- ¿Por qué no me lo dijiste?-
- Buenas noches para tí también, JongDae -
- Al diablo con tus buenas noches, no lo volveré a repetir, ¿Por qué no me lo habías dicho?-
- Sería bueno saber en primer lugar, que se supone que no te dije -
- El chico, MinSeok, ¿Por qué no me dijiste que todo éste tiempo estuvo contigo? ¿¡Ah!? Que buen amigo eres, cura del diablo -
- No blasfemes, JongDae. ¿Por qué tenía que decírtelo en primer lugar? ¿A caso me preguntaste por él alguna vez?
El mutismo de JongDae a través de la línea lo dijo todo, realmente no sabía que decir ante lo dicho por ChanYeol. El corazón de JongDae había bombeado con fuerza cuando ese chico, MinSeok, le había dicho su nombre, sí, supo disimular muy bien, no quiso demostrar ninguna pizca de emociones ante el chico, hubiese sido hipócrita de su parte decir:
"¡Hey, eres tú! ¡Me alegra mucho saber que no estás muerto!"
Sinceramente hubiese sonado más que hipócrita, aunque la verdad era que él hubiera querido levantarse de esa silla y abrazar con todas sus fuerzas al chiquillo, pero no podía y no quiso hacerlo, y no era por qué no se alegrará de volver a verlo, el sentimiento de culpa y arrepentimiento no se lo permitió. ChanYeol sabía que él quería lo mejor para MinSeok. Las cosas habían pasado demasiado rápido en tan poco tiempo que se había olvidado del chico. Se había casado, había formado un hogar, la paternidad no le dejaba tiempo de nada, el trabajo, el estrés laboral, altos y bajos dentro de su matrimonio, que el recuerdo de MinSeok había quedado enterrado en algún lugar de su mente. Además de que el chico estaba cambiado, era más delgado, no llevaba anteojos, sus mejillas ya no eran tan regordetas cómo antes, incluso su cabello ya no estaba tan largo, y sin contar que el color era otro, ya no había ni una pizca del niño que ayudó en el hospital a salir de una fuerte depresión. Ahora MinSeok era un poco más alto y delgado, su voz ya no era tan chillona como antes, su timbre de voz era sueve y calmado, sus mejillas si bien ya no eran tan regordetas, aún mantenían esa suavidad que recordaba, sí, para JongDae, MinSeok era un pequeño melocotón.
Hubiese dado todo por abrazarlo fuertemente cómo antes y decirle lo feliz que le hacía volver a verlo, que se alegraba de verlo bien y recuperado, y que lo perdonase por haberse alejado de él tanto tiempo. Se sentía jodido porque incluso no sabía muy bien cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo vió, quizás de eso unos tres o cuatro años, no lo recordaba con exactitud, había demasiadas cosas en su cabeza desde ese entonces que la presencia de MinSeok en ese lugar deprimente le parecía tan irreal.
Pensó cuidadosamente las palabras que le diría a ChanYeol, buscando en su mente alguna excusa por demás estúpida.
- Escúchame, padre Amaro, se que nunca te pregunté por él, pero tú deber era decirme que el chico estaba bien, no te costaba nada decírmelo, maldito bastardo de mierda,-
JongDae escuchó a ChanYeol resoplar a través del teléfono.
- De que deber hablas, JongDae,- dijo el cura.- El chico necesitaba reponerse de la tragedia por la que había pasado. Se quedó solo en el mundo, él necesitaba paz mental y curar sus heridas, y eso fue lo que traté con todas mis fuerzas de darle en todo este tiempo,- ChanYeol suspiró cansado.- Tú estabas demasiado ocupado con tus asuntos. Se que dirás qué soy duro contigo, pero admítelo JongDae, no había espacio ni lugar para un chico huérfano cómo él en tú vida...-
Las palabras dichas por ChanYeol resonaron en la mente de JongDae: "No había espacio ni lugar para un chico huérfano cómo él en tú vida..." La mente de JongDae se vió invadida por un montón de preguntas sin respuestas, ¿De verdad no había cavidad para MinSeok en su vida? ¿Lo era? ¿Era realmente así? ¿Que hubiese pasado si JongDae se hubiera quedado en la vida de MinSeok? ¿El chico se habría recuperado igual? ¿Hubiese aceptado estar con él, a su lado? JongDae quería creer que la respuesta a todo era un sí, quería creerlo con todas sus fuerzas, MinSeok era distinto, fue un chico especial en su vida, si tan solo no hubiese sido tan idiota y todo ese giro que dió su vida no hubiera pasado, quizás y tan solo quizás otro sería el cantar.
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Nuestra Historia De Amor [KaiSoo]
Roman d'amourEstá historia NO es una secuela de Síndrome (KaiSoo) es una historia totalmente diferente, con un final diferente, pero con la misma temática. Sinopsis: JongIn es un chico con una discapacidad mental que tuvo la mala suerte de nacer en un hogar no...