Capitulo 6

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La inesperada fijación en Regulus sobre ese minino había arruinado los planes que Manigoldo tenía con él en primer lugar, una parte de él quería decirle que dejara al gato donde estaba, pero quitarle la cara de felicidad y anhelo que tenía hacia este, era algo que no fue capaz de hacer, aceptando volver al Santuario para ir a refugiar al felino. Total, Manigoldo había dicho que se iba a quedar con él los próximos días, así que de cierta forma podía sacar ventaja y alargar un poco sus planes.

Por otra parte, Sísifo tampoco pudo negarse ante la solicitud de su sobrino, aceptando rápido al gato como habitante de su templo. Por más adulto que sea ya, a veces Sísifo no dejaba de verlo como aquel chico de corta edad que con toda felicidad y tristeza en su corazón al verlo solo, bañado en sus lágrimas, tierra y lluvia, sabiendo que pudo cuidarlo cuando debía, estaba feliz de ahora cuidarlo como su segundo padre.

Quitarle una sonrisa en el rostro era algo que no podía. Era de voluntad fuerte como guerrero y como maestro, pero como tío era débil. Terminando ofreciéndose a asear al felino, a la par que le daba indicaciones a Regulus sobre qué buscar para que comiera. Cada uno a lo suyo, Sísifo regresó a los minutos con un gato limpio y varios rasguños en los brazos, aún era animal callejero que faltaba por domesticar. Aún percibía el agua como una señal de peligro y desprecio a su existencia. Entregándose a Regulus para que este le alimentara, riendo al ver los brazos de su tío llenos de marcas rojas.

— Esto lo hago por ti, así que no te rías. — Cruzándose de brazos le regaño en un tono suave, a lo que el menor aceptó. Agradeciendo y parándose cerca del felino. — Te informo que ese gato es hembra, ¿Has pensado en un nombre?

— ¿Es una niña? Ahh... Tendré que pensarlo. — Sísifo arqueo las cejas cuando noto a Regulus parpadear confundido, mirando al gato de forma detallada, antes de pasar su mano por su lomo, haciéndola ronronear. - Tío...

— ¿Pasa algo?

— ¿Los animales también tienen cosmos? - Esa pregunta le salió por sorpresa, la respuesta a la pregunta la tenía, pero la razón tras la pregunta lo dejó pensando. Notando Regulus algo que ya creía imposible, volteando a ver a Sísifo y notando que esa habilidad aun no la había perdido. — Puedo ver un fuerte cosmos en este gato. — Declaró sorprendido. Al igual que en su última pelea, en ese momento era capaz de ver el cosmos como si fueran ríos pasando por el cuerpo de su compañera felina. — ¿Por qué? ¿No se supone que debí haber perdido mis poderes? ¿Por qué puedo seguir viendo las redes del cosmos en esta criatura?

— Eso es porque esa habilidad no viene de tu cosmos, es tuya por nacimiento. — Volteando la mirada Sísifo estaba a la espera no tener que tocar el tema de Arkhes y Ilias aún, ¿Cómo decirle a su sobrino que su madre no era humana? Sabía que tarde o temprano tenía que explicarle y llevarlo con ella. Pero de momento era un tema que no sabía cómo tocar de forma adecuada, tenía que ir preparándose.  — Y respondiendo a tu pregunta, si; Los animales también poseen cosmos porque al igual que los humanos tienen voluntad, los Santos de Athena podemos adiestrar y comunicarnos con ellos a través de nuestro cosmos, más requiere del entrenamiento justo por ambas partes. Los animales son listos pero su cerebro se mueve para sobrevivir. — Le hizo saber, acercándose a su sobrino, poniendo su mano encima de la felina, acariciando su cabeza y sus orejas desprendiendo una agradable sensación con su cosmos para calmarla. Ronroneando en contra de su mano. Demostrándole a Regulus lo que decía. — Es una capacidad que algunas veces viene sirviendo de ayuda en ciertas misiones. — La mano de Regulus se terminó acercando a la dé él, acariciando a la gato tratando de hacer su misma acción pero siendo imposible para él. Al terminar de comer el Gato se acercó a Regulus, acariciándose en sus piernas.

— Vaya... Desearía haberlo sabido antes. — Sonriendo ante la idea, no pudo evitar imaginar a sí mismo con varios animales como compañeros, era una imagen que le agradaba mucho.

— Igual no necesitas eso, este gato ya te quiere. - Le codeó, logrando terminar animando a su sobrino. Asintiendo a su respuesta.

— Tenía mucha hambre. No quiero saber lo que habrá pasado.

— Es un animal callejero, solo pueden sobrevivir por su cuenta a menos que alguna persona los adopte. — Los ojos de Regulus se torcieron en una mueca ante esa respuesta, notando Sísifo él porque. — ¿Piensas en eso, no? ¿En tu padre?

— Un poco, ahora que ya no puedo hacer nada por él, me trae recuerdos amargos. — Sísifo había notado cuando no lograba más que llorar. — He tenido pesadillas otra vez.

— A… Bueno, míralo de esta forma, ya no estás solo. —  Le dijo, captando la atención de su sobrino mirándolo a los ojos. — Tienes ahora todo un Santuario de gente que te adora, y al igual que yo hice contigo, tú trajiste a esta pequeña gato para hacerlo feliz. — Pasando su mano desprendió un ligero cosmos en un caricia por el rostro de la felina. Y seguidamente por la frente de Regulus. Estampando una sonrisa en su rostro.

— Tienes razón. Creo que puedo usar el hecho que no perdí esa habilidad ahora. Mientras, estaré pendiente de nuestra invitada para curarla, me preocupa que pueda estar enferma.

— Hecho, mientras dime. ¿Qué tan bueno fue Manigoldo contigo? ¿No se propasó verdad? — Si los dejó ir fue por Regulus, pero no por eso no desconfiada un poco en lo que Manigoldo pudiera tener planeado.

— Fue totalmente caballeroso conmigo. No te preocupes.

— Eso espero.

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Aun con las palabras dichas por Sísifo el día anterior a su sobrino la realidad no era del todo la correcta, pues, aunque la ideología de Athena sea la de proteger el amor, la paz, la justicia y la libertad de la humanidad como seres vivos, no toda la humanidad quería eso, y entre las filas de Athena no estaba limpia de malas lenguas o gente que solo buscan sus propias aspiraciones.

Y nunca faltaban los comentarios mal intencionados. Cuando Regulus a su corta edad, residió su armadura los hubo y ahora que los perdió también. En este momento, Manigoldo estaba molesto al escuchar unos soldados rasos hablar como si nada de Regulus porque perdió sus poderes.

"Dónde habrá quedado ese maravilloso prodigio"

"Seguro en la guerra santa de verdad no durada"

"Miren el lado bueno, ahora habrá que buscar un nuevo leo, tal vez tengamos oportunidad"

Se estaba arriesgando a una reprimenda de Sage pero en su mano ya tenía el cosmos suficiente para con un ataque disimulado mandarlos a callar, pero para lo que fue su suerte, fue Kardia quien terminó interviniendo, ¿Hablar mal de unos de sus compañeros a sus espaldas? Eso era algo que estaba dispuesto a soportar, llamándoles la atención a los soldados provocándoles un buen susto, ¿Se atrevían a criticar a quien fue un dorado pero no eran capaz de defenderse ante la llamada de atención de otro? Pero qué Patéticos, de no ser porque Hasgard/Aldebarán también estaba presente, Kardia si habría llegado a atacar, no era como si de verdad fueran pérdidas, pensaba. Agradeciendo Manigoldo para sus adentros que Tauro era quien se solía encargar de vigilar los entrenamientos de los Saint y aspirantes junto a los que él personalmente les dedicaba su tiempo.

Sonriendo arrogante, cáncer dejó el puesto donde estaba disponiéndose a subir por los templos hasta ir a Sagitario donde su pequeño rey se encontraba buscando hacerle compañía.  Dejándole esos habladores a esos 2, sabiendo que podían encargarse sin él más mínimo problema.

Luciérnagas azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora