capitulo 35 "Pérdida"

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Five
El recuerdo de esa noche invade mi mente, mi pulso tiembla pero no dejo de apuntar.

-No te vayas..

Mis manos aprietan su cuerpo contra mi pecho mientras lloro como un niño pequeño, está tan débil, tan herida, tan frágil.

-Five..

Sus palabras eran como un susurro casi inaudible, sus párpados se cierran e intentó despertarla pero se ha desmayado.

-aguanta Fiore, estarás bien cariño..

Aurelio me mira y mi mente disuelve los recuerdos, tomo aire y las palabras se deslizan por mi lengua.

-¿Fuiste tú?

Pregunte sin rodeos, él sabe a lo que me refiero y ríe como un cínico, cada vez estoy más seguro de que está loco.

-Si, yo fui, la use y luego se la di a mis hombres para que la devoraran como animales…

Mi mandíbula se aprieta tan fuerte que podría romper mis dientes, sujeto el arma y me arrodillo para golpearlo con ella, repetidas veces hasta dejarlo peor, veía rojo, solo quería acabarlo.

-¡Fiore no merecía eso! ¿Acaso no la amabas?.- pregunté en un grito mirándolo a los ojos.

-¡La amé! Le di todo y me tocó ver como te elegí a ti por eso hice lo que hice…

-¡Eres un maldito enfermo! ¡Carajo!.- pateo su cuerpo sin piedad, estoy enojado, mi sangre está llena de odio.- Espero que ella te perdone porque yo no...- no digo más y disparó repetidas veces contra su cuerpo, la luz deja sus ojos y la sangre me salpica, suspiro mientras mi cuerpo se siente aliviado por haber acabado con aquel ser tan vil que arruinó mi vida y que casi me quita a la mujer que amo.

-¡No! 

Ambar grita mientras corre hacia el cuerpo sin vida de su hombre, volteo hacia atrás al sentir una presencia allí, ella, mi pequeño y delicado Ángel corre hacia mi abrazándome con fuerza, envuelvo mis brazos a su alrededor y siento su calor.

-todo termino.- suspira y asiento, beso su cabeza mientras mis manos acarician su espalda.

-te llevare al hospital..

-Vámonos ya.. no tenemos nada que hacer aquí Five..- Valentina tomó el brazo de Dagmar ayudándole a caminar junto a ella, estaba débil, golpeada y sangrando.

-¡Esperen!.- grita una voz rota que nos hace voltear, mi ángel mira con tristeza a la morena y esta llora, sus ojos conectados, arrepentidos mientras agua salada sale de ellos.- lamento todo el mal que provoque, estaba ciega, amaba a alguien que solo me utilizo, no merecias esto.- Sus ojos se conectaron por unos segundos con los míos pero rápidamente volvieron hacia la mujer que tenía a mi lado.- solo… Perdóname…

Ambar sacó un arma y apuntó a su cien, Dami intentó correr hacia ella pero la detuve con mis brazos.

-¡No! 

Gritaba mientras veía a su ex mejor amiga cerrar los ojos y jalar el gatillo, su cuerpo cayó al suelo, junto al de Aurelio. Con Dagmar caímos al suelo mientras golpeaba mis brazos con dolor por lo que acababa de pasar.. segundos después se desvaneció en mis brazos y comenzó a llover sobre nosotros, el agua se mezclaba con la sangre derramada mientras cubría a Dagmar con mi chaqueta, subimos al automóvil y acelere hacia el hospital, no dijimos nada, ni Valentina, ni yo, ella solo miraba hacia el frente, estaba en shock…

___

Ha pasado una hora desde que ingresamos con Dagmar al hospital, los médicos la están atendiendo como es debido mientras que yo paseo de un lado a otro en este blanco mundo, estoy tan nervioso por lo que pueda pasarle a mi hijo o a ella, no quiero perderlos..
Valentina tomó mi auto y se dirigió a casa donde seguro mamá esperaba, dijo que traería ropa limpia y seca.

-¿Familiares de Dagmar Valente?

alzo mi mano y me acerco al médico el cual ojea en su libreta y luego me mira.

-Ambos están bien, sin dudas su esposa e hijo son muy fuertes…

Suspire aliviado, tranquilo, no los perdí.

-Muchísimas gracias Doctor…

-su esposa no puede hacer ninguna clase de movimientos bruscos por varios días, tiene que estar en completo reposo y abstinencia sexual..

-Entendido doctor ¿Puedo verla?

-está descansando ahora, cuando despierte le dire a las enfermeras que le permitan entrar…

Me sentí agradecido y me quedé sentado en la sala esperando a que ella despierte, necesito besarla, abrazarla, decirle cuánto la amo y el miedo que tuve de perderla…

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