❝〔 cinderella 〕❞ ; satzu

|| 11.

Se siente... confundida. 

Es decir, sabe que Tzuyu tiene muchos secretos. Incluso si son mejores amigas (en teoría), la más alta jamás ha sido demasiado confianzuda ni con ella, ni con Chae, ni con nadie realmente; se reserva para sí misma todos sus problemas personales y, bueno, Dahyun respeta eso. 

La cuestión es que, jamás, ni en sus sueños más locos se habría imaginado que la más alta tenía una vida secreta de fuckboy. O fuckgirl, como sea. 

Y ahora que lo piensa, ¡tiene sentido!

Es que, Dahyun sabe que Tzuyu se escapa de vez en vez de la mansión Park (¡Tiene pruebas! O sea, una foto muy borrosa que le sacó en una puro mientras se escabullía; si achinas los ojos y te fijas bien te darás cuenta que es ella) pero, la verdad, pensaba que se iba a hacer algo más... eh... como decirlo de una forma que no suene ofensiva...

Bueno. Pensaba que Tzuyu se escapaba para hacer cosas de Tzuyu.

Cosas como seguir entrenando a deshoras o quien sabe, cosas de perdedora.

Definitivamente no se imaginó que se escapaba para romperle el corazón a chicas al azar. 

— Bueno. Ya. Suficiente. — de la nada, y hablando de la reina de Roma, Tzuyu rompe el silencio. — Déjame de mirarme así. — le dice a Dahyun, con suma molestia. 

Al parecer, las cosas se pusieron muy incómodas apenas Sena... ¿Sana? tiró la bomba. Cuando volvieron de lo que sea que hayan hecho en ese baño (Dahyun espera que no sea nada impuro), un silencio incómodo comenzó a reinar la mesa. 

— Sí, sí, déjala de verla así. — secunda ¿Sena? para molestia de su amiga. — Que me pongo celosa.

Antes que pueda decir algo en su defensa, Momo interrumpe:

— Sí. Ponme atención a mi mejor, que luego yo me pongo celosa. — ríe Momo, provocando que Dahyun agache la cabeza al querer esconder su sonrojo. 

Para distraerse, mira hacia al otro lado. justo donde está su amiga. Tzuyu se ve inquieta, como si estuviera a punto de sufrir un aneurisma — visiblemente irritada, pero con un temblor de manos que Dahyun jura que no está alucinando.

En lo que mordisquea su labio (su hábito cuando está incómoda), Dahyun nota por el rabillo del ojo que Momo y Sana se susurran entre sí. Su crush le dice algo al oído y... Sena(?) ríe, y Momo le da un golpe suave en el hombro que Dahyun jura que no provoca nada feo en ella, claro que no, ningún burbujeo de celos se instala en su estómago al ver a la mayor tan cerca de la pelirroja despampanante. 

De repente, Tzuyu se levanta sonoramente de su asiento, echando la silla hacia atrás causa un estruendo que llama la atención de todas. — Bueno, ya tuve suficiente — expone, molesta, chasqueando la lengua. — Ya confirmé lo que querías confirmar. — le dice a Dahyun, quien abre mucho los ojos, sorprendida. — Que sigamos aquí las cuatro es un despropósito. Me largo. — anuncia, echándose la bolsa al hombro. 

Antes que pueda decir algo, Sena(?) se levanta también. — Hey, ¿Dónde vas? Llévame contigo.

— No te atrevas a seguirme. — le dice acusatoria a... su... ¿su ex? quién sólo sonríe divertida. Incluso si Tzuyu la está amenazando, la chica hace caso omiso y la sigue en lo que se marcha. 

Dahyun se queda viendo la escena un tanto estupefacta. Es la primera vez que ve a alguien desafiando a Tzuyu, su intimidante y muy alta amiga, de esa manera... 

Un carraspeo de garganta roba su atención: es Momo, de quien vergonzosamente se había olvidado que estaba ahí sentada, frente a ella. Luce igual de reída que siempre, y la está mirando con detenimiento. No puede evitar sonrojarse, un poco abrumada por la atención.

— Bueno. Esto fue raro. — comenta Momo, mientras se levanta y acomoda sus pertenencias también, y Dahyun siente que su corazón se rompe en mil pedazos. Tiene toda la razón, este día fue muuuy raro, y le duele un montón que su primera y probablemente única cita con el amor de su vida haya sido tan... catastrófica. Y corta.

Momo interrumpe su depresivo mar de pensamientos con una risa encantadora. — En fin. Cambio de planes. ¿Quieres ir al cine a besuquearnos y meternos mano?

¿QUÉ DIJO?

— ¡¿QUÉ?!

Dahyun siente que va a explotar. ¿Acaso escuchó bien? ¿ESCUCHÓ BIEN? ¿¡NO ESTÁ ALUCINANDO, NO ESTÁ SOÑANDO DESPIERTA?! Ay dios, ¿y si dijo otra cosa y ella de muy pervertida está escuchando lo que quiere escuchar? Y s-

— ¿Ese es un no? 

— ¡N-No, claro que no! ¡Voy contigo!