|| 02.

648 96 12
                                    


Desde que tiene memoria, Tzuyu siempre ha sido la mejor en todo lo que hace. Se ha criado entre elogios y todo gracias a su talento innato.

Ser buena se traduce a tener mucha presión encima. Todos esperan grandes cosas de ella y no quiere decepcionar a nadie. Por eso, no le basta con ser la más dotada, también es la más responsable. Ella es, probablemente, la única recluta que acata la regla estúpida de no convivir con las personas normales.

No obstante...

— Oh, Chewy, llegas tarde. — saluda la vampiresa sin siquiera voltear a verla, la flecha que acaba de disparar atrapada entre sus dedos, demostrándole a Tzuyu una vez más que sus años adiestrando su sentido de sigilo han sido en vano.

Llámenlo destino o como quieran. Pues hace dos meses Tzuyu se encontró en el mismo bosque a Sana. Si bien no estaba lista para perpetuar su venganza, apenas vio de nuevo esos ojos carmesí se lanzó a atacarla.

Claro, como reitera, podrá ser la novata promesa y todo lo que quiera, pero en serio no estaba lista; evadir a Tzuyu parecía un juego de niños para la vampiresa.

A Sana le divierte mucho frustrar a Tzuyu. Según sus propias palabras ''su carita de berrinche es muy linda''. Quizás, por eso se ha vuelto costumbre el encontrarse todas las noches. Tzuyu se convence a sí misma que es para matarla, pero Sana sabe que es porque Tzuyu está locamente enamorada de ella y no lo quiere admitir (o al menos, esa es la conclusión que le repite a Tzuyu y que tanto le fastidia).

Si bien al principio Tzuyu estaba más que enfocada en sus inútiles intentos, con el paso del tiempo sus reuniones esporádicas se volvieron un hábito. Al inicio Sana solo la molestaba, le coqueteaba y se reía de sus fallos. Ahora, además de todo eso, le cuenta cada pequeño detallito de su día a día como si Tzuyu fuese su amiga.

Ya que su presencia fue descubierta, Tzuyu arremete contra ella con su navaja. Sana, sin mucho esfuerzo, bloquea los ataques y a pesar de la tenue luz de la luna, Tzuyu puede notar el rostro melancólico de la vampira. En algún momento Sana se harta y toma del brazo a la humana, deteniendo sus movimientos. — ¿Puedo ser sincera contigo? — pregunta, y Tzuyu no es capaz de admitir que le preocupa ver a la usualmente risueña y burlona chica de esa forma. — Hoy no tengo muchas ganas de jugar contigo.

La cazadora debe morderse la lengua para ahorrarse el reclamo (¿¡Jugar?! Le parece un juego?!) y en su lugar pregunta — ¿Qué te pasa hoy?

Estoy triste — confiesa Sana, frunciendo los labios. Tzuyu alza una ceja — ¿Me das un abrazo? Necesito un abrazo.

No — rechaza la humana, en vano, pues la vampira ya está envolviéndola. Hace dos meses la cercanía del ser que más odia en el mundo la habría calcinado, pero ahora lo único que puede pensar es en lo cálida que se siente el cuerpo ajeno a pesar de... de su estado.

Quiero morir — lloriquea Sana, enterrando su rostro en su cuello.

¿Ah sí? Puedo ayudarte con eso — gruñe Tzuyu, y antes de que pueda bajar la mano por su cuchillo, la vampira aprieta el abrazo y la inmoviliza, continuando su lloriqueo exagerado, por lo que decide aceptar su triste realidad — Supongo que quieres que te pregunte que te pasó. — siente a Sana asentir contra su cuello — pues mala suerte, no me interes-

¡Nayeon tuvo un accidente! ¡¡SE VA A RETRASAR EL COMEBACK!! — solloza Sana con dramatismo.

—¿Y? Solo es un estúpido comeback — responde, poniendo los ojos en blanco.

Es que no lo entiendes — dice la otra en un puchero. — Eres una horrible amiga, no me haces sentirme mejor... ¿Pero sabes que podría ayudarme?

Resignada, Tzuyu suspira. - ¿Qu-

Pero antes de que pueda terminar su pregunta, Sana clava sus colmillos en su cuello.

❝〔 cinderella 〕❞   ;  satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora