capitulo 23 "España"

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-¡Dagmar! Por favor amor..- mis manos apretaban su estómago intentando frenar el sangrado. Sus ojos me observaban y lágrimas salían de ellos.

-Fuiste mi primer amor.- suspiró y su mano cayó justo encima de las mías que aún estaban contra su herida.

-¡No! No te vayas por favor.- Suplique abrazando su cuerpo contra el mío, sus ojos estaban abiertos pero sin su luz, estaban apagados.- Dagmar por favor.- apreté su cuerpo aún más y un sollozo escapó de mi labios, no podía perderla, me negaba a hacerlo.- ¡Dagmar! ¡MIERDA! por favor, te lo suplico amor, mírame, no puedo dejarte ir, no puedo, teníamos planes, por favor ¡Por favor!.- grité y las lágrimas se hicieron presentes mientras lloraba desconsolado con su cuerpo en mis brazos.- eres mi vida ¡Carajo!

Ella se había ido, ahora yo me iré con ella. Solté su cuerpo y me levanté del suelo para acto seguido tomar mi arma.

-te amo.- solté para luego jalar el gatillo contra mi sien, no recuerdo nada más, todo se volvio negro.

-¡Five!

Mis ojos se abren y una figura aparece frente a mi, es ella, la mujer que hace unos segundos había muerto en mis brazos.

-¿Qué pasa?

-estabas murmurando cosas dormido.

-¡Oh!.

Fue solo una pesadilla.

-¡Bajate! Tenemos que ir al Hotel..

-oh sí, si, tienes razón ¿Hotel? .- pregunté totalmente desorientado y sin saber una mierda.

-¿Estás drogado? Llegamos a España.- me miró con algo de confusión en su rostro.

-Pagaras por eso, ¡Cierto! España.

-¡Tarado! Iré con tu madre.

Sin decirme más se fue hacia la salida del Jet dejándome solo y aturdido por mi pesadilla aunque no pude evitar ver su trasero el cual voy a azotar más tarde.

-hijo al fin… me preocupaba por ti, Dagmar me dijo que estabas dormido.

-sí mamá, lo siento.-el sol molestaba un poco y me coloque mis lentes oscuros, me quite la chaqueta del traje quedandome solo en camisa blanca con los primeros dos botones abiertos dejando ver mi piel, me quite la corbata y les di mis cosas a los guardaespaldas, mire a mi alrededor y mis ojos quedaron cautivados por una figura femenina que estaba siendo escoltada justo frente a mi, avance hacia ella y la sujete de la cintura.- no me gustó que me hablaras así.- susurre a su oído.

-castígame luego amor.

Su tono seductor me encendió pero aguantaré hasta la noche, se soltó de mi agarre y uno de mis guardias me habló, deje que los demás se alejaran y me quedé con Pablo.

-Patron, Valdez quiere verlo esta noche, dice que tiene un nuevo trato para usted…

-Dile que iré ¿dirección y hora?

-su club principal a las nueve de la noche.

-gracias, prepara a tus hombres, se puede salir de las manos.

-claro jefe..

Le di un asentimiento y caminé para alcanzar a mi madre ya Dami.

-¿Qué quería Pablo, hijo? Problemas ¿Cierto.

-Es Valdez, quiere verme esta noche.

-espero sean buenas noticias, lidera bien hijo.

Sonrío y acaricio mi mejilla para luego avanzar nuevamente.

-Estaré tomando una siesta, el vuelo me cansó por completo. ¿Dami?

-Yo iré a nadar un rato…

-Está bien niña bonita. Nos vemos.

Mi madre se despidió pero antes me regaló un guiño, ella mejor que nadie sabe lo que siento por Dagmar, se dio cuenta y hasta me amenazó.

Me encontraba en mi oficina revisando unos papeles y fumando un habano cuando la puerta se abrió.

-apesta a humo.

-¿Qué haces aquí madre?

-Vine a hablar contigo sobre Dagmar.

¿Lo bueno de mi madre? Sus ganas de ser tan directa siempre.

-¿Qué pasa con ella?

-¿acaso crees que no noto sus miradas? Se miran con ojos de amor hijo.

-eso no es…

-No niegues lo evidente. Soy vieja y puedo ver bien las cosas, ambos se aman. Solo quiero que hagas las cosas bien, no seas como tu padre, se mejor que él hijo.

-Sí mamá, no puedo negarte que amo a Dagmar…

-¿Y Fiore?

-Ella se fue mamá, ya la deje ir, quiero que descanse en paz.

-Me alegra que la hayas soltado, ella merece descansar, la llegada de Dagmar te ha curado a ti ya mi.

-me ha salvado.

-la lastimas y juro por dios que te mato hijo.

-está bien mamá, no la lastimare, no de nuevo.
_____

-¿Cómo has estado? .- pregunté caminando a su lado.

 ¿POR QUÉ PREGUNTE ESO?

-Vivimos en la misma casa, nos vemos y follamos casi todos los días ¿y me preguntas eso?.- se burló y una risa salió de sus labios.

-¡Lamento preocuparme por ti!.-dije burlándome de ella a lo que Dami volteo los ojos, tomé sus caderas fuertemente obligando a frenar sus pasos y me acerque a su oído.- vuelve a hacer eso y te pondré de rodillas para que me chupes la polla.

Sus ojos me observaron y su labio inferior quedó atrapado entre sus dientes, mi dedo pulgar lentamente lo liberó de su prisión, agradezco estar en la puerta del hotel y me alejo de ella rápidamente.

-¡Señor Vega! Es un gran honor tenerlo aquí…

-Muchas gracias.- volteo hacia Dami quien se acercó a mi y uno de mis brazos la tomó por la cintura.- Ella es mi esposa, la señora Vega.
 
El encargado del hotel nos brindó una sonrisa y asintió para luego tomar la mano de Dagmar y besarle los nudillos.

-Bienvenida señora Vega, es un placer tenerla aquí.- me indicó hacia el elevador y asenti.- La suite.- le dijo a uno de los empleados.

-No, no quiero que se preocupen por nuestro equipaje, prefiero que mis guardaespaldas los lleven.- dije serio y mirándolos firme, ambos asintieron y me alejé un poco con Dami y apreté mi agarre en su cintura ya que se había quedado viendo la decoración del lugar.- sube amor.- susurre y ambos entramos al elevador, solos, son 99 pisos.

-¿Así que soy tu esposa?

-es necesario decir eso, al saberlo ningún hombre te mirara más de lo que debe.

-¿Sabes algo?.- negué y se posicionó frente a mi jugando con la tela de mi traje.- amo cuando eres tan posesivo.- susurró a mi oído y mi control se fue, atrape su cuello con mi mano ejerciendo presión, estampe mis labios contra los suyos y luego la mire a los ojos.

-Nadie, ¿Escuchaste bien? Nadie puede tocar o mirar de manera pervertida a mi mujer, si alguien lo hiciera tendría un serio castigo.

Asintió y tragó saliva nerviosa, sonreí y ataque su cuello para bajar mis manos hacia sus caderas y apretarlas contra mi para que sintiera la dura erección crecer en mis pantalones.

-me vuelves loco Dagmar, me vuelves jodidamente adicto a ti.

Nuestros labios se encontraron y los devoré, mi lengua entró en su boca y luchó contra la de ella. Mordí su labio inferior y luego lo chupe, mis manos apretaban sus caderas y cintura mientras que las suyas jugaban y profundizaban el encuentro enredándose en mi cabello.

El ascensor se frena y sus puertas se abren para revelar una suite, un espacio acogedor y lleno de luz gracias a los enormes ventanales y el gran balcón con vista a toda España.

-Bienvenida amor…


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