[Narradora]
Día 3
El sueño que tuvieron los dejó confundidos, cada uno por su lado pero de igual modo, confundidos y algo alterados.
Su sueño era feliz, el corazón de ambos se sincronizo sin que se dieran cuenta, latían a la misma fuerza y velocidad sintiéndose bien con aquel sueño. Hasta que escucharon esa voz llamándolos, y antes de que esa voz siguiera hablando ellos despertaron con el corazón en la mano y sudando frío.
Hinata bajó las escaleras encendiendo la lamparita de su celular porque sí le había dado miedo y prácticamente corrió hasta la cocina para encender la luz y sentirse un poco más seguro.
Aunque recordó aquello que hizo que saliera corriendo hasta su habitación y sonreír como colegiala enamorada, el calor en sus mejillas no tardó en sentirlo pero se dio unas palmadas en las mismas para terminar de despertar de su ensoñación.
Se acercó a la estufa y comenzó a preparar un desayuno suficiente para dos personas. El hecho de que se despertaba temprano es por qué estaba acostumbrado, por las mañanas salía a correr por el monte donde vivía y después regresaba a su casa para preparar su desayuno e irse en bicicleta para llegar al entrenamiento matutino en Karasuno, pero al tener prácticamente unas "vacaciones" involuntarias de una semana, mínimo se esforzaría por hacer algún desayuno decente.
Mientras Hinata hacia el desayuno bailando al son de la música.
Kageyama era todo un desastre, sabía que era idiota pero no taaan idiota. Confundió el shampoo con el acondicionador, crema para la cara con crema para depilar -y mejor no pregunten por qué tenía esa crema entre sus cosas-, la pasta dental con una pomada para las hemorroides y sus pantalones se los puso al revés.
Todo le estaba saliendo mal y eso era por qué tenía dos cosas en su mente: la maldita voz que resonaba en su cabeza y el hecho de haber besado a Hinata por menos de tres segundos.
Decidió sentarse en su cama aún con medio cuerpo semidesnudo con la cabeza agachada sumiendose en sus pensamientos.
Pasaron unos minutos y él seguía en la misma posición hasta que comenzó a sentirse mareado, le dolía la cabeza como los mil demonios y se sentía demasiado cansado.— Maldición... — dijo para después agarrar su celular y mandarle un mensaje a Uenoyama y decirle que no iría a la escuela.
Ritsuka como buen amigo contestó con un emoji del pulgar arriba y con eso bastó para que se quitará la playera quedando en ropa interior para meterse debajo de sus cobijas y tratar que con una siesta se sintiera mejor para al menos llegar al entrenamiento de voleibol.
Cómo capitán del equipo, tenía que cumplir con su misión.
Tobio cerró sus ojos en un intento de quedarse dormido, él no se enfermaba pero cuando me daba una simple gripa sentía que se podría morir en cualquier momento, odiaba tanto enfermarse y ni siquiera tenía sentido el por qué se había enfermado.
— ¿Kageyama... san? — habló un externo a su recámara, había olvidado que Hinata estaba en su casa.
Lo peor que podía hacer el pelinero era ignorarlo y eso hizo, así que Hinata al no recibir respuesta abrió la puerta con sumo cuidado viendo a un bulto de cobijas que con trabajos si se lograba ver el cabello de Kageyama quien había escondido su cabeza debajo de sus calientitas cobijas.
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Sueño Irreal [Kagehina]
RandomKageyama Tobio... un chico común y corriente, con dieciocho años, aficionado al Voleibol y al anime... Un día, un señor de dudosa procedencia, le entrego un folleto que decía "Sueño irreal... Puedes traerlo a la Realidad"... un título tonto, con co...