Capítulo 1

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NARRA NAIELY WADE

Estoy feliz de ver que volviste.

Pocos lo hacen. Al verme y conocerme realmente, siempre huyen...

Qué bueno saber que tú no lo hiciste.

Todos me juzgan y no se dan cuenta que yo misma soy mi mayor tortura.

Sus muertes fueron mi culpa.

Mis razones de vida me dejaron por mi culpa, solo por insistir en que viajáramos de noche...

Siempre me gustó el voleibol, pero ahora simplemente no lo tolero, ver a los competidores, el balón, la cancha simplemente me mata por dentro, me deja más podrida y adolorida de lo que ya estoy.

Fue hace un par de años, eran las nacionales y yo me había retrasado, así que íbamos en contra del tiempo. Mi madre y mi hermana me acompañaban en el viaje, pues tenían miedo de que me perdiera o no llegara, pero sé que la verdadera razón era que ellas querían verme jugar y yo no quería decepcionarlas, ellas lo eran todo para mí, así que acepte, no sé cómo ni por qué, pero en la mitad del camino empezó a nevar, en muy pocas ocasiones cae nieve por estos lados, por lo tanto, que cayera justo esa noche fue de mala suerte.

Mi madre iba conduciendo, yo iba de copiloto y mi hermana estaba en la parte trasera del lado de mi madre, ya que le encantaba mirar por la ventana, Pixie tenía catorce años, pero esa manía no se le quitaba.

En un momento mi madre, Amelia, insistió en que paráramos a un lado de la carretera para descansar ya que yo no podía conducir todavía y mi hermana menos, además mi madre ya estaba cansada, ojala le hubiera hecho caso, pero mi testarudez salió a la luz y me negué aludiendo que llegaríamos tarde y no podría competir, mi madre acepto y siguió conduciendo, tres horas más tarde mi hermana se mareo y se bajó un momento a vomitar, al volver a subirse no se colocó en cinturón, aunque mi madre le dijo que lo hiciera.

Íbamos bien por la carretera, pero en una curva mi madre no pudo tomarla bien ya que estaba muy cansada se le cerraban sus ojitos, el carro patino por la nieve y chocamos muy fuertemente contra un árbol debido a la velocidad que llevábamos, vi en cámara lenta como mi Pixie iba de un lado a otro por el impulso y su cabeza golpeaba sobre la ventana, la sangre de mi hermana me salpico, mi madre también se golpeó el cuello, me miro y cerro sus ojos, un fuerte grito salió de lo más profundo de mis cuerdas bucales y de la nada, todo se detuvo, mi cabeza empezó a doler horrible, sentía algo caliente bajarme por la frente y los brazos, me aterraba ver qué había sucedido, mi vista se llenó de puntos negros y ya no podía enfocarla, mis brazos y piernas se entumecieron, mi cabeza empezó a dar vueltas y cerré mis ojos para dejar que una gran bruma me cubriera.

. . .

El aire me empezó a faltar, así que trate de abrir mis ojos y expulsar la bruma que me cubría, pero no lo lograba, intentaba con todas mis fuerzas abrir mis ojos, pero esa bruma no cooperaba, hasta que me tranquilicé, me enfoque en quitar la tensión de mi cuerpo y fue ahí cuando esa bruma empezó a desvanecerse y pude abrir mis ojos, sin embargo, era tan brillante lo que vi, que cerré los ojos por inercia.

¿Estoy muerta?

No seas estúpida, Naiely

Perdón.

Trate de abrirlos otra vez, pero más lento y solo vi color blanco, mire a los lados y también estaba en blanco, empecé a moverme incomodo, el aire seguía faltándome y fue cuando me asuste, empecé a hiperventilar y me senté (en donde sea que estuviera), el movimiento fue tan brusco que me desoriente por un momento y empecé a gritar, pero esa cosa blanca seguía en mi campo de visión, algo o alguien la quito y vi muchas personas a mi alrededor, pero no lograba reconocerlas, iban de un lado a otro como hormigas sin descansar, me obligaron a acostarme y pusieron una máscara en mi rostro, trate de luchar, pero fue inútil y otra vez la bruma me cubrió.

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