CAPÍTULO 8- SEÑOR INTENSO, me exasperas.

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Me puse la alarma temprano para tener un gesto de agradecimiento con Señor Intenso. Así que ni bien suena, me apresuro a levantarme, me visto y veo a Noah dormir plácidamente, lo que me viene muy bien.



Mientras bajo las escaleras voy respondiendo a Cheryl y Dan que estaban preocupados y que junto con Zac habían llenado mi casilla con mensajes. Así que les aviso que estoy bien pero no les digo que termine la noche en el palacio-barra-piso de Noah.



Trato de recordar donde estaba la cocina, ya que en esta casa hay muchas puertas y con mi falta de atención termino entrando al gimnasio, luego al despacho donde al asomarme pude ver que tiene una pared completa reformada en forma de biblioteca con millones de libros, que aunque me quede fascinada no me atreví a ojear, hasta que finalmente di con la bendita cocina.



Típico de hombre soltero con dinero, tiene artefactos de cocina inteligentes, con muchos botones que no se para que sirven.



-Esto debería traer un manual de instrucciones- Murmullo para mi misma, mientras observo a mi alrededor.



En las alacenas encuentro un mini supermercado, así que elijo pan para hacer tostadas, dulces para untar, café, crema, canela, y pomelos frescos.



Pongo todo sobre la mesada de mármol blanco, que brilla como si tuviera focos, y pienso en que es mi primer momento a solas desde lo que ocurrió en mi departamento y de la promesa con Noah.



De solo pensar en mi casa, la angustia y la incertidumbre se hacen presentes.


Pero la cocina es mi espacio de catarsis y desconexión, así que me dispongo a empezar.



Pongo a tostar el pan, exprimo el pomelo, y bato la crema con canela para el café.



Cuando termino, busco una bandeja para poder llevar todo y subo con cuidado hasta la habitación.



Dejo todo lo que tengo preparado en una mesa antigua y veo que Noah sigue durmiendo, demasiado profundo.



Pienso en como despertarlo sin parecer una demente.



Entro en una mezcla de desesperación, nervios y vergüenza. Así que me dirijo al baño del cuarto y llamo a Cheryl para... no se ni para que porque esa loca se reirá de mi.



Dos timbres y atiende.



-Kia ¿Está todo bien? ¿Dónde estas? ¿Necesitas rescate?- Se oye preocupada.



- No, estoy bien Cherry. Yo solo...



- ¿Estás nerviosa, Kiana?



Puedo verla frunciendo el ceño.



-No, por Dios. Yo- Cómo se lo digo- Pase la noche en lo de Noah- Le suelto sin anestesia.



-¿QUEEEEEE? ¡EN LO DEL SEÑORITO DE OJOS AZULES?- Grita tan fuerte que se escucha aún con el teléfono alejado de mi oreja.



- ¿Quién mas, Cherryl?- Ruedo los ojos por lo obvio de su pregunta aunque no me vea.



- Cuéntame todo, tuvieron mucho sexo?- Dice hiperventilando.



- Ahora no. S.O.S, te necesito.



- ¿Preparo los analgésicos y los almohadones para sentarte?- Continúa sin escucharme- ¿Es eso, no?



-¿Puedes ayudarme? ¿Si o no? .



-Dime- Me responde mas seriamente.



-Le hice el desayuno para agradecerle. Pero esta durmiendo- Muerdo mis labios, mientras de la puerta lo miro y sigue con la respiración acompasada.

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