Esta historia está basada en la época de Bonten es decir doce años en futuro, donde una chica de 27 años agente especial de la policía busca venganza a sus difuntos padres y a su hermano herido vil mente por la pandilla más grande y temida de Tokio...
Desperté por los rayos del sol que daban hacia mi rostro, desde mi posición pude ver una vista explendida. La cama era bastante acogedora y suave pero note que Mikey no estaba a mi lado me asusté por un momento y me pare a buscarlo en aquella grande habitación pensando que algo había ocurrido con él.
—¿Mikey? ¿Dónde estás? —Pregunté asustada sentándome en la cama.
Empecé a escuchar ruidos raros, como si alguien estuviera en la habitación pero ocultara su presencia e intentará asustarme. Me pare y me dirigí a donde se escuchaba aquel ruido que era en el baño; al parecer el baño estaba oscuro y provenía un ruido y me acerqué a ver quién estaba ahí.
—¿Mikey?
—Bu~
De repente saltó de ahí con la intención de asustarme pero no lo consiguió, solo me sobresalté ya que apareció de repente pero después le mire y me reí.
—Jajaja ¿Enserio creías que me asustarias con eso? Dios si que eres un payaso.
—Um, yo pensé que si te asustarias —Aquel chico soltó un puchero.
Entonces Mikey salió del baño al parecer estaba saliendo de la ducha tenía la toalla cubriéndole de la cintura para abajo. Se podía ver su torso y abdomen descubiertos cuando note eso me sorprendí y me sonroje no estaba acostumbra a ver a los chicos de esa forma. Su figura era bastante marcada y perfecta era como ver a un modelo o al mismísimo William Levy en persona, entonces Mikey se percató que lo estaba mirando y se acercó poco a poco a mi yo solo retrocedía hasta que me topé con el borde de la cama y me senté Mikey se aventó a mi haciendo que me echará y se poniera encima mío poniendo sus manos a cada costado de mi cabeza para que no huyera.
—¿Y bien porqué tan nerviosa gatita~?—Me hablo mirándome fijamente con una sonrisa ladina.
—E-Este Mikey.... E-Estás muy cerca. —Hable nerviosa y sonrojada desviando mi mirada a un lado por la vergüenza.
—¿Te gusta como estoy? —Se apego a mi oído y me susurró e hizo que me estremezca.
Entonces Mikey me agarró del mentón haciendo que lo mire y depósito un cálido y a la vez apasionado beso en mis labios al cual yo correspondi me deje llevar por el momento, abracé su espalda desnuda pegándolo más a mi pecho, nos besamos hasta que quedamos sin aire y nos separamos dejando un hilo de saliva entre nuestros labios, Mikey se paró.
—Bien gatita vístete que iremos de compras para que tengas ropa nueva. En unos días tendremos una reunión entre jefes y tienes que estar presentable. —Mikey me sacó con delicadeza de su cuarto giñandome el ojo para finalmente cerrar la puerta.
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Después de desayunar nos dirigimos al mejor shopping de Tokio solo éramos Manjiro y yo, acompañados de algunos guardias de seguridad fui con una ropa ajustada pero comoda a la vez. La tienda estaba repleta de gente no había por donde caminar o ver.
