Five
Ha pasado un año desde que tuve el encuentro con Dagmar, no puedo soportarlo más, cada minuto sin ella me asfixia, su sonrisa, su cuerpo, su aura, su espíritu, todo, se fue, no la he visto y no se nada de ella, mis hombres la cuidaban pero dejaron de hacerlo por orden mia, no creo que a Dagmar le agradara que yo la protega cuando lo único que hice fue herirla.Me la paso trabajando para poder ocupar mi mente en algo que no sea ella, el día en el cual ella se fue mandé a Marco para sesionar que estuviera bien, lo estaba, llego a su departamento y no salió de allí por varias horas, Marco abandono el lugar para informarme.
Ambar no sabe más de ella, según la información que logre sacarle, Dagmar se fue de viaje al día siguiente de haberle dicho la verdad, no le dio explicaciones, solo empaco sus cosas y se fue a quien sabe donde, me dolió perderla por una verdad, esa verdad que me atormenta, no debí decirle, la perdí. Con Anna todo sigue igual, nos casamos por obligación, ella cree que logró enamorarme, pero no es así, jamás la querré, la noche de bodas estaba tan borracho que caí rendido en la cama matrimonial de la mansión que sus padres nos cedieron, no queria tocarla, ya no, solo deseaba dormir.. Todo sigue igual ahora.
-Hola amor.-La voz fastidiosa de Anna irrumpió mis pensamientos, siempre pensé que su voz tan horrenda solo se toleraba cuándo gritaba mi nombre hace tiempo.
Tomó mis mejillas y me dio un beso en la boca, pensé en Dagmar, como extraño sus labios, como se separaban para gemir mi nombre y apellido, lo rojos que quedaban al besarla con fervor, de sólo recordar a Dagmar gimiendo mi nombre mientras la inclino en mi escritorio es suficiente para que mi miembro se ponga como piedra, tengo a Anna aquí y si no arreglo esto no podré ir a la junta, y es muy importante, me levantó rapidamente de mi asiento y caminó hacia la puerta para cerrarla con seguro, la muy puta sabe lo que significa y me sonríe cuando volteo a verla, mientras se acerca a mí se quita sus tirantes y baja su vestido dejándome ver sus pechos, son bonitos, tengo que admitir que Chantel tiene lo suyo, un cuerpo esvelto, mis ojos brillan de lujuria y atacó sus labios rápidamente, la empotro contra la pared más cercana y aprieto su cuello con fuerza, sin piedad, no me importa si la estoy asfixiando, gime cuando mi mano abre sus piernas bruscamente y pellizcó su clítoris por encima de su ropa interior.
-Estas mojada Chantel…-gime en respuesta y sin perder el tiempo rompo sus bragas y estas caen al suelo, bajo mis pantalones y la embisto de golpe, una de sus piernas sube a mi cintura y grita mientras la embisto duró, hasta el puto fondo querida Chantel, me da asco lo puta que puede ser esta mujer.
-Five..-gime mi nombre con dificultad cuando aprieto mi agarre y como un animal salvaje la follo sin contemplación.- Justo ahí.-toque su punto dulce y salgo de ella para luego jalar su cabello y tirarla contra el escritorio y volver a embestirla bruscamente, sus gritos y gemidos me hicieron llegar al orgasmo, salí de ella sin importarme si acabó o no, solo la uso para mi propio placer.—es difícil que te resistas a mi.. sabía que no podría durar sin follarme por siempre..
Sonrió mientras se acomodaba la ropa, se acercó para besarme pero no lo acepte y saque de mi escritorio una pastilla del día después ¿Por qué tengo anticonceptivos en mi escritorio? Fácil, tengo una hermana la cual suele venir asustada por un embarazo o porque el idiota de su novio nunca tiene precaución. Le doy la pastilla y me cerciore que la tome.
-Tenemos que tener herederos Five...-dijo y volteó los ojos.
-Contigo jamás.— dije furioso, odiaba que sacara el tema de tener hijos, ni en un millón de años tendría un primogénito con está mujer.
-como digas Five…
-Vete Chantel, necesito trabajar.
-de hecho quería decirte algo…
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Adicción..
Romansa-Esto se ha vuelto una adicción, follarte es mi nueva adicción... -Five, por favor, fóllame..