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Una vez fuera de la estación me quede un momento mirando hacia todos lados. Hace años que había vivido aquí, por eso no recordaba muy bien las cosas y necesitaba ubicarme un poco.

Caminé por un momento, mirando los edificios a mi alrededor de los cuales algunos se me hacían conocidos y otros no, algunas tiendas nuevas y unas que habían estado aquí todo el tiempo, pero de todos modos pude ubicarme un poco.

Al no querer gastar dinero en trasporte, tuve que caminar mucho, tenía hambre a esta hora, así que simplemente entré a una tienda para comprar una sopa instantánea barata que me ayudara a soportar un poco el hambre. Me senté en una banca y la comí antes de poder seguir caminando.

Para cuando llegué a la zona donde según yo recordaba que estaba ese lugar, no lo encontré. Estaba seguro de que era aquí, justo enfrente de la iglesia, pero no ahora, ahora era un edificio de gobierno del que entraban y salían personas con maletines de trabajo.

¿Ahora qué? ¿A dónde movieron todos los archivos de los niños y toda la información del orfanato? ¿Qué haré ahora? ¿Cómo voy a encontrar a Elissa?

Por un momento me sentí mareado así que tuve que sentarme en la banqueta, justo en la otra calle frente a ese edificio. Había muchos sentimientos encontrados ahora mismo. Ese edificio fue mi mayor pesadilla por años y estar aquí, frente a él, viniendo por mi propia cuenta era... confuso, aterrador, me daba coraje todo lo que pasamos en ese lugar sin que nadie se diera cuenta por tantos años.

Si esa mujer no hubiera muerto, todo nuestro tormento hubiera continuado quién sabe por cuanto tiempo más.

-No puedes rendirte de esta manera

Claris estaba sentada a un lado de mi con su mirada en ese edificio.

-Necesitas encontrarla a como dé lugar

-Lo sé -contesté

-Primero, debemos esperar aquí a que la noticia de tu escape baje un poco, para que las personas olviden tu rostro, después, entras a ese edificio y podes información del orfanato, tendrás que moverte rápido después de eso porque seguramente ellos llamen a la policía diciéndoles que alguien preguntó por ese lugar y eso alertara a la policía

-Ese era mi plan

-Claro que sí -sonrió y me miró -la vamos a encontrar, cueste lo que cueste

-Es la primera vez que siento amabilidad de tu parte

-Siempre he sido amable contigo

-No siempre lo sentí de ese modo

-Pues... siempre intente ser amable contigo -me dio una ultima sonrisa antes de levantarse del suelo, sacudirse el pantalón y comenzar a camina hasta dar vuelta en la esquina

Supongo que, tendré que quedarme en esta ciudad por un tiempo, pero ¿Dónde? No puedo pagarme una habitación de hotel, ni tampoco puedo conseguirme un trabajo en este momento.

Miré a mis alrededores hasta que recordé la iglesia. A unas cuadras de aquí había un comedor comunitario patrocinado por la iglesia donde mujeres aburridas de no hacer nada cooperaban todos los días para preparar comida que regalaban a los vagabundos o drogadictos, solo una comida al día. La bruja Lia nos hacia participar de vez en cuando en esas cosas para mantener la apariencia de que era una mujer completamente entregada a la caridad y para que nosotros conociéramos lo que era ayudar a los menos afortunados.

¿Me pregunto si aun tienen ese lugar?

Me levanté del suelo, me sacudí los pantalones y caminé hasta donde estaba ese lugar.

Al parecer todavía servían la comida porque apenas llegué, ya había muchas personas formadas, vagos con ropas sucias, rotas y apestosas. Supongo que las comidas las cambiaron a desayunos o lo que mis recuerdos casi nulos me permiten, yo recuerdo haber venido a ayudar por las tardes, nunca en las mañanas.

-¿Aquí es donde dan las comidas? -pregunté a uno de los hombres formados

El tipo me miró de arriba abajo. Él llevaba un gorro gris con las letras GR en negro, con una chamarra gruesa de color azul, unos pantalones de mezclilla y unos tenis rotos y sucios de color blanco.

-¿Eres un vagabundo?

-Algo así

-¿Desde hace cuánto? -se cruzó de brazos

-Hace una semana

Al principio parecía molesto, pero cuando le dije que, desde hace una semana, su postura firme se relajo por completo al igual que su mirada.

-¿Qué pasó contigo?

Al parecer, tengo que dar la suficiente lastima como para que ellos me acepten como un vagabundo más y no tener problemas para poder conseguir algo de comer.

-Mis padres murieron en un accidente hace un mes, me quedé sin trabajo por haber estado en el hospital después del accidente, sin trabajo, no pude pagar la casa y me corrieron, mis amigos me abandonaron y me queden sin nadie

-Wow... demasiada tragedia para poco tiempo

Levanté los hombros.

-Solo... trato de no pensar en eso

-Lo entiendo... sí, aquí es la fila para conseguir un poco de comida, te sugiero que siempre llegues temprano porque a pesar de que faltan 2 horas para que abran las puertas, tienes que llegar a tiempo o no alcanzaras

-Entiendo, gracias

-No hay de que

El tipo se dio la vuelta para leer un libro viejo que llevaba en las manos y yo me forme detrás de él.

Poco a poco más personas comenzaban a llegar y algunas se me quedaban viendo al no llevar ropa rota como ellos, pero aún así, no me decían nada, simplemente me miraban y se formaban en silencio. Algunos parecían conocerse porque se ponían a hablar entre ellos.

Después de dos horas, las puertas del lugar se abrieron de par en par haciendo que hubiera un poco de alboroto entre todos los formados, pero aún así, no rompieron la fila y continuamos en orden hasta entrar al lugar donde muchas mujeres algo mayores y muchas monjas atendían detrás de un mostrados donde nos entregaban una charola mediana de color negra forrada con papel aluminio, nos la entregaba, nos sonreían, nos pedían ir con Dios y así con el siguiente.

Muchos se iban, pero al aparecer ellas pensaban en nuestra comodidad porque había algunas mesas donde algunos se habían sentado ya, solos o con los compañeros vagos que se habían conseguido hasta la fecha.

Yo no quería quedarme, así que simplemente tomé mi comida y me fui del lugar. Caminé con la charola en mi mano hasta llegar a un parque donde dejé mi mochila contra el tronco de un árbol y después yo me recargué en ellos, con las piernas cruzadas y mi charola sobre ellas.

Quité el aluminio, lo hice una pelotita y lo guardé en mi mochila para tirarlo a la basura después. Me impresione al ver la comida. Había un jugo en envase de plástico de sabor durazno, un plato de plástico cubierto con plástico que contenía vena, tres burritos calientes, un poco de fruta picada como manzana y uvas, unas cuantas galletas de vainilla y unos dulces sabor cereza.

No era algo que me hubiera gustado desayunar, pero, era más de lo que he comido en estos días.

Y así mi vida de tener un departamento cómodo, con tres comidas al día, trabajo y una vida, se transformo a ser una persona perseguida por la policía, sin casa, sin trabajo, sin dinero, sin comidas, sin nada. 

Killer Parner (KimTaeHyung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora