A Regulus aún le sorprendía verlo allí con él. La prótesis que le hizo Shion quedó perfectamente acoplada a él. Pareciendo perfectamente su pierna real. Manigoldo había sido forzado a quedarse en los templos de Athena y no participar en la batalla en los templos malignos, ya sea por sus heridas aún abiertas, su armadura aún quebrada y su pierna falsa aún nueva.
Manigoldo sentía que solo le pusieron excusas para no dejar a Regulus solo. No podía arrepentirse, eso sí era verdad. Sin contar que, tuvo la completa atención de su pequeño rey todo ese tiempo. Solos en el templo de cáncer, teniendo las llamas de fuego fatuo, como Luciérnagas de color azul siendo su compañía y su iluminación esa noche. Expectantes de los sucesos no muy lejos de ellos.
Haciendo más agradable de lo que ya era ver el cielo y notar todo despejado. Un cielo eternamente azul. Aún tenían las heridas de la batalla frescas, pero bastantes cosas por delante.
Mirando a su novio, Manigoldo extendió sus brazos para rodearlo de los hombros con este.
— ¿Cómo ves las cosas actualmente, pequeño rey? Aunque hubo muchas muertes, el santuario pronto volverá a ser como antes. — Empezó la pregunta el santo de cáncer, llevándolo en dirección al templo del cual era guardián. Desde hace un tiempo Regulus se había mudado con él a ese templo, empezando a dormir junto como pareja.
— Pues, me agrada. Se siente totalmente reconfortante. — Tuvo que decir, ambos entraron al cuarto que compartían donde Regulus lo abrazó por la espalda, queriendo quitarle la ropa. — Ya perdí a varias personas importantes, ahora ya no pasará. De paso te conserve a ti. — Coqueteo descarado.
— Me halagas pequeño rey. — Ayudando a su novio se empezó a quitar la ropa. Volteandose a Regulus para darle un beso lento, buscando llevarlo a la cama sin dejar de besarlo, aunque en el proceso acabe cayendo por culpa de un tropiezo. — Noto como te has esforzado mucho. — Mencionó, empezando a desabrocharse los pantalones.
Quería estar con él de esa forma, sentirse vivo en sus brazos ahora que se podría decir que sus vidas cambiarían a una más humana. En ese momento sentía que su ropa le estorbada
— No pienses en eso mi amor. — Extendió los brazos para besarlo otra vez. Acariciando sus cuerpos en su lecho como si una pareja de casados fuera. Separándose lentamente solo para verse a los ojos. — Supongo que debo agradecerte por siempre quedarte a mi lado.
— Yo ya te quería desde hace mucho antes. Cualquiera lo hubiera hecho, todos en el santuario te apoyamos por igual.
— Supongo que es verdad. — Trazando un pequeño corazón en el pecho del contrario, la mano de Regulus bajo para meterse debajo de la ropa interior de su novio, acariciando descaradamente su "herramienta" provocando un gemido largo y placentero de parte del cangrejo. — Pero quien se llevó mi corazón eres tú. - El contrario río. Sujetando ambas manos de Regulus para ponerlas a ambos extremos de su cuerpo.
— Eso lo aprecio. — Lo beso dulcemente por unos segundos. — ¿Te gustaría la idea de vivir como humanos ahora que la guerra Santa terminó? Es algo que he estado pensando, ninguno tuvo una vida TAN normal, si tu lo quieres pídemelo y podemos ir a vivir juntos como humanos, aunque, el único problema es que las relaciones entre hombres no son muy bien vistas. — Esa declaración dejo enternecido al Santo de Leo.
— Eres muy dulce. No puedo negarte que sería algo lindo ya que eso me gustaría, quedarnos los 2 juntos viviendo como pareja, pero he de decir que aun quiero quedarme como médico en el Santuario por mucho tiempo más.
-— Como quieras mi pequeño rey. — Paso sus manos a ambos lados de la cara de su novio para besarlo otra vez. No podía culparle por valorar el esfuerzo que había puesto para ejercer este puesto. — ¿Qué te imaginas de aquí a unos años? Si mi maestro puede vivir 200 años, ¿Te imaginas nosotros 2?
— Ummm... Sería lindo. Podrías incluso tener un hijo.
— Bueno, eso sería adoptado, a no ser que por ser tu madre una pitia puedas quedar embarazado. — Bromeó, riendo ambos tras eso. La ropa que les quedaba terminó por desaparecer de sus cuerpos para ser lanzada al suelo.
Regulus puso sus manos en el pecho de Manigoldo para apoyarlo de espalda a la cama, bajando el rostro para besarlo dulcemente.
— Hoy me toca a mí. — La mirada que en ese momento Regulus tenía era una bastante candente, como si emanara poder.
— Como gustes. — Sin tener que pedírselo Manigoldo se acomodo en 4 extendiendo su retaguardia para el castaño.
Regulus tenía que admitir que prefería ser pasivo, tener a Manigoldo sobre él logrando que su cuerpo se estremezca era algo que disfrutaba mucho más, pero no por eso se negaba a probar el interior de su novio.
Sujetándolo de las caderas embestía ese punto cálido en Manigoldo que siempre se contraia sobre su miembro al tocarlo, siendo acompañado por gemidos broncos del santo de cáncer, dándole a entender que lo disfrutaba tanto como él.
— ¿Pequeño rey? — De un momento a otro se detuvo, volteando la mirada notando como se había separado para pararse de la cama. — No has... — No tuvo que decir otra cosa, Regulus se apoyó contra la pared a espaldas de él, dándole un claro mensaje. — Acepto, pero la próxima vez quiero tu semen dentro. — Lamiéndose los labios a pocas zancadas quedó junto a Regulus, volteándolo para besarlo a la par que lo sujetada de sus dulces y sexys glúteos, sosteniéndolo sobre su cadera, asestando posicionar su pene junto a una embestida que le saco un gemido sin dejar de besarse.
— No creo que algo me separe pronto de tí. — Seguido de decir esto soltó una exclamación. Un gemido de placer, el vaivén que Manigoldo tenía sobre él lo hizo estremecerse, generando un estruendoso sonido por la pose en la que estaban.
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Varios meses habían pasado. Tomando la caja de la armadura encima, Manigoldo salió del santuario acompañado de Regulus. Habían avisado que estarían una jornada fuera, ya que el joven castaño quería pasar un tiempo al lado de la compañía de su madre.
— La última vez apenas pude congeniar con ella. Veamos qué suerte tengo ahora. — Dijo Manigoldo mientras caminaban, tomando su mano en mitad del camino. Ya habiendo enterado al bosque, la pitia hizo acto de presencia con ellos. Sonriendo al recibirlos.
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Compas: 1... 2... 3 ¡Finale!
Y hasta aquí llego esta historias. Espero les gustara, muchas gracias por todos sus hermosos comentarios, agradezco que le hayan dado una oportunidad a este shippeo tan craw y otp mío. Si les interesa recuerden que tengo más fic de ellos (Si quieren pueden darse una pasaba por mis libros de los toros)
Como una especie de Auto-Spam, quiero hacer un fic de Minos x Albafica basado en lo que seria una sub-trama que iba a usar en 3 fic pero al final hare aparte.
Lo más seguro es que haya Manigoldo x Regulus.
Edit: Gracias de paso a los que se tomaron la molestia de releer la historia luego de la actualización.
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Luciérnagas azules.
FanfictionOscuridad, luego de estar en una completa pelea y dificil pelea, donde se le reconoció por su gran poder, las heridas para el joven Santo de Leo serian más graves a pagar de lo que esperada en un primer momento. Toda su vida ahora se ve comprometid...