ELIXIR

CAPÍTULO 18- JUEGOS DE TENSIÓN Y TENTACIÓN.

Le abro la silla a Kiana quien tomó lugar del lado vidriado del lugar que posee vista a la ciudad.

La observo sin hacer pronunciamiento alguno, ya que lo tomo a bien pero no quiero meter la pata.

-Puedes hablar eh, no te voy a comer- Se carcajea mi Luna.

-Ya quisiera yo que me comieras preciosa.

Se sonroja desde las mejillas hasta su escote.

Se acerca el maître mientras ella se queda muda.

-Señor, que placer tenerlo aquí.

-¿Cómo han estado funcionando las cosas por estos lados Richard?.

Él es italiano, se le nota a la legua, y me conoce desde que era pequeño por lo que fue la primer y única opción para que trabajará conmigo.

-¡Fantastic! El lugar es muy concurrido todos los días, y comí bien sabrá se encuentra en el top 5 de los lugares que son infaltables de visitar...

-Perfecto, es lo que quería escuchar. ¿Qué vas a pedir Kia?

Ella mira las cartas que se encuentran dispuestas de antemano en las mesas.

-Quiero un café gelato cremoso, y también bombones de frambuesa, praliné y mandarina ¡Gracias!.

-Buena elección mademoiselle. ¿ Y usted Señor?

-Tráeme un café negro y trufas de café arabico.

-Ya se los traigo.

Se retira y volvemos a quedarnos solos.

-No había vuelto desde la terminación del proyecto.

-Que mal que no lo hicieras, hay un poco de ti en cada rincón de este espacio...

-¿A qué te dedicas?

Disparó la pregunta...lo cierto es que nunca hemos hablado de ello en profundidad.

-Tengo varios negocios- Respondo escuetamente.

-¿De cuáles?

-Heredé una cadena hotelera y luego me he expandido a otros rubros.

Me mira expectante, mientras degusta su café, el cual ni mira ya que no me quita los ojos de encima.

-Umm como éste...

-Si...así es.

-Hombre afortunado.

Si supiera todo lo que he tenido que soportar y lidiar para estar donde estoy hoy no diría eso.

-Fue un camino difícil, no obstante quiero que hablemos de esos bombones que te estas comiendo.

Otra vez ese sonrojo, solo que esta vez lo hice a propósito.
-¿Bombones? ¿Por qué plural? ¿Con quién más crees que estoy?

Esta tan ensimismada en querer aclarar los tantos que no la saco de su error.

Me parece tierno que trate de explicarse.

-¿De qué bombón hablas tú?- Le digo riéndome.

Cuando cae en cuenta que me refería a los dulces sale de su ensoñación y tapa su cara con las manos y no cambia su postura por unos cuantos segundos lo que me causa más gracia aún.

No digo más nada para no causarle más mortificación y espero a que ella hable.

-Perdón, estaba pensando en cualquier cosa ¡Qué vergüenza!

-Quiero creer que con cualquier cosa- Y enfatizó haciendo comillas con mis dedos- te refieres a mi.

-Oh Dios, me avergüenzo tanto...perdón- No está sonrojada, esta roja fuego.

-Ya esta Kiana, no lo olvidaré nunca, a sido una excelente perlita en nuestra cita. Ahora me autoproclamaré en el canon de belleza *Bombón*.

-Asi que... ¿Esto es una cita?. Calla ahora sabes lo que pienso...ya no tengo secretos contigo.

-Claro, siempre que quieras llamarlo así.

-Me parece perfecto.

Charlamos como por unas dos horas más, le conté sobre mi vida, mis padres, que soy hijo único y ella sobre su familia la cual se compone por Cheryl, Dante...

Ahora nos encontramos saliendo del local

-¿Quieres comerte un bombón nena?- Suelto riendo.

-Tal vez...¿Tu estas en la carta?

Me guiña un ojo y sigue con su aura sexual encendida hasta mi auto.

Me acerco hasta la puerta del acompañante donde ella, mi dama, se está acomodando, me cierno sobre ella mientras que por la cercanía nuestros labios se rozan y cuando cree que voy a besarla, le abrocho el cinturón de seguridad.

Puedo escuchar su respiración acelerada, buscando liberar tensiones, mientras me salgo...no sin antes susurrarle

-Si quieres jugar, jugaremos. Si quieres tensión sexual la conocerás hoy. Porque no solo yo estoy en la carta, tu también, y eso te convierte en mi plato preferido, de esos que degusto con mucha mucha tranquilidad, linda.

Lo único que veo de reojo es a Kiana acelerada y apretando sus muslos. Pero este juego...recién comienza.