Capítulo 2: Un Héroe

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- Te t-tengo...-

KyungSoo abrió los ojos al sentir una fuerte presión en su mano.

Miró hacía arriba y vió a un chico sosteniendo fuertemente su muñeca. El pobre chico se sostenía con todas sus fuerzas a la orilla del barandal con una sola mano, mientras con la otra no soltaba ni aflojaba el agarre en la mano de KyungSoo. KyungSoo parpadeo un par de veces y trato de safarce del agarre, pero fue inútil, el chico lo sostenía con todas sus fuerzas.

- ¡Suéltame!- gritó KyungSoo, pero el chico se inclinó más y apretó más su mano a la de KyungSoo.

- ¡No lo haré!- respondió el chico sin titubear.

- ¡Déjame ir por favor! ¡Suéltame!- insistió KyungSoo.

El chico se debatía en soltar la baranda y sostener con ambas manos a KyungSoo, o jalar de un solo golpe y subir al chico que había saltado del puente. No quería cometer algún error y ver al chico caer al agua, sobrevivir a la caída era prácticamente imposible.

KyungSoo forcejeo para soltarse del agarre, golpeó la mano del chico para hacer que éste lo soltará. Sus ojos picaban por las lágrimas, solo quería que lo dejara caer.

- Por favor... Te lo ruego, déjame caer...- suplico al chico para que lo dejase caer al vacío.

- No-no lo haré- le respondió. El chico dudo un poco, pero continuó.- Se... Se que tal vez no encuentres una salida y éste sea tu escape, pero créeme, siempre la hay. ¡El mundo es una mierda! ¡No dejes que te venza así!- gritó.

De los ojos de KyungSoo brotaron lágrimas de dolor, ese chico entrometido no sabía nada, no tenía por qué meterse en lo que no le importaba. Era un completo desconocido que solo había interrumpido sus planes y estaba hablando mierda. KyungSoo forcejeo con insistencia y la fuerza en el agarre del chico disminuyó. KyungSoo sintió miedo.

- ¡No sabes ni una mierda! ¡Déjame caer! - a pesar del infinito miedo que sentía, KyungSoo gritó con desesperación.

- ¡Entonces me arrojare contigo! ¡Si tú saltas, yo salto!- el chico respondió sin dudar.

Los ojos de KyungSoo se agrandaron, ¿Que es lo que estaba diciendo ese extraño? ¿Arrojarse junto con él? ¿A caso estaba demente?

- ¡Estás loco, suéltame ya!-

- ¡Oh no, créeme que no lo estoy! ¡Saltaré detrás de tí si lo haces!-

Algo dentro de KyungSoo se movió. ¿Alivió, quizás? No lo sabía, quizás muy pero muy en el fondo de su corazón KyungSoo sí quería seguir viviendo, pero no de la manera en la que lo estaba haciendo.

KyungSoo cerró lo ojos y tragó duro. No. No debía titubear. Con todas sus fuerzas forcejeo una última vez más para que el chico lo soltase.

Un fuerte dolor se apoderó desde sus manos hasta los hombros. El chico lo había subido de un solo tirón y había evitado su evidente desenlace.

Habían salvado a Doh KyungSoo.

Un completo desconocido lo había salvado de una muerte segura.

Un fuerte quejido salió de los labios de KyungSoo y de el chico. No había sido una caída con final de muerte, pero el golpe al caer en la acera de igual forma había dolido.

KyungSoo respiraba rápidamente no pudiendo creer lo que acaba de pasar, sus ojos ardían y dolían, su cuerpo entero en si dolía. Abría y cerraba los ojos de forma rápida, el sonido de su corazón podía escucharse quizás a kilómetros de distancia. Se dejó caer completamente en el piso, importandole un demonio que estuviera mojado por la leve llovizna que caía. Dentro de si mismo KyungSoo sentía un gran alivió, no podía negar que había sentido mucho miedo, y el valor que había reunido se había esfumado como el humo.

Su respiración fuerte fue cesando de a poco hasta que se regularizó. Miró a un costado y pudo ver al chico a su lado con los ojos cerrados y respirando acompasado con una ligera sonrisa de satisfacción en su rostro. El chico tenía una mano en su pecho y la otra en su estómago. KyungSoo miró subir y bajar el pecho del chico y se preguntó quién diablos era y por qué lo había salvado. ¿Quién se creía que era? ¿Un estúpido héroe con cara de ardilla?

- ¿Por qué lo hiciste?- preguntó KyungSoo mirando al chico.

- No lo sé- respondió el chico mirando a KyungSoo con una sonrisa en los labios.

- ¿No lo sabes? ¡Ja!- bufó KyungSoo incorporándose del suelo.

- De nada- dijo el chico imitando la acción de KyungSoo y sentándose más cerca de él.

- No tengo nada que agradecerte, debiste dejarme caer-. KyungSoo bajo la mirada.- Debiste soltarme...-

- Entonces yo habría saltado contigo...-

- Porque lo harías, ni siquiera me conoces...- KyungSoo hizo una leve pausa.- Estás loco.- Finalizó.

- Me llamo MinSeok, pero todos por aquí me dicen XiuMin- El chico, MinSeok, extendió la mano hacía KyungSoo esperando un apretón de manos.

KyungSoo miró la mano de MinSeok unos segundos y exhaló apretando la mano del chico en un fuerte saludo.

- KyungSoo, Doh KyungSoo.-

MinSeok sonrío.

- Tengo hambre, ¿Quieres comer conmigo? Yo invito.-

KyungSoo miró un momento el rostro sonriente del chico. Lo miró escaneando cada detalle de MinSeok.

Ojos rasgados y bonitos, sonrisa un tanto chueca pero linda, daba un aire de tranquilidad y seguridad. Su ropa se encontraba totalmente desgastada, sin mencionar que tenía roturas por algunos lados. Los tenis del chico estaban sucios y viejos, a simplemente vista podría ser un chico de la calle, un sin hogar, o como las personas solían decir; un vagabundo.

MinSeok se sintió incómodo por la mirada que KyungSoo le dió. Se rascó la nuca y dijo:

- No tienes que venir si no quieres, pero espero que no trates de saltar de nuevo- sonrío con tristeza.- Se que no soy nadie para sermonarte, pero... Es triste ver qué alguien quiera morir de esa manera. Mírate, eres joven, aún tienes un futuro por delante a comparación de...- MinSeok calló de repente.- De otras personas menos afortunadas...- continúo desviando la mirada.

El corazón de KyungSoo se encogió.

- No sabes nada...- murmuró KyungSoo desviando la mirada.

MinSeok sabía que no tenía ni la más remota idea de lo que ese chico estuviera pasando, pero la verdad sea dicha. El chico se veía de una buena posición social, su ropa -para empezar- se veía muy fina, la suavidad de sus manos era suave como la de un algodón, sí, no podía evitar negar que el chico se veía muy maltratado, tenía moretones en su rostro bonito, y en su cuello había marcas de dedos. Pero, ¡vamos! Podía ser cualquier cosa, pelea en la escuela, bullying... Etc. Nada que un adolescente no pasará por esa etapa.

- Lo sé, tienes razón. Pero quiero que sepas que aunque no veas la luz al final del túnel siempre la hay, quizás esperas que esa luz llegue de inmediato, pero todo llega a su tiempo.- MinSeok sonrío.- Yo aún espero mi luz, se que algún día llegará.-

Pobre iluso.

KyungSoo no puede evitar ese pensamiento. No hay luz al final del túnel. No hay ni un solo rayo de luz para él. No la hay. No existe.

Nuestra Historia De Amor [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora