Capítulo 30

379 23 0
                                    

QUIZÁ, WILLIAM ESPERABA QUE AL VOLVER A CASA TODO FUERA UN COMPLETO DESASTRE, esa habría sido una excelente forma de sentirse en casa, pero Edward había logrado que todo funcionara, o al menos casi todo, solo hubo un pequeñísimo detalle

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

QUIZÁ, WILLIAM ESPERABA QUE AL VOLVER A CASA TODO FUERA UN COMPLETO DESASTRE, esa habría sido una excelente forma de sentirse en casa, pero Edward había logrado que todo funcionara, o al menos casi todo, solo hubo un pequeñísimo detalle.

Una de las manadas del sur llevaba dando muchos problemas desde que se supo la ausencia de William, pues al ser la manda Black la dominante en todo el país debían hacerse responsables de la protección del resto, y se rumoreaba que habían estado ocurriendo extrañas desapariciones en su territorio, por lo que se amenazaba con una rebelión, por lo tanto, Edward no había visto otro remedio que no fuese invitar al alfa, beta y sus respectivas parejas a una visita diplomática para conversar respecto a la situación. Se suponía que aquel era un asunto que William ya había cerrado, sin embargo se habían aprovechado de su ausencia para provocar caos, así que cuando William y los demás llegaron al territorio de la manada, se encontraron con la poco agradable presencia de los invitados.

De igual forma, como buen político que William podía llegar a ser, fingió que ver a Michael Smith merodeando cerca de la casa principal no le sorprendió en absoluto.

—Michael, es bueno verte —dijo William, sonriendo y estrechando su mano.

—Igualmente, William —dijo—, creí que nuestros caminos no se iban a cruzar durante mi visita, ya que no había ni rastro tuyo y nadie parece saber a dónde te habías ido.

—Ah, así que estuviste hablando con los integrantes de mi manada —comentó, de forma cortés pero que era notablemente un reproche—. Espero que tu estancia esté resultando cómoda.

—Oh, sí, sí. Tu sustituto lo ha hecho todo estupendamente, mi mate y yo nos la hemos pasado muy bien, como unas vacaciones, tu territorio sigue siendo tan rústico como la última vez que estuvimos aquí, a pesar de aquel incendio que provocó que tuvieses que reconstruir, una pena.

—Bueno, Michael, permíteme presentarte a mis acompañantes en mi viaje —dijo William—. Probablemente recuerdes a mi hermano y beta, Nathaniel; su mate, Eleonor; Natalie, que es la mate de Edward y una de nuestras mejores chefs; Allison...

—Ah, sí, tu novia, ¿cierto? —preguntó Michael, sonriéndole a Allison con picardía.

—No —dijo Allison, con simplicidad, aquello destruyó la sonrisa de Michael.

—Ya veo —dijo.

—Christina, que... —comenzó a decir, entonces notó que Christina ya no estaba—. Christina, que estaba demasiado cansada después de nuestro largo viaje y se retiró a descansar. Y, finalmente, el amor de mi vida, Ayla.

Presentó a Ayla y colocó su mano en la espalda de ella, como para demostrar su perfecta relación, como si no la hubiera ignorado desde que salieron de Tepic. Ayla se esforzó en esbozar una sonrisa creíble y fingir que no estaba increíblemente molesta con todo aquel asunto.

La Maldición de la Luna  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora