Capítulo 2: Un desastroso inicio lleno de expectativas (Kerrick)

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Kerrick

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Kerrick

Es sorprendente lo rápido que el tiempo transcurre cuando estamos en vacaciones, pues pareciera que apenas ayer estaba terminando el segundo año de bachiller, y ahora que me digné a revisar el calendario, me entero que acabo de desperdiciar mi último día de libertad encerrado viendo películas. Mañana inicia mi último curso de bachiller, una vez que por fin me gradúe, mi etapa universitaria dará inicio y podré estudiar lo que quiero y esforzarme para callar a todos los que me subestiman.

Verdad, acabo de recordar por qué mis vacaciones se sintieron tan cortas. No alcancé a obtener la nota mínima en Historia y Química, así que me tocó pasar unas cuantas semanas tormentosas con las explicaciones para nada agradables de los profesores, y después tuve que rendir exámenes preparados especialmente para nosotros; las ovejas negras que manchaban la magnífica reputación de nuestro tan elitista instituto.

Pero oigan, todo tiene una muy buena razón. A pesar de intentarlo con todas mis fuerzas, la clase de historia simplemente no me llama la atención, o tal vez pueda ser que la falta de pasión del profesor en explicarnos o al menos intentar que nos interese algún tema, es el verdadero problema. Y ni hablemos de la maestra que imparte química, pues ella solo se centra en avanzar sin siquiera asegurarse de que hayamos entendido o si tenemos alguna duda, no le importa en lo absoluto. Ambos docentes son los típicos que se quejan y hablan pestes de la mayor parte de los alumnos, y solo prestan atención a aquellos cerebritos que captan todo rápido.

Además, tampoco es como si esas asignaturas fueran realmente importantes para mí, ya que pienso seguir administración empresarial en la universidad, y una vez obtenga mi título, me haría cargo de alguna subsidiaria perteneciente a la empresa familiar. 

Y sí, no tiene sentido el querer demostrarle a los demás que soy capaz, si al final tendré todo seguro, independientemente de mis resultados en el ámbito académico. Pero tengo un plan: aceptaré trabajar al menos un par de años en la empresa para obtener la experiencia necesaria, luego renunciaré y empezaré de cero, abriéndome paso por mi propia cuenta para al final poder decir que lo hice, que aquel joven tonto, en el que nadie creía, lo logró.

Al menos eso es lo que espero alcanzar a futuro. No me gustaría estancarme y terminar convirtiéndome en lo que todo el mundo dice de mí; el holgazán que no se preocupa por nada porque tiene la vida asegurada.

—Lo juro, jamás vuelvo a dejarte elegir la película que veremos —se quejó mi amiga—. Desperdicié casi dos horas en esa bazofia.

—¡Pero si estuvo buenísima! No es fácil encontrar tan buena trama como esa.

—¿Estamos hablando de la misma película? Porque no puedo entender en dónde está lo bueno cuando nos referimos a la estúpida idea de payasos asesinos que llegan del espacio. Además, ¿viste las escenas de los asesinatos? Fueron malísimas.

Mi ambedo, tu litost (#PGP2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora