𝐍𝐎𝐒𝐎𝐓𝐑𝐎𝐒 | ᴅᴜꜱᴋᴡᴏᴏᴅ

23. Pedir un consejo

La pareja se encontraban juntando y limpiando los que habían dejado los últimos clientes. Habían pasado todo el día juntos, trabajando y disfrutando de la compañía del otro.

— Gracias por haberte quedado a ayudarme, linda.—dijo dejando unas cosas en la barra para luego mirarla

— No fue nada. Me gusta poder ayudarte con el bar, sé que para tí es importante...—sonrió sintiendo como él tocaba su mejilla

— Lo es, y me encanta que te intereses por mi mundo, me pone muy feliz.

— Me gusta este ambiente, a pesar de que puede ser agotador, siento que es un buen trabajo. De alguna manera entiendo porque te gusta tanto...—vió como el chico se acercaba un poco más

— ¿Te dije que me gustas mucho?—eso la hizo sonreír, le encantaba que no tubiera miedo de mostrase dulce y amoroso

— No, no me lo dijiste.—respondió con una sonrisa juguetona

— Me gustas, mucho.

— ¿Qué? Disculpa no te escuche...

— Me gustas demasiado.

— ¿Qué?...—soltó a reirse hasta que sintió como la tomó por la cintura, tenerlo tan cerca le ponía tan nerviosa— Phil...

— ¿Pasó algo?..—preguntó fingiendo no saber con una sonrisa traviesa

— Debemos seguir limpiando, se nos va a hacer tarde...—intentó safarse, pero fue inútil y lo único que consiguió es estar aún más cerca

— Eso puede esperar, ahora hay algo más importante para mí...—Mc pensaba hablar, pero simplemente no pudo. Hawkins la tomó por sorpresa y la besó

Ese beso que en un principio parecía tranquilo fue escalando a uno un poco más feroz, tanto así que el pelinegro la tomó de las piernas y la sentó en la barra, pues no era muy alta y era más cómodo. Allí, nuevamente la besó, pero esta vez comenzó a acariciar lentamente sus muslos, poniéndola notoriamente más nerviosa que antes.

— Phil...

— ¿Qué, preciosa?

— Puede venir alguien, seria muy malo y vergonzoso que alguien nos viera así...—pensó que eso haría que dejara de alborotarla, pero no, solamente soltó una carcajada

— Podría venir quien sea, pero créeme que nada me importa en este momento.—susurró cerca de sus labios, para luego unirlos otra vez

Pero como la vez anterior, un vez más fueron interrumpidos por el ruidoso teléfono, era Jessy.

— Salvada por la campana, linda...—depositó un beso en su mejilla mientras acariciaba una de sus piernas. Se separó de ella para luego dirigirse a unas mesas que quedaban por limpiar

•°•°•

Hola Jessy...

¡Hey! ¿cómo estás?

Bien ¿tú?

Muy bien...

Bueno, no pienso dar
muchas vueltas, me muero
de curiosidad por saber que
pasó entre mi hermano y tú,
ninguno me dice nada y me
voy a volver loca.

¿Estás en tu casa?

Sí, le pedí un día de
descanso a Richy.