¡Hola, hola! ¿Cómo han pasado la semana? Hoy traigo capítulo. Es el penúltimo, espero que lo disfruten.
En otro orden de ideas, estoy escribiendo un fanfic España x Austria junto con todas las colonias cuando son niños. También aparecen las italias. son capítulos cortos, a modo de cuentos. No sabía si publicarlo . ¿Qué opinan?
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Tenía miedo. Estaba nervioso. Quería que la armonía se mantuviera entre ellos, pero la pregunta no abandonaba su cabeza.
—Buenos días ¿Cómo dormiste? —dijo una voz a su espalda.
Alfred desvió su mirada de la ventana de la cocina, se dio la vuelta y se encontró con su querido moreno que le regalaba una sonrisa pequeña—. Bien ¿Y tú?
—Bien —respondió sentándose. Agarró el plato que el otro le extendía y lo esperó para comenzar a desayunar.
Jones se llevó un bocado, lo masticó, lo tragó y elevó sus pupilas hasta interceptar a Teodoro.
El venezolano, al sentirse observado, dirigió su rostro hacia él, quedando sus miradas conectadas. Segundos pasaron sin que ninguno moviera ningún músculo: por primera vez en mucho tiempo ninguna emoción negativa se atisbó en ambos iris, solo las ganas de contemplar la belleza del otro.
De repente, el cosquilleó que había nacido en el pecho de Venezuela subió por su garganta y se transformó en una suave sonrisa, a lo que el gringo respondió con una nerviosa mueca y un leve sonrojo en sus mejillas a la vez que cerraba los ojos con fuerza y desviaba su rostro hacia un lado.
La nación caribeña sorprendida ante el espectáculo sintió como su sonrisa crecía. Escondió su boca detrás de su mano y giró su rostro hacia el lado contrario del rubio para darle cierta intimidad.
Ambos reanudaron su desayuno intentado tranquilizarse. En ese momento, E.E.U.U recordó la cuestión que lo inquietaba. Volvió a mirar a Palacios y cuando el latino apareció confuso en su radar, supo que no podía evitar la confrontación.
—¿Qué pasa, Al?
La voz del muchacho lo alentó para hablar pero no lo suficiente como para mantener la mirada—Tengo miedo —murmuró y apretó los dientes y los párpados al escuchar la duda en la voz de Venezuela ¿Por qué no podía aplastar a su consciencia y disfrutar del momento? Maldita curiosidad e inseguridad—. De romper esta armonía que tenemos. Es que...—Al encontrar sus ojos, el venezolano se percató de la batalla que Alfred estaba librando —...nos costó tanto.
El caribeño se levantó de su silla y se sentó en una próxima a él. Levantó su brazo y lo dejó en el aire. Su subconsciente casi lo traiciona: no podía abrazar la mano blanca con la suya. Todavía era demasiado pronto. La movió a su hombro, mas la inseguridad la hizo detenerse ¿Lo apretaba afectuosamente o le deba palmadas? Finalmente se decidió por la opción del medio, solo la apoyó allí.
La sorpresa capturó por un momento la respiración del rubio.
—Si no puedes actuar con normalidad por miedo a que algo rompa este ambiente, entonces esta es una falsa armonía. Pregunta lo que quieras. Eso es lo que quise decir con que estamos empezando de nuevo.
El gringo suspiró antes de continuar—. Explícame qué fue lo que te hizo cambiar de opinión ¿Por qué de un momento a otro quisiste perdonarme?
Venezuela exhaló al tiempo que pintaba una pequeña mueca en su cara—. Parece que tienes un ángel allá arriba...Quiero decir que con el pasar de los días y gracias a tus acciones, la rabia que sentía hacia ti fue desapareciendo. Sin embargo, fue gracias a Francis...

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Cosa de dos
FanfictionDe buenos amigos a enemigos declarados. Estados Unidos y Venezuela tienen una de las peores relaciones existentes. Pero, ¿cuántó de esto es cierto? Sobre todo cuando la vida del país caribeño pende de un hilo.