Capitulo 9 - Raíces (parte 2)

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—Eran amantes —respondió contundente —

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—Eran amantes —respondió contundente —. Por eso tantas explicaciones y por eso le dejó el grimorio a mi tío.

Todo le empezó a cerrar.

Por eso su papá nunca hablaba de su mamá y siempre que lo hacía había una aire de desdén. Por eso era irreversible esa relación de hermanos. Por eso jamás supo de Lorenzo hasta que lo escuchó a su papá maldecirlo una noche de insomnio. Por eso Ignacio jamás la iba a perdonar por haberse ido con Lorenzo, y de haberlo sabido antes, aunque no tuviera libertad alguna no hubiera viajando jamás para empezar de cero con el hombre que había cometido esa traición.

—¿Te das cuenta de lo que significa eso?
—Lo que hicieron Lorenzo y Kiara fue terrible —Empezó aseverando lo que el joven preguntaba —. Significa que nunca va a haber un consenso entre ellos, Prácticamente traicioné a mi papá.
—No me refería a eso.

—¿Entonces? —consultó, pero Iván negó con la cabeza avergonzado. El joven era más perceptivo de lo que hubiera querido. Siempre pensaba en todos los detalles y en especial si eso significaba la peor opción, pero en este caso la sorpresa de la joven había opacado su racionalidad —. Iván —reclamó y dio un paso hacia él.

—Es que tú mamá iba a dejarte con Lorenzo ¿Por qué? ¿Por qué le avisa que tomó la decisión de dejarte con Ignacio? ¿No es lo obvio en el caso que sea tu...—Se detuvo antes de terminar la pregunta.

Cómo si un balde de agua cayera en todo su cuerpo, Davina entendió su punto. Se llevó las manos a la boca y cerró los ojos como si haciendo eso pudiera apagar todas las dudas que sentía.

—Davi, lo que diga yo no significa nada. Quizá nada más lejos de la realidad —él intentó recomponer los estragos que había hecho su teoría, pero la joven solo tomó asiento consternada —. ¿Querés agua?

—Estoy bien —dijo con un hilo de vos —. Solo necesito más respuestas.

Iván se acercó a ella y se sentó de cuclillas al lado del asiento en el que Davina se mecía milimétricamente. Le sujeto la mano que descansaba en una de sus rodillas y la llevó a su boca en un roce perfecto y suave. En otro momento Davina hubiera reparada en ello, pero solo fue un pequeño aire fresco ante tanto agobio.

—Cuando quieras seguimos investigando. Pero ya fue mucho por hoy —afirmó —. Voy a acomodar las cosas que quedaron fuera de su lugar y nos vamos a ir —ordenó con firmeza para un bien mayor.

En silencio cada objeto tomó su correspondiente lugar y cuando no hubo rastro alguno de lo que pasó, salieron disparando de aquella casa que ya no se sentía como un hogar seguro. Era un nido de secreto, una caja de Pandora que se abrió pero que prometía seguir haciéndolo. Iván condujo más de la cuenta, deseando no tener que despedirla nunca, pero la realidad era otra. El joven tenía que bajarse en algún momento y Davina enfrentar en soledad las revelaciones que surgieron. Esas cartas lo cambian todo y volvían a poner en jaque sus orígenes. No había nada que negara la paternidad de Ignacio, pero tampoco negaba la de Lorenzo, de hecho esas cartas confundían absolutamente todo e implicaba nuevos interrogantes:
¿Quién era el padre de Davina? ¿Por qué su linaje era peligroso? ¿A dónde fue Kiara? ¿Por qué estuvo todo un año despidiéndose de Lorenzo hasta que un día no hubo más señales de ella?

Sobrenaturales《Disidencia》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora