CAPITULO 6- NUESTRO PRINCIPIO.

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Después de compartir la noche, mis amigos desayunan conmigo y se van a sus casas. No sin antes asegurarse que voy a trancar bien la puerta, ya que hicimos cambio de cerradura, a lo que posteriormente programaron en mi teléfono sus números en marcación rápida, Cheryl con el 0, según ella porque el cero tiene una forma similar a las cerezas, y cree que en una situación de pánico mi cerebro hilara esas dos cosas; y Dante con el número 5 porque esta en el medio y si necesito marcar rápido, casi seguro que será en ese lugar.

Les confirmó como una niña de 3 años que comprendí todo, y que en cualquier caso los llamaré, y luego de tranquilizarlos un poco, terminan de irse coordinando que nos encontraremos en la puerta de Elixir temprano.

Cuando me quedo sola, trato de no revivir el episodio, pero es difícil, asi que como solución a todo y ya que no tenia muchas actividades propuestas para ese día, me acosté a mirar Netflix con una bolsa llena de dulces que me acompañarán por el resto de la mañana y tarde.

A las 6 decido que debo dejar de holgazanear y voy a darme un baño.

Lleno la bañera, le agrego las sales con aroma a peonias, me pongo a mano mi teléfono con una playlist de Artics Monkeys, mi grupo favorito, y una copa de vino.

Me relajo y me dedico un momento a mi, a cerrar los ojos y parar mi mundo por unos minutos.

Cuando quiero acordar, ya tengo los dedos arrugados por el tiempo que llevo aquí, asi que me visto con la ropa que tenia pensada.

Entra una llamada por facetime de Cheryl, asi que acomodo al lado del espejo el celular y charlamos mientras me maquillo y ella se viste.

-¿Crees que hoy estará el señor de ojos azules?-. Pregunta curiosa.

-No lo sé, Cher. Revise la lista de admisión de hoy, pero como no se su sobrenombre no lo sé-. Respiro profundamente.

-Ojalá que si, te mereces aunque sea una noche de mimos pervertidos-. Sonríe tenuemente mi mejor amiga.

-No lo sé, no creo que lo necesite. Estoy bien así. No deseo complicarme la noche con nadie.

-Aham.

-Además Noah es de esas personas que ves, y ya sabes que te va a traer problemas-. Reflexiono en voz alta.

-¿Problemas? ¿Cómo cuál? ¿Es un asesino, un narcotraficante, un psicópata?-. Haciéndome el gesto de que estoy loca.

-Un idiota, Cheryl. Un idiota, de esos que te hacen engancharte sin darte cuenta y te meten en su telaraña-. Continúo.

-Si por telaraña te refieres al cuerpo tonificado que recuerdo que tiene, vaya...estas perdida amiga. Ese si que es un problema que vale la pena.

Pinto mis labios de color rojo ya que mis ojos van de tono claro, casi inexistente.

- Lo vas a infartar. Esta noche él ira. Manifestémoslo.

-Cállate ¿Ya estás lista?

- Si, ya pedí el taxi.

- Y yo.

-Bueno vayamos hablando hasta llegar ¿si?. Me quedare más tranquila.

Suspiro y asiento.

Pasan 10 minutos en los que nos miramos a ambas y nos damos energía diciendo lo perra que estamos y llegan los taxis.

Esta noche me siento hermosa, cómoda conmigo misma y eso sube mi autoestima un poco más a comparación de ayer.

Son alrededor de las 10 de la noche cuando estamos a unas cuadras del lugar.

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