien para mi si ella decide deshacerse de mí. 

Cuando terminamos con todo, los dos regresamos a casa, no sé si ella había desayunado antes, pero por lo menos yo no, así que tenía demasiada hambre, por eso fui a la cocina para preparar algo de comer, me había cambiado de ropa y me había lavado ya.

-¿Desayunaste? –pregunté a Elissa cuando se sentó en uno de los bancos de la isla de la cocina

-No, quería deshacerme de él lo más pronto posible, así que no desayune

-Te prepararé algo

-Gracias

Ella encendió la música y se puso a mirar su teléfono en lo que yo preparaba el desayuno.

-Sobre papá... -comencé, sin mirarla, sin despegar mis ojos de la comida en la estufa

-¿Qué sucede con él?

-Lo encontré

-¿Tan rápido?

-Anuncia sus servicios en internet, está en la ciudad

Escuche una sonrisa de ella.

-¿El hijo de perra fue tan estúpido como para no marcharse de la ciudad después de todo lo que causo?

Yo pensé lo mismo. Elissa no me matará, los dos somos iguales, no podemos vivir el uno sin el otro.

-Eso mismo pensé –dije

-Bueno, ya sabes dónde vive ¿Qué quieres hacer ahora?

Había penado en eso cuando encontré su dirección, pero creo que ahora quisiera ir lento, primero quiero saber qué ha sido de él en todos estos años mientras yo vivía con un ser maldito en el orfanato y ahora.

-Quiero ver qué ha sido de su vida

-Bien ¿Qué te parece si vamos mañana? Ahora mismo quiero solo dormir un poco

-Bien

Y así fue. Durante el día Elissa no hizo mucho, después de desayunar se fue a dormir un rato mientras que yo limpié la cocina y me puse a leer un poco hasta que ella despertó, después de eso, ella practico un poco en su salón de baile mientras que yo miraba algunas series y lavaba la ropa de los dos. Realmente fue un día tranquilo.

Al día siguiente, ella fue temprano a practicar a donde normalmente lo hacía y por la tarde cuando ella llegó, nos preparamos para ir hasta donde trabajaba ese hombre.

Los dos subimos a su auto, pero como mi rostro podía reconocerlo aún, Elissa me consiguió unos lentes oscuros y una gorra que me puse. Los dos subimos a su auto y por primera vez en mucho tiempo, disfrute del aire fresco sin la presión de no tener nadie, de la presión de tener que esperar hasta altas horas de la noche para regresar al baño de la estación de trenes. 

Incluso dormí un momento hasta que Elissa me despertó. Habíamos parado frente a un edificio de tres pisos de color gris y con grandes ventanales. Había un estacionamiento a un lado del lugar que señalaba que solo los clientes y empleados podían estacionarse.

-Aquí es –dijo ella

No sabía quién era, así que de las pocas personas que entraron no pude señalar a una.

-Entremos

-¿Entrar? –la miré

-Claro ¿Cómo vas a saber quién es?

No estaba seguro si quería entrar, dentro de mí, las emociones se estaban volviendo locas y no me dejaban pensar con claridad.

¿Qué pasa si él me reconoce? ¿Y si llama a la policía? ¿Y si se molesta al verme? ¿Y si a través de mi recuerda a mamá?

-No tienes que hablar si no quieres, déjamelo todo a mí, yo me haré cargo de todo

-Te lo agradecería

-Vamos

Los dos bajamos del auto y cruzamos la calle hasta que entramos al edificio. Era un lugar elegante, con muebles y decoración en gris, negro y café claro, todo muy bien decorado, con aire totalmente profesional pero no al punto de lo aburrido.