MIEDOS
Steel
Abril 19, Washington Estados Unidos.
Tuve un día de mierda. Aún no he podido volver a cirugía, quiero volver, pero no he podido. Me he tenido que conformar, —siendo un hombre inconformista— con solo observa como si no fuera el dueño de todo. Hoy como en todos los días de esta semana, vuelvo con resultados en la laptop, es lo único que puedo hacer, dar diagnósticos.
Hoy vuelvo a casa otra vez, y tomo aire saliendo del ascensor, captando a los dos niños que juegan en el salón, arman un rompe cabeza y mi cabeza repite, que todo lo que hago y he hecho ha sido por ellos.
—¡Papá! —Harry se pone de pie y los alzo a ambos al mismo tiempo. Stark sigue entrenandolos, Sunshine sigue de luna de miel, pero asegura que cuando vuelva va a entrenar con los mellizos también.
Giro la cabeza captando a la brasileña que sale secándose las manos con una servilleta, su hombro contra la entrada de la cocina y se acerca dándome un beso. Ninguno de los tres arregla mi día sin embargo si lo mejoran.
Y con lo irritable que ando desde que...
Giro a mirar a los mellizos y ahora no solo los miro a ellos sino también a la brasileña ardiente.
Melanie y Lexie han tomado el trabajo de Sunshine, Melanie no todo el tiempo está aquí, sin embargo en los últimos días, si lo ha estado y se siente bien. Los mellizos se han abierto más desde que ella está en nuestras vidas, antes éramos solo ellos y yo, Stark cuando visitaba al igual que el ministro y la capitana, pero... Melanie une.
—Nos fue a buscar al colegio hoy. —me dice Ethan mientras me muevo a la cocina absorbiendo el olor a comida casera.
—Y nos llevo con la repostera que nos dio pastelillos. —dice Harry.
—¿Me están desobedeciendo y están comiendo azúcar en la semana? —me enojo y abro la boca cuando en vez de venir a mi como siempre, se mandan corriendo bajandose de mis brazos y yendo a las piernas de la brasileña que se ríe.
—No los regañes, les di uno a cada uno, ya mañana es viernes y un día de trampa no les hará nada. —dice y arrugo los ojos.
—¿Me están intentando convencer a base de mimos? —pregunto malhumorado cuando me siento y los mellizos se frotan como cachorro contra mi pecho y Melanie me da picos.
—¿Funciona? —pregunta Melanie riendo.
Los mellizos alzan al conejo que...
—Bajen a su víctima de aquí. —digo y los dos se ríen persiguiendo al animal que se va brincando por el salon.
—Pobre Huerfano, lo encontré metido en el gabinete de las ollas. —me dice Melanie.
—Yo lo encontré detrás del inodoro. —digo dejando mi laptop en la isla de la cocina junto a los resultados que me ponen de malhumor también.