Kerrick
¿A quién le podría gustar el frío? No tiene ningún sentido, es horrible el sentir cómo se cala hasta los huesos, haciéndote tiritar y moverte para recuperar el calor. Sin embargo, la época de calor es estupenda, pues los días son brillantes y se puede salir sin ningún problema, disfrutar los hermosos paisajes y de la sensación tan vivaz.
En serio deseo que estas estaciones pasen lo más rápido posible, pero soy consciente de que cinco meses no transcurren de un día para otro y, mucho menos, cuando se trata del lluvioso otoño y el frío invierno. Pareciera que el tiempo se ralentiza y los días duraran más, envolviéndonos de la tan característica aura deprimente que muchos intentan ignorar con celebraciones vacías.
Realmente odio esta época del año, me gustaría que haya alguna manera para poder evitarla porque no quiero tener que estar en reuniones junto a mis padres, quienes seguro pasarán hablando de los logros de Genny frente a todos sus invitados, mientras ignoran por completo que también tienen a otro hijo a su lado.
Jo, debería dejar de pensar en situaciones que todavía ni suceden y faltan algunos meses para ello. Lo único que logro es bajonearme y, de cierta manera, autosabotearme.
Tengo que esforzarme mucho más, ahora tengo una gran oportunidad de conseguir algo considerable y de peso para ganarme los elogios por parte de mis padres, así podré hacerlos sentir orgullosos de mí; seré el hijo que tanto quieren.
No importa qué o quién se interponga en mi camino, haré lo imposible para ganar las elecciones y posicionarme en el Consejo Estudiantil.
—Joven Taylor, acabamos de llegar.
El chófer me regresa a la realidad cuando me avisa que ya estoy en casa, pero es ahí cuando recién me percato que afuera está lloviendo con mucha fuerza. Y no puedo evitar suspirar molesto, terminaré mojándome por completo a pesar de que, por lo máximo, hay unos trece metros para alcanzar la entrada.
—Discúlpeme, joven —habla con pena el señor luego de unos segundos, lo que me hace regresar a verlo confundido—. Ahora mismo salgo a buscarle un paraguas, olvidé traerlo, pero no me demoro, espéreme aquí —habla nervioso y muy rápido.
Lo veo dejar su celular en el asiento, gira y abre la puerta, pero antes de que salga lo detengo poniendo mi mano sobre su hombro.
—Hey, tranquilo —le sonrío cuando se gira hacia mí—, no es necesario que salgas y te mojes por nada, solo debo correr un poco y ya estoy dentro.
—No, no, joven —mueve sus manos negando lo que dije—. Es mi deber atenderle en todo lo que pueda, no puedo permitir que se moje por mi descuido, así que, por favor, solo espéreme un momento, no me demoro.
Conociéndolo como lo conozco, estoy seguro de que será imposible convencerlo, lo que me deja una opción para acabar con esto. Antes de que él intente salir de nuevo, quito el seguro y abro la puerta, salgo de un salto antes de que alcance a sostenerme.
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Mi ambedo, tu litost (#PGP2022)
Teen FictionBlake Graham y Kerrick Mills, dos chicos que lo tienen todo, sin necesidad de envidiar a otros porque a ambos se los puede considerar la crème de la crème en el instituto privado GPDG's. Pero a pesar de ello, en su vida se han dirigido la palabra, n...