Capítulo 16: Los días vuelan en tiempos de paz y las relaciones afloran (K.)

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Bien dicen que después de la tormenta viene la calma, y no he podido estar más de acuerdo con aquel refrán.

Si bien en un inicio todo se complicó por completo y pensé que no podría cumplir el deseo que me propuse, ahora pareciera que estoy mucho más cerca de lograrlo, que a pesar de cada complicación nada ha conseguido pararme ni pararnos a nosotros como lista.

Aun cuando tan solo ayer surgió un inconveniente, el cual no tuvo que haberse extendido tanto como sucedió, pues al final terminé exagerando un poquito al igual que el pelinegro. Si tan solo hubiéramos hablado desde el principio, él con la verdad y yo sin suponer, todo se hubiese solucionado temprano.

Pero ya qué, al final nos sentamos a conversarlo (en un principio siendo obligados por los demás chicos de la lista) y resolvimos el problema, aunque es verdad que hubo uno que otro intercambio de palabras.

Todavía siento algo de vergüenza por haber comenzado con mi vómito verbal sin siquiera escuchar sus razones, simplemente supuse muchas cosas y me dejé llevar por la molestia del momento. Debo aprender a no sacar conclusiones tan apresuradas.

Pero eso tampoco significa que Blake no tiene nada de culpa, porque en realidad él es igual de culpable que yo, puesto que nada más debía ser sincero desde un principio y no inventarse una mentira que cayó en minutos.

No podía engañarme aunque quisiera, ambos nos comportamos como unos mocosos testarudos.

Dejando esa pequeña dificultad de lado, nuestro primer día de campaña fue más que bien, incluso me atrevería a decir que fue un completo éxito en cada curso que visitamos.

Quedaban siete días de clases para cerrar con esta antepenúltima etapa de las elecciones, así que era una prioridad mantener el mismo ritmo de hoy, eso aumentaría las posibilidades de agradar a más alumnos y, por consiguiente, ganar a las otras listas.

Mi felicidad seguía manteniéndose en todo su esplendor, tanto que incluso me era difícil conciliar el sueño en los últimos días, aunque justo ahora había un pequeño detalle que también estaba influyendo en que no pudiera caer en los brazos de Morfeo.

Bueno, mentía. En realidad había dos pequeños detalles, los cuales involucraban a una persona en específico.

Muy pocas eran las ocasiones en las que odiaba mi curiosidad, sobre todo porque ya estaba acostumbrado a saciarla y nunca quedarme con una duda, sin embargo, Blake era una excepción y por cada respuesta que obtenía me dejaba mil interrogantes más.

Ya llevaba casi media hora dando vueltas en la cama mientras mi cabeza cavilaba cada uno de los motivos por los que el pelinegro fue permitido formar parte de una lista, ya que él estaba rompiendo uno de los requisitos más importantes.

¿Tanto quería formar parte del Consejo que pidió ayuda a su coordinador? Podría ser una buena razón, además que solo alguien con influencia era capaz de conseguir anular un requerimiento así de fundamental.

Mi ambedo, tu litost (#PGP2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora