Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 2 (Blake)

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—Sabías muy bien cuán importante era que hoy destaques, no puedes verte peor que esos mequetrefes que tienes como compañeros —mi padre se gira hacia mí y repite la acción que antes hizo mi madre, pero su agarre es más fuerte y las zonas donde posan sus dedos comienzan a doler—. Qué gran decepción.

Me siento en la esquina derecha del auto y no hablo durante todo el viaje, intentando disminuir las ganas que tengo de gritar, patalear o llorar, ni yo mismo lo sé.

De soslayo me percato de la expresión lastimera que me ofrece el chófer, aumentando mi deseo de volver a casa para esconderme en mi cuarto y no salir nunca más.

Llegamos al instituto y nos dirigimos hacia la última planta, al escenario principal de este tipo de eventos. Ya hay un gran número de estudiantes y padres ocupando sus puestos respectivos, al igual que las autoridades se encuentran al frente esperando a que inicie todo.

La casi nula tranquilidad que pensé tener se ve corroída en su totalidad por la voz autoritaria de la mujer a mi lado, quien está lista para volver a hablar.

—Espero que tu lista gane, Blake —exige con los brazos cruzados—. Cuando llegue el momento, tú debes ser el que dé el discurso frente a los demás, no permitas que todo el crédito se lo lleve ese chico.

Mierda.

—Pero sabes muy bien que solo le dan la palabra al presidente de la lista, no puedo simplemente ir y arrancharle el micrófono —intervengo con la intención de convencerla, pero su expresión dura me deja en claro que acabo de empeorarlo.

—Escúchame bien, Blake —posa su mano en mi hombro izquierdo y produce fuerza—. Esto no es una petición, sino una orden que cumplirás, así que evita usar tantos pretextos, ¿entendido? —cuestiona al final, mas me niego a responderle porque no quiero hacer lo que dijo, sin embargo, ella aumenta el agarre sin importarle los leves quejidos de dolor que suelto—. Pregunté si entendiste, responde.

—Entiendo —acepto, consiguiendo que suelte mi hombro y una asquerosa media sonrisa aparezca en su rostro, como si se regodeara de su victoria.

—Y yo me ocupo de que ese micrófono sea entregado a ti, así que tu única tarea es tomarlo y hablar.

Se aleja sin esperar más respuesta, bajando por las pequeñas gradas y yendo hacia donde se encuentra mi pare, en la primera fila.

Sobo mi hombro para calamar el dolor punzante que aún se extiende por la zona y, a su vez, me esfuerzo para no dejar que ninguna lágrima escape debido a la impotencia que me invade.

Aguardo a que estemos a punto de entrar para acercarme a la lista, pues no quería hablar con ninguno de ellos y tampoco quería toparme con mis compañeros de curso, a quienes no he enfrentado aún.

Este día va de mal en peor.

¿Cuál será la jodida cereza del pastel?

Nos adentramos al escenario en grupo cuando nos van llamando, unos detrás de otros, colocándonos en fila, donde tanto presidente como vicepresidente de cada lista permanecen al frente.

Mi ambedo, tu litost (#PGP2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora