Suspiro. Ser médico había sido un trabajo complicado del cual se tuvo que adaptar enteramente, pero del cual no se quejo.Era curioso pensar que pasó más tiempo estudiando con Degel desde que perdió la armadura, pero no se quejaba del todo.
Estaba feliz con este tipo de vida que ahora tenía.
— "Sísifo, antes de irte. Es mi deber informarles que la guerra muy pronto se desatará por completo" — Fue lo que su madre le había dicho antes de despedirse aquel día. Cuando se vieron por primera vez. Un aviso alarmante, luego de su compañía amena.
Cómo era de esperar fue algo que se cumplió sin falta alguna. Los espectros se movieron como no lo hacían en años, murieron varias Santo con tal de defender a los aldeanos del pueblo, junto a otros pocos que pudo salvar. Para Regulus fue un día largo y complicado ese día.
Había empezado con Sage informando que su nuevo sucesor estaba listo para obtener la cloth de Leo, preguntándole si deseaba participar en la ceremonia para entregársela.
Era algo que dejaba sentimientos encontrados en Regulus, por mucho tiempo la Armadura de Leo significó todo para él. Era el vínculo que tenía con su padre, una motivación extra que solía tener, sintiendo como el cosmos de su progenitor aún estaba en la armadura.
Pero por contrario, sentía que a diferencia de lo que pudo haber sido hace unas semanas, ahora sentía que estaba listo para dejarla tras haber visto a su padre una última vez.
— Una última cosa. — Sage le detuvo. Haciéndole una señal para que lo acompañara, terminando por mostrarle una copa de plata bastante grande. — Es la armadura de Copa, una de las más misteriosas de la orden. Mi hermano pensó que te puede ser útil, debido a los poderes que guarda dentro.
—:¿Está seguro de querer dejarme está armadura? — Cuestión porque lo sentía una enorme responsabilidad.
— Lo estoy. Te puede servir como nuevo médico, si llenas la copa con agua puedes ver el futuro reflejado, y esa agua puede sanar ligeras heridas.
Esa declaración lo dejó impresionado. Aunque terminó por aceptar quedar con esa armadura bajo su custodia se sentía inseguro de que ahora algo como eso esté en sus manos.
Debía ser responsable. Justo unos días después de eso tuvo que usarla. Esa misma mañana, la guerra definitiva entre Hades y Athena tuvo su inicio con una de las batallas más sangrientas que pudo.
Minos de grifo frente a Albafica de Piscis.
Shion había traído el cuerpo cansado de Piscis en sus brazos, manchando de la forma más alarmante por su propia sangre. Rápidamente Regulus quiso ayudarlo, buscando salvar su vida como médico que ahora era.
Pudo notar como su respiración seguía circulando, era pesada y seguramente estaba al borde de extinguirse, tuvo que hacerlo con rapidez.
No sabía cuánto tiempo podía aguantar la sangre tóxica del Santo de Piscis pero Shion le ayudó, cubriendo con su "Tela de cristal" para poder moverse y ayudarlo siendo medianamente protegido por más toxinas.
A su vez, tuvo que maldecir más de una vez, muchos de sus huesos estaban quebrados, y como diría Manigoldo; El muy maldito tuvo los cojones de cometer una locura como pararse y seguir peleando.
Acomodarlos y vendarlos le fue una tarea ardua, sin contar complicada. Tardó bastante, peor por el mareo que tenía por estar tanto tiempo inhalando su sangre.
— Espero que sobrevivas. — Como último recurso hizo lo que me dijo Sage y busco la armadura de Copa, llenando la de Agua para darle de beber un trago a su paciente. — Sigue respirando. — Eso te reconfortara al menos.
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Luciérnagas azules.
FanfictionOscuridad, luego de estar en una completa pelea y dificil pelea, donde se le reconoció por su gran poder, las heridas para el joven Santo de Leo serian más graves a pagar de lo que esperada en un primer momento. Toda su vida ahora se ve comprometid...