Dagmar
Otra noche más trabajando en el bar, todo está yendo de maravilla, Five mandó a decir que quería verme en su oficina más tarde y creo que ya es hora de ir, me quito el delantal y dejo mi lugar a Vanessa. Subo las escaleras hacia donde su oficina se encuentra y tocó la puerta hasta escuchar un "pase" a lo lejos, tomo el pomo y lo hago girar abriendo dicha puerta, en mi campo de visión aparece él, ese hombre tan apuesto, sus ojos se encuentran con los míos y su mirada es tan profunda que siento mis rodillas debilitarse, es muy nueva esta sensación para mí, nunca me sentí así.¿qué mierda me pasa? ¿Por qué me siento así con Five? Apenas lo conozco y creo que siento atracción por él. ¡carajo Dagmar!
-te estaba esperando.— dijo moviéndose hacía mi dirección, retrocedí un poco.
-¿para qué? si puedo preguntar..- dije timida mientras él se apoyaba en el escritorio, sus manos atraparon el borde de la madera y se aferraron a ella como si su vida dependiera de ello. Se aclaró la garganta y me miró.
-Dagmar, llevas tiempo trabajando aquí .- comienza mirandome y yo asiento levemente, los nervios comenzaron a hacerse presente en mi, comencé a jugar con mi anillo mientras mis dedos sudaban.- es más que merecido que tengas un ascenso..
Mis ojos se abrieron, carajo, este hombre fue directo al grano ni siquiera me ofreció asiento pero mis nervios se aplastaron un poco al escuchar eso, pensé que me iba a despedir o algo parecido.
-Yo-eh, ¿Ascenso?.- tartamudee pero él asintió tranquilo, empecé a jugar con mis dedos.
-Quiero que seas mi mano derecha, digo, tienes tu libreta de empleado sin quejas, eres puntual y bastante exigente contigo misma, creí que es una buena idea y repito lo tienes más que merecido...
-Pero Alfonso es su mano derecha...- susurré mirandolo a los ojos, él asintió.
-Alfonso es bastante desalineado, tiene quejas por parte de los bartenders, seguridad y meseros.- sus ojos se encontraron con los mios y su expresión se suavizo.- en cambio de ti tengo muchas buenas palabras, tus compañeros te admiran por tu desempeño, no quiero dar vueltas ¿Aceptas?
Es una gran oportunidad pero eso quiere decir que tengo que estar más cerca y pasar más tiempo con él..
Basta Dagmar, deja de ser cobarde, esto significa que tendrás un sueldo más alto y podrás comprar lo que tanto quieres, podrás comprar un auto..
-Si, acepto.-dije al fin sin titubear, me sentí valiente y me sorprendí de mi misma.
-Bien, entonces, bienvenida colega..-rodeó el escritorio y extendió su mano hacia mi, dude en tomarla, mordí mi labio y limpie el sudor de mis palmas contra mi falda.
Colega, suena bien, me gusta.
Tomo mi mano y beso mis nudillos sin despegar sus ojos de mi, era tanta mi emoción que me deje llevar y lo abrace fuertemente susurrando gracias cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo lentamente me aparté avergonzada, sabía que mi rostro estaba rojo de la vergüenza.
-lo siento, me gano la alegría.- la vergüenza invadió mi cuerpo y me sonroje.
-esta bien Dami.
Sus palabras, el modo en que suena ese apodo me hace sentir mil cosas, suspire, estábamos muy cerca, un solo mínimo movimiento y mis labios estaban sobre los suyos, quería que me besara, creo o es la emoción del momento, o enserio quiero ser besada por él.
-si no te alejas no podré resistirme más tiempo.-susurró mirando mis labios y luego mis ojos, era como si estuviera controlando un animal dentro de él, hice lo mismo, miré sus labios, sus ojos y sentí mis piernas volverse gelatina, su mano atrapó mi cintura y la otra tomo mi mejilla, no dije nada solo mire sus labios y lentamente me alejé, no estaba bien, esto no tenia que pasar no podía dejar que mi emoción me ganara.
-creo que debo irme..
Se aclaró la garganta y mientras se arreglaba la corbata volvió a su asiento justo detrás del escritorio de madera, podia ver sus pupilas dilatarse, sus nudillos se volvian blancos mientras apretaba la dura madera del escritorio.
-mañana ven asi arreglamos todo, tu escritorio y los papeles....- murmuró con semblante serio.
-está bien, adios.
-Adiós Dagmar.
Sonreí, me encanta como mi nombre sale tan perfectamente bien de sus labios, volví a mi puesto de trabajo con una sonrisa de oreja a oreja, al fin ya no tendría que aguantar groserías de mujeres y hombres, al fin, con el esfuerzo pude lograrlo..
Ambar noto mi felicidad y no tardé en contarle, me felicitó y dijo que me llevaría a festejar el fin de semana.-¡Te lo merecias carajo!.-Rio mientras me abrazaba.
Ambar es esa amiga que nunca pudo envidiar lo ajeno y siempre pude compartir mis logros con ella y viceversa, ella está conmigo y yo con ella, siempre.
-te amo..
-Yo a ti perra..
Reímos y luego de unos momentos volvimos a trabajar, es mi última noche trabajando aquí en esta barra.
__________________-Estoy agotada, creo que fue la noche más pesada del bar.-dijo con voz cansada la morena.
-lo fue, creo que lo mejor es irnos a dormir.-declare mientras me quitaba la ropa, nunca tuve vergüenza de mostrarle mi cuerpo a mi mejor amiga, vivimos juntas hace tiempo, nunca sufrí de problemas de autoestima, amo mi cuerpo, es hermoso, o por lo menos eso creo yo y... Ambar, mis pechos son de un tamaño normal, ni muy grandes ni muy pequeños, tengo una cintura notable aunque mi abdomen no es del todo plano, mis muslos son anchos aunque me gustaria tener piernas largas mi altura no ayuda.
-cuéntame más de Five..-dijo curiosa mientras se quitaba el brasier, yo imite su acción mientras sonreía como idiota y tiraba el material hacia el sesto de ropa sucia en su lugar me colocaba una camiseta corta con unos shorts, Ambar se tiró encima de la cama haciendo que los resortes emitieran un leve sonido.
-bueno él es tan...fuerte.- sonreí pensando en su cuerpo.-.. apuesto...- pensé en su sonrisa, sus ojos penetrantes.- él es muy interesante.. creo que cualquier mujer caeria a sus pies, tiene una forma muy interesante de ser..
Ambar me miró divertida, es la primera vez que me ve así, hablando de un hombre, es que, mi vida amorosa es nula.
-¿tu también caerias a sus pies? Perra creo que te gusta..
-¡No! Ambar yo no puedo enamorarme de él, mucho menos puede gustarme, no soy su tipo, aparte él es nuestro jefe...
-Dagmar eso no importa pero.. ¿como sabes que no eres su tipo?.
Me quedé callada, no sabría deducir si soy o no su tipo de mujer, solosiento que solo quiere acostarse conmigo, esto es tan raro, nunca me había sentido así, tan, confundida.
Me tiré a su lado, y comenzó a acariciar mi cabello mientras mis dedos encendían la televisión.
-Dami, no quiero que te lastimen pero si se te da la oportunidad de estar con él, hazlo y si él te lastima prometo cortarle el pene..- reí ante eso y luego me trepe sobre su estómago y sonrei sentandome a horcajadas sobre ella.
-esta bien Ambi..-suspire y le sonreí.-gracias.- le di un beso en la frente y me baje de su cuerpo para luego ir hacia el baño..
-creo que me ire a dormir..
-descansa, yo me iré a duchar..
-descansa..- me tiró un beso y la vi darse vuelta dandome la espalda, desaparecí por el marco de la puerta y me metí en la ducha luego de quitarme las bragas, el agua caliente me vino de maravilla pero mi mente estaba en su propio mundo...
¿Acaso me gusta? ¡No! no puedo, lo conozco hace poco tiempo y está, mal..
Mi mente estuvo con esa pregunta hasta salir de la ducha. Me dormí sin poder responderme a mi misma, quería convencerme de que no lo estoy pero no puedo mentir, siento atracción por él, sus ojos me hacen sentir pequeña, me siento atraida por ese olor a colonia cara, su voz hace que mis rodillas tiemblen y cuando dice mi nombre ¡joder! Siento que mi estómago tiene mariposas.
Siento atracción por ti Five Vega.
ESTÁS LEYENDO
Adicción..
Romance-Esto se ha vuelto una adicción, follarte es mi nueva adicción... -Five, por favor, fóllame..