CAPITULO 1.

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-QUE NO, DEJAME -exigi a gritos. Sin pensar en las consecuencias. Que sin duda, fueron terribles.

Y ese fue uno de los momentos en los que creí ver el final, cuando solo se trataba de mi comienzo.

...

me desperté en una camilla de hospital, abrumada al ver tantas máquinas rodeándome. Mis párpados pesaban y el llanto de mi hermana no cesaba.

Uni mis fuerzas para lograr girarme y observar sus húmedos ojos y sus mejillas coloradas.

-¿Karla?- pregunté desconcertada.- ¿Que fue lo que sucedió?-. Cuestioné aún interesada por lo sucedido, sin recordar nada.

Ella alzó la mirada y se le iluminaron los ojos al verme. Su emoción fue tanta que se levanto para abrazarme. Tendría el cuerpo destrozado pero, sentí ese abrazo con toda mi alma.

-pensaba que te había perdido -lloro aún acariciando mi rostro.- Pensaba que había ganado él - siguió lamentándose.

me dolió mucho ver a mi hermana de tal manera. Pues su esencia siempre se mostraban fuerte y valiente.

Cuando el médico entro, sonrió al ver mi presencia.

-me alegro de que ya este bien- dijo amablemente mientras yo le devolvía la sonrisa.

-gracias.

El hombre nos explico que a pesar de todos los daños sufridos, había conseguido mantenerme en buen estado.
Por el momento solo sería una semana y a partir de ahí, se tendría en cuenta mi evolución.

Tuve en cuenta mi fortuna, debido a que gracias a la velocidad de aquella ambulancia, no estaba enterrada bajo tierra. Y lo agradecía, nunca fui partidaria de dejarme morir a pesar de mi último mal momento. Podría declararme masoquista, sinceramente.

Aunque pensándolo bien. En los meses anteriores, a pesar de mi mal estado, seguí luchando, me estaba muriendo, pero luchaba por sobrevivir. Y aunque aún hayan cosas que no me guste recordar, debería sentirme suertuda por todo lo que aguanté.

...

los primeros días fueron declarados un completo infierno. Lo único de lo que constaba era mirara al techo y pensar. Mi cuerpo estaba roto y pensar me destrozaba más.
Poco a poco descubrieron más daños y lo que iba a ser una semana acabaron en 2 meses.
Agradecí la atención de mi hermana en esos momentos, pues si no hubiera estado presente, seguramente hubiese sido yo la que desenchufar las máquinas para dormir eternamente.

Los médicos me comprendieron y a la quinta semana decidieron hacer la vista gorda y acceder a que pudiera coger el móvil para comunicarme con mis seres queridos, aunque de ellos quedasen pocos.

Karla, se preocupó de comunicarlo a todas las personas necesarias y de ahí comencé a recibir llamadas.

Entre ellas destacó una de las últimas. La de mi mejor amiga, Sira.
Porque gracias a aquella charla mi vida no volvió a ser la misma.

-hola tía -salido con su dulce voz.-como estas? Mejor?.

-Si, voy mejorando poco a poco.

-oye, he estado pensando una cosa-. Propuso.

-di.

-He pensado que te vendría bien despejarte y he pensado a que cuando salgas, podríamos aprovechar que mi padre está de concentración en las rozas para que tú también vinieses, después de todo es lo que mejor seria para ti en estos momentos-. Propuso en un tono alegre-- que dices?.

-mmmmm...no se yo eh.... -dude confusa mientras que buscaba la aprobacion de mi hermana con la mirada. Ella asintió repetidas veces y obedecí - vale, pero ¿puede venir mi hermana? -añadí.

-claro que sí - afirmo ella- ¿que día te dan el alta?

-dentro de 3 semanas.

-perfecto, es justo la semana que empiezan -. Respondió alegre- ese día me llamas y paso a recogerte.

-vale -asenti y colgué.

Acto seguido, medio arrepentida, me tape la cara con la almohada y resoplé.

-que pasa? -pregunto Karla, extrañada por mi acción.- ¿no quieres ir?

Only in your eyes  •|| Ferran Torres ||• {Sin Corregir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora