Nuestra Historia De Amor [KaiSoo]

Capítulo 6: Verdades Dolorosas

El silencio era incómodo, tan incómodo que KyungSoo podía mirar a cualquier parte de la pequeña oficina del padre Park, menos a él mismo cura.

A sus pies, su fiel amigo Júpiter le hacía compañía, con una mano KyungSoo acariciaba el pelaje del perro, mientras que con la otra apretaba fuertemente el juguete que a penas algunos minutos atrás, ese chico llorón le había prestado. Se sentía estúpido, no cabía duda, pero sinceramente con el juguete en las manos se sentía un poco más relajado, era como si fuese un pequeño juguete anti estrés.

KyungSoo miró de soslayo al padre Park, el hombre meramente lo veía con escepticismo, tenía una ceja alzada y en sus manos un bolígrafo que daba vueltas en espera de que KyungSoo hablara. Había hecho varias preguntas a KyungSoo, pero el chico sinceramente no tenía ganas de responder, no al menos de su pasado y menos de informarle de dónde venía y si tenía familiares. Por que claramente sí los tenía, y el solo hecho de pensar en sus padres el dolor que sentía en su pecho y en su corazón le hacían sentir miserable, y realmente no quería sentir más ese dolor mental que lo lastimaba y agobiaba.

Al final, el padre Park suspiró rendido, el chico claramente no quería hablar. Y estaba bien, por que tampoco ChanYeol lo quería presionar, como él siempre decía 'todo a su tiempo'.

ChanYeol lo miró con ternura y suspiró rendido:

- Bien, si no quieres hablar no te presionaré. Entiendo que no te sientas cómodo hablando de algo que te agobia con un desconocido como yo, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí y venir hablar conmigo cuando tú corazón se sienta preparado, -Miró a KyungSoo y le sonrió.- Mientras tanto, puedes quedarte aquí el tiempo que quieras. Cómo puedes ver, no es el lugar más bonito del mundo pero es acogedor, hay comida caliente todos los días y un techo que nos cubre del sol y la lluvia, -

KyungSoo alzó la mirada y por fin lo miró a los ojos, el padre Park miró los ojos del chico, estaban algo hinchados por haber llorado mucho y algo rojos a causa del llanto, sin duda alguna el padre Park podía ver lo jóven que el muchachito era, ya que lo veía bien, calculaba que el chiquillo tenía quizás alrededor de unos catorce o quince años, no más, quizás de la misma edad de BaekHyun.

KyungSoo asintió al hombre bajando la mirada.

- Busca a BaekHyun, él te llevará a las habitaciones donde los chicos se quedan. Y dile a MinSeok que venga a mi oficina, necesito hablar con él -

KyungSoo volvió asentir y se dirigió a la puerta de salida, el Chow Chow lo siguió sin dudarlo. Antes de salir, la voz gruesa del padre Park lo detuvo quedando su mano en el pomo de la puerta.

- Solo una cosa más - dijo el hombre con seriedad.

KyungSoo escuchó atento sin soltar la manija de la puerta.

- Ese chico, JongIn, al que trataste como retrasado mental, lo vuelves a llamar así y te vas de la iglesia. No permitiré discriminación ni insultos de ninguna índole en la casa de Dios, JongIn no se toca, puedes retirarte.- finalizó el padre Park.

La dureza con la que dijo tales palabras hizo a KyungSoo querer salir corriendo. Casi por un instante la amabilidad del hombre se había ido. Sin esperar un segundo más, KyungSoo salió con un nudo en la garganta. Caminó apresuradamente por los pasillos de la iglesia en busca de BaekHyun. No dejaba de pensar en la advertencia que el padre Park le había hecho, ni siquiera fue sutil, le dejó en claro que ese estúpido... No, que ese tal JongIn no se tocaba. En primer lugar KyungSoo no sabía que ese chico era un retrasado, el chico se miraba normal, era alto, guapo, y tenía un color de piel un poco más bronceada que la de los demás, a simple vista era como un chico común y corriente como los que veía salir de la universidad cuando él salía de la escuela. No fue intencional llamarlo así, estaba enojado, el chico ese había tirado su preciada comida, estaba frustrado, molesto, tenía un tumulto de emociones tan fuerte que el simple hecho de chocar con ese tal JongIn todo ese revuelo que sentía simplemente explotó. Nunca fue su intención llamarlo así, ese accidente fue el resultado de toda la impotencia que sentía en su interior. Solo eso.