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Si bien su yo mismo suele ser un respetable e imponente hombre, se le caracteriza principalmente por "amable" o "accesible", alguien en quien confiar. En estos momentos, el Touga Taisho que los mira desde su enorme sillón, es el líder del clan samurái (por no decir mercenario) de los Inugamis. El doctor amable y accesible, colgó la bata, y el frío y calculador asesino los penetra con su mirada amenazante, al menos a Rin, pues Sesshoumaru atiende a la contienda con su propia mirada de diablo, aunque, parece confiado.

(Incluso, parece que lo esta disfrutando... demonios... estoy segura de que realmente se moría de ganas por hacer enfadar al Doctor... y ahora qué...) Piensa Rin. No le sorprende esta situación, sin embargo, tiene que sacar a relucir su valentía con creces. Confía en que todo saldrá bien. Pero, esta nerviosa. Su boca se ha secado y su cuerpo está rígido y alerta, muy cerca del de su... esposo, quien se mantiene mas bien relajado, con una mano izquierda dentro del bolsillo, denotando que le importa un carajo. Rin casi ríe al verlo así, siendo tan... malo. Siente ese amor que le tiene desbordándose, y se sonroja, tragándose un ataque de risa que le hace cosquillas en el estomago.

(Amo que sea el mismo. No es malo... es quien es... y tiene un corazón hermoso.) Piensa mirándolo de reojo.

...

Naturalmente no hubo postre. El Doctor, notoriamente enfadado se había levantado de la mesa dando un manotazo y había emprendido marcha directa a su estudio.

"Vengan conmigo ustedes dos" había dicho, y Rin pudo jurar que perdería control de su esfínter. En ese momento. Sesshoumaru tomo su copa y la terminó de un trago, después, ayudó a Rin a levantarse y la tomó de la mano para guiarla al despacho.

--T.. Toga.. -- alcanzó a levantar la voz Izayoi, pero un portazo fue lo único que se escuchó como respuesta. Solos, en el comedor; Kagome, Inuyasha e Izayoi intercambiaron miradas y quizá una cara de terror.

--¿E... Es en serio!? Sesshoumaru se casó con... con... ¿¡ella!? –Dice Izayoi aferrándose al respaldo de la silla que dejó vacía.

--Eso parece – responde Inuyasha cruzándose de brazos en su silla. –A mi me parece una locura de Sesshoumaru. Debe ser uno de sus caprichos...

--¿¡Qué!? – Kagome solo mira a su suegra y tuerce la boca desconcertada. Rin no le mencionó nada. Ni anoche, ni durante la tarde, nadie sabía que Sesshoumaru regresaría tan repentinamente

--No lo sé mamá, pero Rin es una buena chica. Espero que este imbécil sepa lo que hace...

--Rin, se veía hermosa ¿no es cierto? Ahora entiendo porque las flores en la cabeza. –menciona Kagome.

--Y su vestido... --Secunda Izayoi. –Ohhh Dios mío... -- La dama se sienta de nuevo en su lugar, y Kagome, quien también se había quedado de pie al salir la pareja y el General Perro, se desploma también en su lugar, tratando de encontrar el sentido a las palabras de Inuyasha. ¿Deberían temer por este giro inesperado? Para ser francos, Kagome se lo imaginaba, no como una seguridad que repite en su mente como una afirmación; era una corazonada. Nada más. Rin si que llegó a destrozar al viejo Sesshoumaru y a radicalizarlo. Es decir, Seguía siendo un asesino violento, ególatra narcisista y muy muy ingenioso para hacer el mal, pero ahora, parecía tener sentimientos. Recuerda el rostro avergonzado de Rin, sin embargo, sonreía. Levanto su mano sin pensárselo mucho. Ellos dos, realmente estan...

--Se casaron solos, sin que nadie hiciese algo por ellos...¡Que romántico! –Dice Kagome concluyendo sus calculaciones, imaginando a la pareja en un escenario estilo Romeo y Julieta... se toca las encendidas majillas con la punta de sus dedos.

Asesinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora