CAPÍTULO 8: Las pruebas médicas que destruyen

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-Reese-
Al levantarme de la cama Liam está durmiendo. Mira, al menos durmiendo parece un angelito inocente que no hace nada de nada, pero luego...

No puedo parar de pensar en lo de anoche, en el que casi nos...besamos...me quedé con las ganas, pero no puedo hacerlo...

-Buenos días Tabla-me dice mientras que se va al baño para darse una ducha creo, porque oigo el agua correr por la alcachofa de la ducha. Yo me quiero poner una sudadera, así que voy al armario a buscar una, pero no encuentro ninguna.

-Duende...¿puedo...una sudadera tuya? Es que las mías están lavándose...

-Claro. Coge esta, que las demás son demasiado grandes para tí, esta es la más pequeña que tengo-y me da una sudadera blanca con una rosa negra y unas letras chinas en las mangas. Me gusta la sudadera, es muy bonita.

-Gra..gracias...es bonita...-le digo.

-Lo sé, además, a tí te queda muy bien-me dice él, y me sonrojo un poco.

Cuando estamos a punto de desayunar, un número desconocido me llama al móvil. Yo decido cogerlo, y me voy a un lado de nuestra habitación del hotel y lo cojo un poco confusa.

-¿Hola?

-Hola señorita White, su hermana está aquí y quiere hablar contigo.

-Vale, pónmela al teléfono por favor, doctor-cuando digo eso, alguien grita por el otro lado.

-¡Reese!-casi me deja sorda.

-¡Hola Brenda!

-¿Qué tal estás? ¿Y tu academia de baile?

-Muy bien, ¡encima en la academia me han dado el papel principal!

-¡Me alegro muchísimo! ¿Cuándo actuáis?

-El 23 de diciembre. Espero que para entonces estés bien.

-Fijo que sí, me dan el alta el 20 de diciembre, así que ¡voy a ir!

-¡Qué bien! Una cosa, ¿ya te acuerdas de nuestra madre?

-Sí...más o menos....lo último que me acuerdo que he hecho con ella es el año pasado, cuando fuimos de compras cuando tú estabas con una amiga tuya...ya sabes...Emily...

-Ya...me acuerdo-desde que he venido aquí no he hablado con Emily, porque me hizo mucho daño al intentar robarme todas mis amigas, lo peor es que lo consiguió, menos una amiga que sigo hablando con ella de vez en cuando. Se llama Nicky, y es una muy buena amiga.

-¿Y qué tal está nuestro hermano, hermanita?-es verdad, Gilbert... No he hablado con él, ya que está en la universidad. Voy a llamarle después de ir a la enfermería.

-No sé es que no he hablado con él desde que se fue a la universidad, encima está en la residencia universitaria...

-Bueno, al menos habrá conseguido la carrera que quería, ¿no?

-Sí, es muy bueno encima, ha conseguido una beca para entrar ahí y encima está a siete horas. Está en la universidad de Chicago.

-Me alegro por él, de verdad. Bueno Reese, te tengo que dejar que es hora de tomar mi medicamento, está malísimo-me dice en voz baja-¡hasta el 20!

-¡Hasta el 20!-y me cuelga.

***
Es la hora para ir al médico y la verdad es que tengo miedo...Tengo miedo de tener una enfermedad que no se pueda curar o que no se pueda hacer nada por mí. Además no quiero tener una enfermedad que no me permita bailar más, de eso tengo miedo...Miedo de verdad.

Y todo porque me he mudado aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora