Dagmar
Me desperté con un dolor de cabeza muy espantoso, definitivamente anoche me excedí, al abrir mis ojos la luz me lastima e instintivamente vuelvo a cerrarlos, froto mi sien y me quejo, me doy cuenta de que, estoy cubierta por mis sábanas, volteo mi cabeza y veo el reloj, son casi las tres de la tarde.¿Qué hice anoche? ¿Cómo llego mi cuerpo a mi cuarto?
¡Ay no! Seguro folle con algún desconocido y está en mi baño en este momento….
¿Y si es Axel? si es él juro que le pondré a mi vagina un candado.
Me levanto rápidamente ignorando el dolor de cabeza y me percato que… estoy en pijama, o mejor dicho, en bragas y una blusa blanca de tirantes. Camino al baño y enciendo la luz.
-¡Ay qué alivio! .-suspiro al ver que no hay nadie, solo yo, vuelvo a mi cuarto y siento unos ojos sobre mí, volteó hacia la silla donde se supone que dejo mi ropa y allí está el hombre de mis sueños y pesadillas, Five Vega.- ¿¡Pero qué mierda!?.- instintivamente intentó cubrir mi cuerpo aunque lleve una camiseta y bragas, es vergonzoso, igualmente no hay nada que él no haya visto.
-Buen día Dami..
Maldito hijo de su mamá, su voz, con solo su voz matutina hace que mis rodillas se vuelven gelatina y mi estómago revolotea como si fuera una adolescente.
-¿Qué hicimos?
-¿te sientes bien?.-ignoró mi pregunta y se levantó de la silla, lleva puesta una camisa negra con los dos primeros botones sin abotonar dejando al descubierto su piel lechosa, una cadena de al parecer plata se deja ver en su cuello y sus mangas están arremangadas, sus pantalones son de vestir y están asegurados con un cinturón de hebilla ancha, si bien recuerdo son los mismos con los cuales me inmovilizó una vez o fue mi sueño..
-Te pregunte algo Five.. ¿Qué hicimos?
Intenté sonar firme y me acerqué a él pero me tambalee por culpa de mis estúpidos zapatos antes de caer al suelo sus grandes manos me atraparon por la cintura.
-ven aquí Dami..- me guió hacia mi cama nuevamente, se sentó junto a mi y mis dedos masajearon mi sien.- bebiste mucho anoche..
-Acaso tu y yo..-él sabiendo lo que preguntaría negó rápidamente con su cabeza y suspire tranquila, sentí un peso abandonar mi cuerpo.
-no follamos pero lo intentaste, quisiste convencerme de follarte. Pero me negué, follarte sobria es una cosa, borracha, es algo que no haría jamás..
-¿Qué?
Mis ojos se abrieron de golpe y lo mire, una sonrisa danzaba por sus labios y sin dudas es la sonrisa más hermosa del mundo, queria que la tierra me tragara en estos momentos, me le insinué ebria.
-Nos besamos y luego te dejé, sinceramente te felicito por haber subido las escaleras sola. Bastante bien para haber estado tan, borracha.
-g-gracias, creo.
-Mejor me voy, no quiero molestarte más, sólo no vuelvas a beber así, puede pasarte algo.
Se levantó de mi lado y sin esperar un segundo más desapareció por la puerta.
Besé e intente follarme a Five ¡Mierda! Yo y mis malditas hormonas.
Me abofeteo mentalmente mientras repentinamente recuerdos de la noche anterior divagan por mi mente. No me arrepiento para nada pero si siento un poco de pena por Anna, aunque esa mujer es una arpía nadie merece que le sean infiel, exacto, ni ella lo merece.
Tomo unas pastillas y luego estoy como nueva, bajo las escaleras corriendo y al parecer no hay nadie así que voy directo a la cocina a prepararme un café para despertar totalmente.
Con mi bebida en mano voy hacia la biblioteca a buscar un libro para leer. Al salir caminó descalza hacia el patio trasero, el césped se siente bastante bien contra mis pies, hace calor y el sol brilla tan fuerte que decido sentarme bajo uno de los árboles que hay aquí, tomó un sorbo de café y luego comienzo a leer; Orgullo y Prejuicio.
Un libro bastante hermoso y encantador me ha cautivado y aprisionado.
Mis ojos se desvían hacia la puerta por la cual yo salí y allí hay alguien, un conocido, Benjamin, uno de los varios matones que hay aquí, es un joven dos años mayor que yo, bastante guapo y carismático, he tenido oportunidad de charlar con él y nos llevamos bien, nos entendemos bastante, tenemos gustos en común.
-¡Dami! ¿como estas?
-¡Ey! Bien ¿y tú? .-pregunté mientras él me sonreía y se acercaba, se paró junto al árbol y yo imité su acción levantándome rápidamente del suelo.
-Bien ahora que te veo Dami, hace días no me cruzo contigo..- sonrió y no tardé en hacer lo mismo.
-estuve muy ocupada, últimamente doña Marina y yo pasamos tiempo en bailar o yendo a lugares, ahora que la menciono ¿sabes donde esta?
-Si, dijo que se iba a la casa de su hermana, no quería despertarte y decidió irse sin decírtelo, volverá pasado mañana y el patrón Five está en su oficina.
¿El patrón Five? mejor dicho, el hijo de puta de Five.
Asentí y tomé mi taza del suelo, lo mire a los ojos y él me sonrió, estábamos considerablemente cerca y un silencio incómodo se hizo presente entre nosotros, puedo apreciar sus facciones al estar cerca de él, sus ojos son marrones, como el café que estoy bebiendo, tiene labios finos y la mandíbula marcada, tatuajes cubren su cuello, tinta negra en forma de serpiente y una calavera, su perfume es embriagador, me sentí mareada por este hombre.
-eh-yo debería irme, creo.- dije nerviosa y ambos nos separamos, mi talón estaba cruzado por detrás del otro y no me percate de esto hasta que tropecé y Benjamin me tomó con sus grandes brazos por la cintura evitando que mi cuerpo caiga al suelo.
¿Por qué siempre debo caerme? ¡Mierda! Odio ser tan torpe.
-¿Estás bien?
Solo mire sus ojos color café, bastante hermosos y grandes, me perdí en ellos por unos segundos y asentí lentamente. Me enderece y aliso mi vestido y Benjamin se rasco la nuca nervioso, creo que nuestra cercanía lo puso asi.
-Dagmar..
Su voz, esa voz tan masculina y que tantas veces me habló, era Five. Ambos volteamos y allí estaba con su forma de pararse tan elegante e imponente, sus mangas dobladas hasta el codo y sus venas tan perfectamente marcadas en sus antebrazos y manos, los tatuajes lo hacen ver tan sexy, su mandíbula tan marcada, apretada y sus labios en una línea, sus ojos penetrantes, esa mirada tan dominante y que puede ponerme de rodillas, lo admito, Five Vega sigue teniendo un gran efecto en mi, de solo verlo puedo imaginar mil cosas, sus orbes hacen agujeros en mi cuerpo, mi cara se siente caliente y el joven a mi lado se aclara la garganta haciéndome dar un leve salto.
-Nos vemos luego Benjamín..-suspire y camine hacia Five con mis cosas entre mis dedos, el libro pegado en mi pecho y mi cabello cayendo por mis hombros, doy pasos rápidos y me freno al lado de este hombre que tanto daño me hizo, que tanto ame y que tanto amo.- ¿Qué deseas?
Su colonia inunda mis fosas nasales quitando el olor de la colonia de Benjamín automáticamente, esto acaba haciendo que un mareo inunde mi cuerpo, mis dedos se aprietan contra la portada del libro y él sigue mirando a Benjamin quien camina rápido hacia su puesto de trabajo, cuando desaparece de su campo de visión él voltea hacia mi.
-A ti en mi oficina, ahora..- su tono sonaba como si no fuera a repetir lo que dijo, asentí y me asuste por su voz tan firme y fría, avancé pero Five no me miraba, en cambio estaba clavando sus ojos en Benjamín.- por favor..- dijo por fin y proseguí a caminar hacia allá.
Dejé mis cosas en la mesa del comedor y lentamente fui hacia la oficina. La puerta se abre y Five me hace una señal de "pasa" lo hago y siento la puerta cerrarse.
-¿Para que me querías?
-Necesito que hablemos sobre anoche...
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Adicción..
Romance-Esto se ha vuelto una adicción, follarte es mi nueva adicción... -Five, por favor, fóllame..