|| 12.

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Creyó que si la ignoraba lo suficiente, Sana eventualmente se cansaría y dejaría de seguirla.

Que ilusa. Que tonta. Que estúpida al pensar que las cosas podían salir como Tzuyu quería que salieran, cuando Sana está involucrada.

Tzuyu ha caminado sin rumbo quien sabe por cuanto, pero para ella se sintieron siglos. Ya están por la otra esquina del centro comercial... y la molesta vampiresa sigue detrás de ella, siguiéndola cual perrito fiel.

¿Adónde estamos yendo? — oye su molesta voz detrás suya. Ella, harta, se detiene en seco, y siente una muy ligera (ligerísima) satisfacción porque la toma desprevenida y Sana se choca contra su espalda.

Ese "estamos" me suena a manada. — dice, poniendo los ojos en blanco. Sana la rodea y ahora está en frente suya. Y, como no, luce sonriente, engreída, hermosa, irritante. — ¿Sabes que esto es acoso? Podría denunciarte con la policía.

No es necesario, belleza. Si tanto querías verme con unas esposas, por allá conozco una buena sex shop, podemos i- ¡Ah! — Sana no puede terminar con su salvajada, pues Tzuyu le pica la frente.

¿Quieres dejar de seguirme?

Mmmm. — Sana tiene el descaro de lucir pensativa. — ¡No! No creo.

Tzuyu suspira, irritada. — ¿Por qué no?

Es la primera vez que te veo fuera de los bosques. — sonríe Sana. — ¿Sabes? Aunque siempre te ves hermosa bajo la luz de la luna, la luz del sol no te sienta nada mal.

Tzuyu finge que sus orejas no se enrojecen ante tal estúpido y cliché comentario. — ¿Y? ¿De verdad no tienes nada mejor que hacer que seguirme por todo el mall?

Pues no, nada, estoy aburrida.

No te creo. ¿No tienes amigos o qué? Seguro hay mil y un idiotas que mueren por entretenerte de a gratis.

Ah, claro que los hay. Pero yo prefiero pasar mi tiempo contigo. — Sana le guiña el ojo. — ¡Tú eres mucho más divertida! Eres bonita y tu sangre sabe muy rica. — confiesa, descarada. — Y también besas increíble.

Tzuyu desvía la mirada, avergonzada.

A decir verdad...

Su relación con Sana es, cuanto menos, complicada.

Si es sincera, nunca lo confirmó del todo. Cuando su familia entera fue masacrada, Tzuyu apenas tenía unos... que, ¿cinco? ¿seis años? Y los recuerdos de esa noche son cada vez más difusos.

Es decir... No se olvida de la bestia de pelo rubio enmarañado y sonrisa maquiavélica manchada de sangre, de los cuerpos de sus padres y de su hermano sin vida y drenados de sangre...

La bestia se había lanzado a atacarla a ella también. La única razón por la que sigue viva el día de hoy es por Kim Jisoo: una cazadora del clan Park que sintió pena por ella y la llevó con el resto de los cazadores.

Da pena admitirlo, pero Tzuyu está solo un 85% segura de que la bestia en cuestión es Sana. Tiene esa corazonada al menos — sabe que no debería confiar en sus memorias borrosas, pero la primera vez que la vio en el bosque, supo que debía vengarse.

Y si no era Sana al fin de cuentas, ¿qué carajos importa? Es una vampira. Tzuyu, una cazadora. Y Sana es jodidamente irritante. Claro que quiere matarla.

Sólo que... esos planes están en hold. Primero porque Sana es demasiado fuerte para su actual nivel de habilidad. Y segundo, porque...

Porque Sana también besa increíble.

Ah.

Seguro se preguntarán como fue que pasó eso.

También es algo complicado de explicar...

Bueno.

En realidad, no tanto.

Cuando Tzuyu y Sana se encontraron por primera vez, Tzuyu la acusó de haber asesinado a su familia. Sana lo negó entre risas, o más bien, afirmó que no recordaba tal cosa, que a lo mejor era cierto, que a lo mejor no lo era, que no estaba segura de ello.

Sea como sea, Tzuyu se lanzó imprudentemente a atacarla. Y, como no, Sana la superó con creces... Muy humillantemente, esquivó todos sus golpes, todas sus flechas, todas sus estrategias. Agarró el elevado ego de la taiwanesa y lo destruyó en segundos; en un momento Tzuyu intentaba atajarla con una cuchilla, y en el otro estaba de lleno en el suelo, con Sana encima suyo inmovilizándola.

Estando tan cerca Sana notó su belleza... o algo así había dicho. Y después de robarle un beso que la enfureció, escapó.

Ese primer encuentro no tardó en repetirse — Tzuyu se lanzaba sin premeditarlo mucho apenas la divisaba entre los árboles, Sana la evitaba con vergonzosa facilidad, y entre todo el jaleo Sana le coqueteaba como la sin vergüenza que es.

Y Tzuyu, pobre, débil, gay, hambrienta-de-tacto-humano(o casi) Tzuyu, no pudo resistirse a sus encantos.

¿Y quién en su sano juicio podría?

Es enfermo. Lo sabe. Completamente enfermo el sentirse tan atraída a la persona que más mal le trajo en su vida. Sana es un monstruo sin escrúpulos, uno cruel e inhumano que no merece el libre albedrío, pero Dios, mentiría si no dijera que es lo más hermoso que ha visto en su vida.

Sana es como un tren sin frenos. Violento. Impredecible. Inevitable.

¿Y qué va a hacer ella ante eso? ¿Parar al tren, con toda su potencia, con sus propias manos?

Tzuyu se intenta convencer de que tiene todo bajo control. Le gusta pensar que su juego con Sana es sólo eso, un juego, uno temporal que puede detener cuando quiera y cuando deba. Que su... "relación especial" con la vampiresa sólo es por su beneficio, curiosidad y... y calentura. No hay nada de malo en eso, ¿cierto?

Pff.

Que ingenua.

Que estúpida al creer que una adicta como ella tiene el control.

|| Nota de autor: Tuve una confusión y subí mal el cap, así que lo estoy resubiendo ajajajaja.



❝〔 cinderella 〕❞   ;  satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora