Oscuridad. Ese era él último recuerdo que él guardián de Leo poseía.
Hace unas horas Regulus estaba ansioso, estaba ejecutando una fuerte misión por primera vez, ¡Nunca había estado en una misión entera! ¡Estaba emocionado! Inclusive en el proceso ¡Hasta magia había aprendido! En sus años entrenando nunca espero ese momento donde tendría que pelear contra un dios en personal, estaba confiando, un poco nervioso tal vez, pero en su mente decía que era capaz de ganarle y salir victorioso, nada le impediría matar a Wyevern cuando le llegue el momento. ¡La adrenalina inundó su cosmos!
No obstante la pelea no fue la más fácil, tampoco era para menos. Balor reconoció a Regulus como el humano que se levanta sobre los dioses por su gran poder, a su corta edad, pocos santos gozaban de ese logro de pelear contra un dios apenas en medio de sus 20. Sin duda el peligro que formaba Athena en sus santos era enorme. Pero para desgracia de los Santos, y fortuna de los dioses, alcanzar el cosmos suficiente para derrotar a un dios era un arma de mucho doble filo, se necesita el equipamiento necesario para un cuerpo aguante un suceso cómo ese y el de Regulus no lo era del todo.
— Ahhh... — Al despertar, un pequeño pitido estaba taladrando su mente. Parándose de la cama donde se encontraba. En parte para su desconcierto. Sentía su cuerpo arder, estaba caliente, como si fuera fiebre. Reconociendo el lugar donde estaba como el Santuario. — ¿En qué momento llegue? — Se preguntó, sólo encontró como explicación que al desmayarse su nueva amiga Connor buscará ayudarlo a volver, pero una decisión que del todo no entendía.
Ignorando eso, Regulus busco pararse y caminar a la luz que salía del cuarto, notándose en la sala del patriarca, notando a Connor, su tío, Hasgard y Asmita, preocupando a Regulus de sobre manera.
— ¿Pasa algo? — Preguntó, el patriarca se notada afligido, al igual que su tío, buscando las palabras para informarle algo que no eran capaces, Asmita por su parte estada serio Hasgard por la suya estaba inquieto por la presencia de Asmita y las explicaciones que este les ofreció, sabiendo que era capaz de digerir la situación, por algo el patriarca lo llamó, pero su Instinto de hermano mayor con Regulus, lo tenía muerto en pensamientos ya que estada entre la desconfianza y la angustia.
— Acércate. Necesitamos hablar contigo.
— Me están asustando. — Hizo saber, acercando a la esa improvisada junta con el patriarca. — ¿Qué pasa?
— Es sobre tu cosmos, para empezar... ¿Cómo te sientes?
— Pues... Ahmmm... Casi mareado, mi cuerpo se siente bastante raro. ¿Es sobre eso?
— ¿Puedo decirle yo? — La joven mujer preguntó, poniendo sus manos juntas cerca de su pecho, como si estuviera orando. Los santos de oro le vieron la palabra. — Regulus, gracias, fuiste un gran santo que sin duda me protegió, nunca tendré manera de agradecerte por lo que hiciste por mi familia. Por eso, siempre te recordaremos como un gran guerrero, con o sin él puesto. - De forma amable y lente le expresó, buscando quedar frente a frente del Santo de Leo para sujetarle las manos mientras hablaba.
— ¿Recordaremos? Pero no me he muerto... ¿Verdad? ¿¡Verdad!? — Se empezó a escandalizar, retrocediendo asustado buscando detallar su cuerpo. La chica entendió que su forma de expresarse no era la mejor, pero estaba preocupada. Aún era joven y es una situación que no sabía procesar.
— No, no has muerto. Pero, en la batalla tu cuerpo se sobrecargó con tu cosmos-energía, te forzaste mucho en la pelea, y según el patriarca, puedes morir si vuelves a pelear. — Ella le informo.
— ¿¡QUÉ!? — El grito de Regulus fue tan fuerte que estaban seguros que hasta Degel lo escuchó. — Co... ¿Cómo es esto posible? Se supone que yo pelearía en nombre de mi padre. ¿Ya no puedo usar cosmos?
— Regulus. — Sísifo tomó la palabra, acercándose a su sobrino para verlo a los ojos. — Lo siento mucho, sé que aunque como Santos los deseos personales son algo que no podemos tener, yo... Prefiero eso. Prefiero ser egoísta y no perderte. Pero, tú buscaste seguir el legado de tu padre. Vengar su muerte incluso, esto debe ser un balde de agua fría porque ya no puedes hacer nada. Pero... — No pudo seguir hablando, se sentía terrible rompiendo sus ilusiones.
— Ilias fue un gran hombre. — Completo Hasgard. — Con o sin cosmos estaría feliz de verte ahora.
— Regulus, aun tienes tu cosmos intacto, usando su magia el guardián de Connor te puso un sello que evitó que desaparecieras en esa pelea. Un movimiento desesperado pero que contra todo pronóstico funcionó, de lo contrario el resultado que pudo haber pasado es que tu cuerpo se desintegrara al tener en tu cosmos un bing bang encerrado en tu cuerpo. — Asmita informó, serio en su puesto tratando de no mostrar sus emociones. — La armadura de Altar tiene la habilidad de sellar el cosmos de una persona al grado de dejarlo inutilizable, con esto en mente. Queremos que aceptes someterte a habilidad y vivas en paz.
— Lo lamentamos, no encontramos otra forma. — Sage volvió a hablar. — Pero tenemos que quitarte tus cosmos o si no te matara en un descuido, pelear es muy peligroso para ti. — Mientras hablaba, Sage se levantó de su trono acercando al más joven dorado de su orden. — Es difícil, para ti que eres el prodigio entre los Santos de oro lo debe ser más. Pero nosotros preferimos que tu vidas aún lejos de santuario, a que mueras en vano tan joven.
— Yo... Yo... — Hasta que se partió, las lágrimas empezaron a pasar por sus ojos quebrándose de forma rápida. Expresando en un lento y apagado susurro su respuesta: — Acepto. Lo haré, pero solo quiero quedarme con mi tío, vi a mi padre ser asesinado de muy pequeño, estuve solo lamentando lo sucedido por años, por eso no quiero alejarme de él tampoco. Ni de la familia que ya tengo aquí.
— Hecho. — Asintió. Connor se había ofrecido para ayudarlo en todo lo que pudiera, dejándole eso en claro antes de despedirse, que estaba ella para ayudarlo.
A las pocas horas, Hakurei había hecho presencia en el santuario, por petición de su hermano, trayendo consigo la armadura de Altar, informando a Regulus que debía de hacer para volver a ser un humano normal. Acostándose sobre la armadura en su forma object siendo su cosmos, el sacrificio en ese altar, sintiendo un enorme miedo cuando esto paso, solo respirando y sintiendo como esas enormes llamas quemaban el cosmos en su cuerpo, debilitando su poder hasta que este ya no exista. En un último intento por comprobarlo Regulus no logró nada, intentando usar sus poderes saliendo nada. Suspirando mientras trataba de no quebrarse otra vez.
— Padre... — Acostada en su cama suspiró, llorando al recordar ese momento donde fue alejado de forma forzosa de los brazos de su progenitor. De una u otra forma, portar la armadura de leo le daba esa confianza, sentía el alma de su padre lo resguardada y cuidada. Era una señal que le daba una inmensa paz luego de aquel momento. Que ahora ya no existía.
— ¿Pequeño? ¿Estás bien? — Sísifo le preguntó acercándose a su cama. A partir de ahora Regulus viviría en el templo del Centauro. Acariciando su rostro para que lo mire, notando qué se encontraba destrozado, y sin decir mucho, se acercó para abrazarlo, entendiendo los sentimientos de su sobrino, dejando que una pequeña lagrima saliera de sus ojos en el proceso, solo buscando ser ahora el pilar para sostener a su sobrino.
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Notas: Bueno, este cuadro donde Regulus tiene que renunciar a su cosmos ya la había hecho antes, en uno de mis one-shot, (Lo encuentran como <<luego de las heridas de guerra>>) la idea me gusto como quedo pero quise hacerlo en un fanfic entero y más extenso tocando bien ese tema.
Elegí el escenario de Baldor para quitarle los poderes ya que... A ver, uno de mis problemas con Regulus como personaje es que... ¿Quieren que me crea que necesito inventar la fumada más cósmica, para vencer a un borracho con la sangre de un adolescente, y que como resultado su cuerpo se desintegro por todo ese cosmos pero ni así logro matar al borracho, PERO que antes cuando tenia como 9 años logro vencer a un dios sin tantos problemas? ¬¬
Esta de más decir que muchos eventos de la historia original están alterados para beneficio de la trama, ya que como comente, no quiero que el fic se resuma en "Bien perdí mis poderes, iré a mamarle el huevo a Manigoldo" Si le quitare sus poderes, lo hare bien. No esperen tampoco 30 capítulos de historia, porque los que me conocen saben que si siempre me voy a solo lo necesario, sumado a que algo que me va gringe en los fanfic es el brama barato con intenciones de alargar. Me voy a centrar más que nada en Regulus.
No creo poner más parejas, pero veré tal vez alguna escenita.
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Luciérnagas azules.
FanfictionOscuridad, luego de estar en una completa pelea y dificil pelea, donde se le reconoció por su gran poder, las heridas para el joven Santo de Leo serian más graves a pagar de lo que esperada en un primer momento. Toda su vida ahora se ve comprometid...