Capítulo 3: Ay mi querida Tabla, cómo te odio

29 0 0
                                    

Ya quedan 20 minutos para que la clase empiece, y antes de ir para allí, decido ir a dar un paseo hasta ahí escuchando música. De repente me doy cuenta de que Liam está delante mío y que va a un parque lleno de árboles y bancos. Como tengo curiosidad de a dónde va, decido seguirle. Como dice un refrán, "la curiosidad mató al gato", y me da la sensación de que me va a pasar algo, sea bueno o malo.

-¿Por qué me sigues, Tabla?-mierda, me ha pillado. Yo me hago la tonta y sigo como si estuviera escuchando música y no le hubiera oído, y sigo corriendo como si nada.

-¡¡¡TABLA!!!-me grita a la oreja.

-¡OYE, QUE NO TE HE OÍDO!-casi me ha dejado sorda.

-No te hagas la tonta y dime por qué me has seguido hasta aquí.

-No sé de qué me hablas, Duende.

-Ay, mi querida Tabla, cómo te odio-y me coge el collar que tengo en el cuello con su dedo índice. Es del árbol de la vida, una luna, y una cadenita. Me lo regaló mi hermana, ella tiene uno igual.

-¿Qué haces? No pretenderás romper mi collar, verdad?-pero ya es demasiado tarde, me rompe el collar y me mira para ver mi reacción. Yo reacciono de la peor manera posible, que es irme corriendo y llorando a la academia. Cuando llego, la profesora Lawrence está preparando la clase, y cuando me ve se acerca a mí.

-Reese, ¿qué te pasa?

-Nada...-sigo llorando.

-Nada no, porque estás llorando. ¿Dónde está tu collar?

-De eso se trata, que el chico de ayer me ha arrancado el collar de mi cuello, pero es que no puedo perderlo, me la dio mi hermana...-y empiezo a llorar cada vez más.

-Reese, Reese, tranquila, tranquila, recuperaremos ese collar que tanto te importa. No es justo...

-Gracias...-y me seco las lágrimas, me pongo las zapatillas y empiezo a estirar después de hacerme el moño.

La señora Lawrence desaparece y cuando me doy cuenta, Liam está a mi lado sentado...

-Tabla...Toma el collar. Era una broma pesada, pero ¿por qué te importa tanto el collar?

-Eso no te incunve, ¿me oyes? Ahora déjame en paz-pero él me abraza. Este chico es más bipolar...

-¿Pero qué haces? ¡Que me dejes en paz! ¿Tan difícil es de verdad?

-Vale, como tú quieras. Toma tus collares.

-Es uno, dividido en tres partes Duende...

-Lo que sea. Venga, hasta otra-me da el collar y se va.

-Venga, empezamos la clase-y para cuando me doy cuenta, todo el mundo está en clase preparado.

-Hacemos primera, segunda, tercera, cuarta, quinta...-y así empieza la clase, como ya veo. Ligero, pero preciso.

-Señor Duncan, esas manos bien colocadas por favor...primera, segunda, tercera...señorita White, la mano izquierda más elevada...ahí, quédate quieta y dura 10 segundos ahí... los demás también...-pero me caigo a los 6 segundos al suelo. Una compañera viene a donde mí para ayudarme a levantarme.

-Gracias-y le sonrío.

-No pasa nada por haberte caído, nos suele pasar a todos-y ella también me sonríe.

-Señora Lawrence, quiero volver a intentarlo-y me pongo de puntillas con esos zapatos e intento aguantar lo máximo posible.

-Uno, dos, tres, cuatro...¡diez! Muy bien, señorita. Me da que has conseguido el papel principal. Has demostrado que no te rindes nunca, así que serás la protagonista. Pero...-joder, ya viene el "pero".

-Pero...-digo yo para que continúe.

-No tenemos una pareja adecuada para tí, necesitamos a un chico. Hemos decidido, y me da que no te va a gustar mucho, pero tú piensa que sólo es para bailar, nada más-no digas su nombre, no digas su nombre...

-Liam Jones-¡No! ¡No puedo hacerlo!

-Vale... si no hay otro remedio...-mierda, mierda, mierda. ¡Maldición!

-La cosa es que tú pesas muy poco, pero necesitamos a alguien que tenga la misma pasión que tú al bailar, y él la tiene aunque no lo parezca. Pero si quieres bailar con otra persona...

-No, da igual, ya me acostumbraré a esto...-y le miro a Cam. La verdad es que sí quiero bailar con él, la cosa es que él me odia...bueno...y yo a él también...más o menos...

-Así, vamos a empezar a ensayar. Vosotros, haréis este paso-y lo hace para enseñarlo, y así estuvimos toda la tarde hasta que se terminó la clase.

Cuando estoy yendo para casa, veo que Cam no viene ni detrás mío y no le he visto desde la academia, es raro. Pero bueno, no le doy mucha importancia y sigo adelante, y alguien me coge del brazo. Que no sea él, que no sea él...

-Ey, no me has esperado-es Cam. Menos mal.

-Sí, soy yo. Menos mal, ¿eh?

-¿He pensado en alto?

-Sí... Pero da igual, tranquila. Al menos no has dicho nada malo. Siento mucho lo de Liam y tú... que tengáis que bailar juntos y eso...-pobre Cam. Está preocupado por mí.

-No te preocupes por mí, estaré bien.

-No es eso, es que puedes caer en su trampa y luego...-entiendo que esté preocupado por mí, pero me da que no tengo elección...

-Si te pasa algo con él, tú dime y ya hablaré por ti-me abraza y se va. Es muy majo, es raro que no tenga tantos amigos.

Por fin estoy en casa, y la policía está en la puerta esperándonos a mí y a mi madre.

-Hola, venimos a comunicaros que tenemos noticias de su hija, bueno y de su hermana-en ese momento mi corazón ha dado toda la vuelta, y lo tengo a mil por hora. Tengo miedo de que le haya pasado algo.

-Bueno me gustaría informaros de algo...-me da que es una mala noticia.

Y todo porque me he mudado aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora