|| 10.

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¿Nayeon? — resuena la voz de su manager llamándola desde afuera del camerino. — ¿Qué sucede? ¿Por qué no has salido aún? — su tono se nota nervioso, insistente. — El show empieza en cinco...

Lo que el manager no sabe, es que Nayeon está muy ocupada como para responderle. Precisamente, se encuentra desplomada, retorciéndose mientras se aprieta el estómago con violencia. 

El vestido de aquella marca lujosa de la que es embajadora, diseñado específicamente para ella, se arruga, presionado contra el frío suelo. La idol, tumbada sobre su estómago en el piso, batalla con todas sus fuerzas para respirar.

¿Nayeon? — insiste su representante, tocando la puerta con más dureza. El sonido brusco la hace gemir adolorida, apretujando con más fuerza su vientre. — ¿Estas bien..?

Mierda — jadea la cantante, casi sin voz. El dolor es tan insoportable que es incapaz de tener pensamientos coherentes. Siente tanta, tanta hambre... 

Desde aquél día, Nayeon ha estado experimentando ciertos... problemas. Por alguna razón estúpida que todavía no entiende, no importa cuanto coma, sea comida deliciosa o nutritiva o chatarra, la puta sensación de hambre no desaparece. 

Es como si nada en el mundo pudiera saciarla. Y duele, joder, duele, porque está tan hambrienta que siente que en cualquier momento su cuerpo dejará de reaccionar y morirá. 

Y está aterrada. No quiere morir — es demasiado joven para eso. No ha escrito ni la mitad de canciones que quiere cantar, no ha conocido a las personas que quiere conocer, no ha disfrutado lo que siempre ha querido disfrutar... 

Ya tuvo una experiencia cercana a la muerte, gracias, no necesita otra. 

Con los últimos retazos de fuerza que le quedan, su mano temblorosa acerca una barrita de granola hacia su boca. Mastica, sabe delicioso, pero el dolor no desaparece (que sorpresa). Y tanta es su desesperación, que comienza a llorar.

Solloza, en silencio, mientras la voz del manager y de otros más que no reconocen gritan preocupados por ella desde a fuera de la habitación. La puerta es forcejeada, golpeada, y Nayeon no puede hacer nada más que gritar — pero no le sale el sonido. 

Es como si se estuviera ahogando. No importa cuanto patalee y se retuerza, no logra subir a la superficie, y el agua atorada en sus pulmones la destruye desde adentro. 

Es una completa mierda, morir de esta forma tan patética y solitaria. Intenta, con pesar, pensar en el rostro de su madre, o rememorar una última vez sus momentos favoritos, como aquella vez que ganó el MAMA al mejor album del año, o la primera vez que pisó un escenario. 

No obstante, no es capaz de recordar nada... Nada más que esa noche fría donde presenció algo que no debió haber visto, donde unas uñas inhumanamente afiladas la rebanaron, provocándole un dolor en el vientre que no recuerda tan intenso como el que siente ahora.

Es estúpido. Morir, y que lo último que se encuentre en su mente, sea la viva imagen de aquella mujer de ojos rojizos, mordiendo su cuello, dándole un beso sabor a metal. 

Bueno. Al menos es una hermosa imagen.

Puede irse en paz con eso, ¿no? 

"No seas estúpida, Nayeon."

 ¿Eh?

"No vas a morir, tonta. No dejaré que eso pase."

Esa voz...

Esa silueta...

La reconoce.

La figura de Myoui Mina es lo último que logra ver antes de perder la consciencia.


(...)

NOTA DEL AUTOR: ¿Me extrañaron? (?






❝〔 cinderella 〕❞   ;  satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora