CAPÍTULO 9- LARGO CAMINO A LAS BRAGAS Y A MI CASA.

501 7 12
                                    

El trayecto dura como una hora, ya que mi piso se encuentra en el centro de la ciudad y el de Noah a las afueras.

Nos hemos peleado de camino por quien controlaría el stereo de su auto, y pues, ya saben quien fue el ganador con solo decir que esta sonando My Michelle de Guns and Roses, mientras yo viajo con los brazos cruzados mirando por la ventanilla del coche.
-No seas una princesa mimada- Percibo la voz de Noah.

-Oigo una mosca molesta, rondando cerca de mi oído- hago aspavientos con mi mano alejando al supuesto insecto- Creo que lo golpeare para matarlo.
Una sonora carcajada varonil y ronca llena el interior del vehículo, y solo cuando giro mi cabeza para mirarlo por primera vez en unos minutos, me doy cuenta que estoy sonriendo como boba sin querer.

-¿Si te das cuenta de lo tonto que suena que te quieras apropiar de la playlist en la segunda cita?

Mi mandíbula sufrirá una fractura si sigo al lado del descaro de este hombre, ya que no puedo evitar abrirla hasta los confines del mundo por la desfachatez que tiene.
Y sé que me voy a enfrascar en otra discusión.
-¿Disculpa?- Froto mis sienes- ¿Segunda cita?

-Si- Mide de reojo mi reacción, que en verdad es de total asombro- Si hasta ya hemos dormido juntos. Deberíamos pensar en el casamiento. Ya es momento, princesa.
Diosito, quien me mandó a cruzarme con este homo sapiens.

-Escuche eso, querida.

Definitivamente no era momento para pensar en voz alta.

-Debería decir que me gusta mas como me llevo con el homo erectus, pero como digas esta bien.

Lo miro fijamente, mientras conduce con mucha tranquilidad.

-¿No te puedes callar, no?- Pregunto falsamente fastidiada.

-Me gusta hablar contigo- Dice con voz baja y tiene esa mirada autoritaria llena de deseo que he visto en Elixir- Trae tu pierna hacia mi- Ordena directamente sin tapujos.

Lo miro tan rápido que mi cuello dio un tirón. Como dije Noah siempre me sorprende.

Sus ojos azules destellan con una intensidad inmensa.

-¿Crees que es un buen momento para jugar, Noah?

No puedo creer que me haya pedido eso mientras conduce.

-Tienes opción. Pero me encantaría que lo hicieras.

Siempre hay momentos en donde efectivamente podemos decir que es ahí donde se ha creado el antes y el después de diferentes etapas de tu vida.

Y cuando los dos coincidimos por segundos nuestras miradas dentro de su automóvil, pudimos sentir que iba a aceptar porque ambos teníamos el poder de prender de excitación al otro en cuestión de pocas palabras. Porque vi en sus ojos el entendimiento que yo tenía en los míos, de que confiábamos tanto como para compartir más que una escena en Elixir.

Carraspeo para culminar ese instante un tanto...hipnótico.

Muevo mi culo sobre el asiento y acerco mi pierna hasta pegarla a la palanca de cambios y a su mano.

-Muy bien, princesa- Me reconoce con voz suave y apreciando el acercamiento.

Rápidamente el borde de su mano blanca y grande hace contacto con la piel caliente de mi muslo.

Bajo mi mirada al único punto donde nos tocamos, y es casi eléctrica la sensación que me recorre completamente.

Ni siquiera sé si él esta sintiendo lo mismo que yo ahora mismo, pero, lo único que pediría es que nunca termine ese efecto en mi cuerpo.

Sus dedos siguen sobre la palanca, y en cada maniobra sus dedos friccionan con mi pierna.

-¿Lo sientes, cierto Kiana?

ELIXIR  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora