capitulo 1 "La Encontré"

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Se encontraba amarrada con un cinturón de cuero al respaldo de la cama tamaño king que había en el cuarto, sus ojos estaban fijos en él, ese hombre el cual la tenía a su merced, la tenía temblando y suplicando por él, por su cuerpo, por su toque, anhelante de placer, su piel la traicionaba, estaba envuelta en una nube de extásis.

-Eres tan inocente.-murmuró él mientras tomaba su whisky de un sorbo el líquido dorado desapareció del pequeño vaso de cristal, se acercó a ella rápidamente, pasos largos hasta el final de la enorme cama, y con una cuerda roja amarró sus tobillos a cada extremo haciendo que sus piernas se abrieran y quedará completamente expuesta ante sus ojos, un pinchazo en sus extremidades por el brusco movimiento hicieron que gimiera de dolor, lo cuál a él solo lo excitó más, ese era su propósito, verla llorar de dolor, ser el causante de su placer extremo.

Su coño goteaba de excitación y él relamió sus labios, quería devorarla, hacerla suya, no dejar ninguna parte de su cuerpo sin marcas. Quería destruirla pero ella debía suplicar, debia pedir como la puta que era en la cama, su lado más sumiso debia ser solo suyo, llamenla loca por meterse con un hombre así pero eso le encanta, el solo hecho de pensar en ser humillada, follada, maltratada en esas cuatro paredes y que luego la trate como a su reina, eso es algo que la llena.

-por favor, te lo ruego…-hizo hincapié en esa palabra, sabía el efecto que tenía en ese hombre, él sonrió y luego de quitarse los pantalones por completo se trepó sobre ella como un lobo hambriento que acaba de cazar a su presa, pobre e inocente oveja.

Su dureza se frotaba contra su coño mojado y ella gimió cuando él atacó sus labios en un beso exigente, pues él era eso, un hombre exigente y apasionado, posesivo y tóxico.

-tan mojada, tan lista para mi, solo para mi..— alagó cuando sus dedos rozaron su feminidad, sus labios rojos como carmesí se abrieron ante el contacto de su piel, sus anillos ahora clavandose en la sensible zona de sus muslos.

-por favor, te necesito dentro de mi…

-¿Es así?.— se burló de su necesidad con una sonrisa.

-Es así, por favor…— lo miró a los ojos, sus mejillas rojas, sus caderas se molían contra su cuerpo, y en ese instante se dió cuenta que su autocontrol no daba para más.

Le encantaba le fascinaba verla suplicando por su toque, río entre dientes y se alineó perfectamente en su entrada para luego empujar hacia dentro, Dagmar gimió en voz alta cuando lo asimilo todo dentro de ella, él era grande y la joven podía sentir como se estira para adaptarse a su grueso miembro, el contacto piel con piel la volvía loca, muchas cosas sobre ese hombre la volvian loca.

-Eres mia Dagmar, solo mia.-la tomó por las caderas y desde la altura comenzó a embestirla profundamente, sentía como sus entrañas se movían en cada embestida, sentía que este hombre iba a ser su perdición absoluta.- ¡Mierda! Eres tan apretada y te sientes jodidamente bien.

-¡Más rápido por favor!...— rogó con su dulce voz entre gemidos y choques de piel, queria correrse deseaba deshacer el nudo que se habia formado en su vientre.

-te voy a destruir, ten paciencia, esta noche te correras mínimo once veces…— le advirtió.— tendrás tantos orgamos que será una fortuna si puedes caminar mañana.— sus embestidas se volvieron brutales.

-¡Dagmar! ¡Despierta carajo!.-La joven  sondolienta mientras abria sus ojos saliendo del sueño tan caliente que estaba teniendo el cual fue interrumpido por su amiga, se frotó los ojos para terminar de despertarse, un latido se hizo presente entre sus piernas haciendola sentir incómoda..

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