|| 15.

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Por favor, di algo.

Myoui Mina está sentada con las piernas cruzadas en frente suyo. Aunque su rostro se mantiene serio, tan rígido como la imagen que tiene en los medios, por como sus dedos juguetean con la tela de su camisa, Na Yeon puede notar que le pone nerviosa su silencio.

En vez de acatar su petición y hablar, Na Yeon hace lo contrario. Mira por segundos a la mujer que la observa expectante antes de volver a clavar su mirada en el suelo. Sus oídos, ahora sobrenaturales, captan como Myoui Mina chasquea la lengua con presunta irritación, o impaciencia, o quizás es todas al mismo tiempo.

Lastimosamente para ella, Na Yeon no tiene forma de menguar su molestia. No puede hablar — las palabras simplemente no salen de su boca. E incluso si salieran, ¿qué se supone que debe decir ahora? 

¿Muchas gracias por salvarme la vida, incluso si no te lo pedí?

¿Gracias por convertirme en un monstruo? 

¿Te queda muy bien esa chaqueta oscura, complementa tus ojos? 

¿Qué espera Myoui Mina que diga ahora?

Gracioso que no diga nada ahora, cuando en su mente bailan mil y una dudas que la torturan. 

¿Por qué? — es lo único que le permite su voz rasposa, cansada y debilucha. 

Myoui Mina le alza una ceja. — ¿Qué dijiste? No te escuché.

Na Yeon la mira detenidamente. Su rostro no demuestra emoción. Myoui Mina capta la indirecta y asiente lentamente con la cabeza. No tienen que fingir nada, ambas saben que que la escuchó con total claridad.

Bien, bien, claro.  Porque... pues... — divaga Myoui Mina. Incluso si no se conocen de nada, Na Yeon reconoce que verla así, titubeante y dudosa, es una vista de lo más extraña para alguien como ella. — Si te digo que no sé por qué lo hice, ¿me creerías? 

La respuesta de Na Yeon consiste en lanzar el vaso vacío que descansaba en su mano. El vidrio explota en mil pedazos en la pared contigua a Myoui Mina, quien solo asiente lento con la cabeza, aparentemente esperándose esta reacción por parte de Na Yeon.

Lo siento, lo siento. — Myoui Mina se acomoda nuevamente sobre su silla, descruza sus piernas y ahora mantiene una posición rígida. Su rostro le grita que se siente culpable. — Estabas en el lugar equivocado, con las personas equivocadas. No tenías nada que ver con el asunto y aún así, decidieron hacerte daño. Tu único error fue escuchar demasiado.

Estando tan de cerca, Na Yeon puede darse lo distinta que es Myoui Mina de lo que se imaginaba. Es decir, esta ni siquiera es la primera, ni la segunda vez que cruzan caminos, sino la tercera.

Aunque, a decir verdad, la primera vez ni siquiera hablaron. Na Yeon fue contratada para inaugurar un evento de la firma Myoui, y la susodicha ni siquiera presenció la presentación. Sólo la vio brevemente en la cena conmemorativa, antes de que desapareciese de su propia fiesta.

En su momento, que solo la vio por pequeños instantes, a Na Yeon comenzó a creer firmemente que esos rumores de que Myoui Mina en realidad era un cyborg, o quizás una reptiliana, que no tenía sentimientos ni intereses más allá de hacer dinero y más dinero.

¿Ahora? Puede ver que sí que es capaz de sentir. Aparentemente sintió lástima por ella, y tomó decisiones que no le correspondían.

Por culpa de Myoui Mina, ahora no es más que una sombra de lo que solía ser en el pasado. Un monstruo que se alimenta dañando a otros, un destino bastante irónico para una ídolo como ella, alguien que dedicó una vida entera en hacer felices a los demás.

Ah. Que descarada. Tanto se lamenta, tal drama está armando por todo el asunto de ser una no-muerta sin corazón. Cuando el sabor metálico de la sangre que le trajo Myoui Mina permanece sobre su boca inundando sus sentidos, tan deliciosa que sus sentidos se nublan y no puede pensar en nada más que no sea conseguir un poco más de tal manjar.

¿A qué se referían? — pregunta Na Yeon, ignorando el razonamiento de Myoui Mina, a quien nota tensándose. Por lo que nota, las cosas no están yendo en la dirección que la otra mujer esperaba. — Esa mujer... mencionó algo de ¿exterminar la amenaza desde dentro?  ¿Qué carajo significa eso?

Esas fueron las palabras, las últimas que escuchó aquél día que se sentía ansiosa un día antes de una presentación, cuando decidió deambular en un bosque a las afueras de la ciudad, el único sitio donde se alejaba de las cámaras y las luces y de todas las personas que la conocían sin conocerla. 

No recuerda demasiado. Cuatro figuras, una de ellas era Myoui Mina. No logró escuchar demasiado más que eso, porque apenas pisó accidentalmente una rama, alertó a las cuatro mujeres de su posición.

No entendió nada en ese momento, pero su instinto la instó a salir huyendo. Y eso hizo. Corrió tan rápido como pudo pero ese ser, monstruoso e invencible, no tardó en alcanzarla. Antes de que se diera cuenta se encontraba ahogándose en su propia sangre, con un corte profundo en su estomago que le hicieron unas uñas demasiado filosas como para ser humanas.

Dos voces conversaban en lo que Na Yeon caía al suelo y comenzaba a morir. A partir de ahí sus memorias son más nublosas, recuerda partes de una conversación que, la verdad, no entiende.

"No tenía nada que ver."

"Gracioso que te preocupes más por una humana asquerosa que por mi."

"Espero no tener que darle una visita a Heejin, por si acaso se te ocurre contarle a Tae Yeon de..."

"¿En serio vas a transformarla? Eso sería traición."

¿A quién o a qué estás traicionando? — cuestiona, ante la falta de respuestas por parte de Myoui Mina. 

La mujer se levanta de su asiento. Y ahora, en vez de lucir nerviosa, arrepentida o cualquier otra cosa, se ve tan seria e indescifrable como siempre. Na Yeon frunce el ceño cuando la nota dirigirse hacia la salida de su departamento. 

En tu refrigerador encontrarás una botella que te llenará un par de vasos más, si es que no los terminas quebrando también. Tengo que irme. Estaré en contacto contigo. 

Myoui Mina desaparece, cerrando de un tirón la puerta con más fuerza de la necesaria. Al parecer, ha tocado un tema que la otra no quiere responder. 

❝〔 cinderella 〕❞   ;  satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora