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HOLA A TODXS! LES PIDO UNA DISCULPA, ME HE DEMORADO PERO ESPERO QUE LES GUSTE. COMO SABEN ESTE ES UN LEMON Y SI NO LES GUSTA ESE TIPO DE CONTENIDO, NO LO TIENEN QUE LEER PARA EL ENTENDIMIENTO DE LA HISTORIA. ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER! MUCHA LUZ PARA TODXS. 




Rin separa el beso que los une por unos instantes. Quiere ver el rostro de Sesshoumaru, después de haber soñado con él las últimas catorce noches. Quiere ser testigo de su peculiar e incandescente color de ojos.

--Te extrañe tanto...

--Fueron tan solo dos semanas, Rin; te advierto que es lo menos que viajo normalmente, podría irme por meses enteros...

Rin siente por un segundo una punzada preocupante, pero, recuerda la confesión que acaban de hacerse, y en seguida recobra confianza total. La luz de la luna la llena de energía femenina y de valentía; al menos, eso se imagina.

--Esta bien, yo te esperaré—le dice sonriendo dulcemente. –Siempre puedes buscarme si me canso de esperar, me gustaría verte persiguiéndome... – Ríe divertida por sus desvaríos.

Sesshoumaru frunce el entrecejo ante el escenario imaginario que se gesta en la broma de Rin, pero su sonrisa no desaparece.

--Yo, Sesshoumaru, no le ruego a nadie. –Dice el de forma tajante, pero mirándola con una sonrisa maliciosa. Alza el mantón elegante, haciendo que Rin se sienta aún más corta de estatura. La mira desde arriba con aparente desdén, y arquea una ceja.

Rin sonríe dispuesta a continuar con su juego, decide incluso jugarse una carta interesante.

--¿No me rogarías ni un poquito? Vamos...-- Lo mira pensando en el deseo que la invade repentinamente, al verlo tan imponente y con ese porte inaccesible que ella encuentra encantador, y esa cara mezquina que a ella le parece que le dice mucho más de lo que aparenta; ese deseo, se cuela por sus poros. Pestaña coqueta. El ambiente cambia. Ella ladea la cabeza en un gesto intuitivo, mostrándole su blanco cuello al asesino, y el movimiento de la cascada de cabello que es su cola de caballo, junto con el viento pasando por su piel, le llevan el aroma de su perfume, del chocolate y de su alborotado lívido; al menos eso le parece a él.

-- No. –Le dice con voz grave, inclinándose de nuevo, hipnotizado por la atractiva curva del cuello femenino llamándole. Entonces, Rin siente como si cayera. Sesshoumaru se abalanza a su cuerpo, la inclina como si fuera una muñeca en sus brazos, haciendo que sus zapatillas converse dejan de tocar el suelo. Ella siente la lengua de Sesshoumaru repasando la vena más ancha en su cuello, esa que delata los impulsos alocados de su corazón. Las grandes manos del asesino se ciñen en torno a su cadera y espalda –Eso es lo que te toca a ti; chica buena-- le dice entre besos húmedos, antes de succionar la piel de Rin con fuerza y sed. Ella deja salir un gemido acentuado con sorpresa, y Sesshoumaru deja una mancha rojiza que hace ver a Rin tan suya a sus ojos que, el asesino se excita enseguida, son todas las pequeñas cosas que la conforman a ella, que forman la noche. En un segundo, las emociones de un hombre tan apasionado como él (a su manera) suben como lava en el volcán de su cuerpo. Su padre le había hablado de una sensación así, la primera vez que hablaron de sexo, pero su padre, no se refería únicamente a la elección de una compañera para pasar un rato en la cama, su padre le habló aquella vez, del amor. De como el cuerpo de un guerrero con honor suficiente se doblega y se entrega a "su mujer" aquella a la que protege; por quien entregaría su vida sin pensarlo. Su familia. Le dijo que lo sentiría en el cuerpo, en el alma, con todos sus sentidos. No había creído en sus palabras, pero teniendo a Rin así, absorbiéndola como lo hace con su cuerpo, le parece lo más placentero y emocionante que su cuerpo ha experimentado.

Asesinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora