CAPÍTULO 2: La primera clase

41 0 0
                                    

En clase no me he podido ni concentrar, estoy demasiado emocionada por la primera clase de ballet, pero también me da miedo, porque si lo hago mal, me pueden "eliminar" de la función de navidad que se va a hacer. Lo sé porque tienen una especie de blog que anuncian las funciones que hay, quiénes son los profesores y qué da cada uno... un poco de información, vamos.

Por fin llega la hora de irme y coger el bus porque mi madre está trabajando. Ahora mismo mi corazón está a mil por hora, estoy demasiado nerviosa. Cuando llego miro hacia arriba y me encuentro con el logo de una bailarina con un tutú perfecto. Es una silueta muy bonita, la verdad. Al lado hay una silueta de una persona bailando hip-hop y luego otra que es de danza moderna. Es blanco, color mármol, y tiene unas escaleras blancas, que hace que contrasten más.

-Hola, soy Reese White. Ayer me aceptaron en...-en la recepción hay un señor serio, rubio y ojos marrones jugando a un juego.

-Ya sé quién eres, tranquila. Tu madre nos envió una foto, la necesitábamos.

-Ah vale, ¿dónde tengo la clase, señor...?

-Señor Anderson, señorita. Tu clase empieza en 5 minutos. Tienes que ir al cambiador y cambiarte ahí, y lo más importante, hazte un moño perfecto sino la señora Lawrence te va a echar de clase...

-Ah, vale. Gracias-y me voy al cambiador. Ya no hay nadie, así que me doy prisa. Pero cuando entro a la inmensa clase, me doy cuenta de que este es de danza moderna, y solo hay un chico...

-Oye pringada, que las clases de ballet son en la siguiente, no aquí-qué borde. Me fijo en sus ojos, son azules como el cielo, tiene pecas como yo y sus labios son... Tiene un pendiente en la oreja izquierda y es muy guapo, para qué mentir. Pero es un imbécil...

-¿A que soy guapo?-me dice con tono vacilón.

-Para nada, la verdad es que eres horrible. Pero bueno, que yo ya me voy.

-Sí, mejor vete, que aquí no te quiero. Venga, tira para allí-y me empuja. Es un idiota.

Llego a clase y todo el mundo me mira, hasta esa tal señora Lawrence.

-¿Y tú eres...?-me pregunta mirándome de arriba a abajo. Es de mediana altura y ojos azules.

-Reese White, señora Lawrence-y me empiezo a poner las zapatillas.

-Muy bien, empezamos en 3...2...1...¡ya!-y todos se colocan en la barra y yo hago lo mismo. La profesora me viene y me dice con suavidad al oído que tengo la espalda un poco doblada y que intente ponerme recta, como si tuviera una cuerda recta de referencia. Ese truco sirve.
-Venga, ahora vamos a dar saltos en quinta. Para Reese, imagina que eres una pluma, entonces, al saltar y aterrizar no puedes hacer ruido. Inténtalo-y le hago caso. Me pongo recta en la quinta posición y salto. Antes de aterrizar para la música para asegurarse de que la madera del suelo no suena, y así es. Mi salto ha sido el arte de la perfección.

-Maravilloso, esta chica es arte. ¿Veis, chicos y chicas? Así quiero que sean vuestros saltos, pasionales, y que intentéis no hacer ruido en los saltos. Gracias, señorita White por tu espectáculo-y me sonríe. Al parecer le he caído bien a la profesora que se supone que me iba a echar si me hacía el moño mal, en fin. De repente se me acerca un chico bastánte alto y rubio. Tiene los ojos verdes, son muy bonitos.

-Hola, soy Cam, encantado de conocerte-y me da la mano. Me cae bien.

-Yo Reese. Veo que bailas muy bien, y con estilo-y le sonrío.

-Qué va, tú bailas mucho mejor-y me sonríe de vuelta.

Cuando estamos bailando y yo estoy enseñando el salto a unas chicas que dicen que no pueden, aparece él, cómo no.

Y todo porque me he mudado aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora