Kageyama Tobio... un chico común y corriente, con dieciocho años, aficionado al Voleibol y al anime...
Un día, un señor de dudosa procedencia, le entrego un folleto que decía "Sueño irreal... Puedes traerlo a la Realidad"...
un título tonto, con co...
Nota: en esta ocasión cuando se use este símbolo "«" es para indicar que esa persona sigue hablando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Día 5
Él recuperó sus recuerdos, fue en un parpadear de ojos pero toda su vida paso en su mente.
Sus lágrimas cayeron de sus ojos y abrazó con fuerza al pelinaranja que se aferraba a él como si su vida dependiera de ello.
Ahora todo era claro, había recordado todo:
El accidente, su vida en otra dimensión... Y la amnesia que había sufrido después del accidente... A Hinata, su pareja.
— Supongo que querrás respuestas... L-los veré abajo. — habló Miwa cerrando la puerta, dándoles privacidad a la pareja.
Ambos se observaban atentamente, aún con lágrimas escurriendo de sus ojos pero estaban sonriendo con tanta felicidad que era inevitable hacerlo. Hinata se acercó al pelinegro para besar sus labios que tanto había extrañado, lo había besado durante este tiempo pero nada se comparaba a la felicidad que sentía en esos momentos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— No sabes cuánto te extrañe... Y-yo por alguna razón siempre me sentía triste pero no sabía por qué... — el pelinaranja depósito un besito en la frente del más alto — Ahora se que era por qué me hacías falta tú... Mi otra mitad.
Kageyama sonrió con ternura y volvió a besar lentamente a su Hinata qué tanto había esperado. Ahora se sentía completo, totalmente feliz.
El beso cada vez se hizo más demandante, queriendo fundirse en uno solo. Se abrazaban con tal fuerza que sentían sus corazón palpitar a la misma sincronía.
El pelinegro comenzó a acariciar el torso de Hinata por debajo de la ropa, robándole suspiros que eran ahogados en el beso que estaban disfrutando.
El de ojos azules, bajo sus besos hasta llegar a la clavícula del chico sentado en su regazo sintiendo como su piel se erizaba y su voz salía cada vez más.
— T-Tobio... Hgm... T-tu hermana nos está esperando. — habló entre pequeños jadeos que salían de su boca al sentir la lengua del mencionado sobre su cuello y oreja.