El partido

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Holaaaaaaa ¿Cómo va el inicio de este año?

No me extenderé mucho. Simplemente sepan que quedan entre 2-3 capítulos.

Advertencias: ¿Intento de narración de un partido de fútbol?

Jones estudió rápidamente la casa que lo rodeaba: estaba pintada con colores vivos y tenía un porche que guardaba en su lado izquierdo la puerta principal. Las paredes sostenían varias ventanas que daban a la calle y que se encontraban resguardadas por una reja blanca y unas cortinas delgadas que cuidaban su interior.

El estadounidense tocó el timbre. A la aguda melodía le siguió la cara de María, que se asomó a través de la ventana más cercana a la entrada—. Qué bien que llegaste, ya me estaba preocupando. No estaba segura si la dirección que te di era clara.

Alfred oyó como los pasos de la chica se acercaban a la hoja de madera, su cerrojo cedía y la merideña aparecía detrás de esta. Le dio un beso en la mejilla como saludo—. Sí lo fue, pero vine caminando lentamente hasta acá. Quería pensar.

—Mmm. Eso está bien, por cierto, ¿y Teodoro? ¿No sospechó nada?

—No. Le dije que iba a pasear y quiso acompañarme. Entonces, apareció Gómez y lo arrastró a no sé dónde.

—Ay, Andrés es único, chico. Su energía y lo distraído que es nos ha metido en un peo más de una vez. Pero ahora parece que jugo a nuestro favor. Quién lo diría. —Rió.

—Ellos se parecen —dijo con una sonrisa cargada de ternura.

—Sí. No sé por qué, pero hay algo semejante entre ellos.

—¡María! ¿Quién es? —dijo una voz desde el interior de la casa.

—Es el amigo que te dije que iba a venir —grito a modo de respuesta—. Es mi abuela —agregó al ver la expresión confusa en el rostro del gringo.

—Pero, ¿no se suponía que íbamos a estar solos?

—Sí, ella ya se va pero quería conocerte antes —respondió y dio paso a una señora mayor regordeta de aspecto serio y coquetamente ataviada.

La anciana paseo rápidamente sus ojos asombrados por Jones— ¡Que buen mozo eres! Además se nota que haces bastante ejercicio. Mucho gusto soy Amelia, la abuela de María— contestó vanidosa estrechando la mano que E.E.U.U le ofrecía—. María, ¿por qué nunca me presentaste a tu novio?

—Que no es mi novio, abuela —dijo fastidiada.

—S-solo soy un amigo —habló nervioso tanto por la directa pregunta como por la mirada que ahora la dirigía la mujer.

—¿En serio? ¿De verdad no te gusta?

—No.

—Porque yo creo que harían buena pareja. María es muy simpatía, inteligente y cariñosa, un poco torpe y tímida y a veces algo ahuevoneada, pero no se puede ser perfecta.

—Abuela—dijo ligeramente irritada.

—Aparte, ¿la viste bien? Aunque debería comer un poco más—siempre se lo digo—es bonita, sus ojos grandes y su cabello ondulado le da un aspecto dulce.

—¡Abuela! ¿Tú no te ibas a ver con tus amigas?

—Ay, mija ¿por qué estas brava? Lo único hice fue tirarte flores. —Se volteó a responderle a su nieta mientras la última se cubría la cara con su mano.

—Es innegable que María es hermosa —empezó E.U.A intentado ayudar a la muchacha—. De eso me di cuenta desde el primer día. Lastimosamente, ya estoy enamorado de otra persona. Metí la pata hasta el fondo y venía a hablar con María para que aconsejara.

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