𝑩𝑶𝑹𝑫𝑬𝑹𝑳𝑰𝑵𝑬 | 𝑺𝑯𝑨𝑵𝑮-𝑪𝑯𝑰

[ ACT TWELVE ]

SAPHIRE QUERÍA SABER QUIEN ERA.

Después de una larga charla con Nan, ella había sugerido que buscara a una mujer llamada Lian, que era una de las pocas sobrevivientes de su aldea.

Había dudado un poco al principio, por alguna razón sintió que debía hablarlo con sus dos amigos, a quienes no había visto en un rato. Pero lo pensó profundamente, y llegó a la conclusión de que no debía esperar a que alguien más le dijera que hacer, aquella era una decisión que ella debía tomar por sí sola.

Era su pasado, sus orígenes, y su vida. Nadie más debería ser responsable de eso.

—¿Lian? —la mujer a la cual llamó dejó de jugar con las aves fénix frente a ella y se volteó lentamente.

Usaba el mismo atuendo turquesa que Nan, solo que ella se veía un poco mayor. Su cabello era blanco desde la raíz y negro azabache en las puntas, pero aún así, su rostro no tenía casi ni una sola arruga. Solo una cicatriz desde el pómulo hasta la comisura de la boca.

Lian la analizó de pies a cabeza con los ojos entrecerrados, como si estuviera intentando analizar quién era y si era de fiar o no. Solo con la mirada, juzgó su atuendo, su cabello, entre otros, haciéndola sentir un poco pequeña. Se detuvo en sus ojos oscuros, y soltó un jadeo de sorpresa.

—Tú eres... —la apuntó con su dedo índice por unos segundos, sin lograr terminar la oración.

—¿Se encuentra bien? —Saphire dio unos cuantos pasos adelante en el césped, con cuidado de no alterarla.

—Feng —soltó de la nada. Sus ojos estaban que explotaban de lo abiertos que los tenía.— Eres la hija de Feng.

Saph no iba a mentir, se sintió un poco aliviada de que ella supiera quien era. Le extrañaba, pero prefería eso a que nadie pudiera decirle nada de su padre o de lo que ella era.

—¿Usted conoció a mi padre? —le pareció estupido hacer esa pregunta, pero era por si las dudas.

—¿Conocerlo? —la mujer pareció ofendida.— Yo era su esposa.

—¿Su esposa? —la voz de Saph se alzó un poco sin querer.— Pero... él nunca la mencionó.

—Oh, Saphire —la mujer parecía deleitada con la presencia de la castaña. Se acercó hacia ella y quitó un mechón de cabello que cubría su rostro.— Todo lo que tu padre hizo fue para protegerte de esa gente, y sin embargo, estás aquí.

—¿Qué gente? —Saph tenía tantas preguntas formuladas en su mente que tuvo que reprimir el impulso de decirlas todas. Estaba tan sorprendida con Lian que con suerte se le entendía lo que decía.

—El ejército de los Diez Anillos —La naturalidad con la que Lian dijo eso fue probablemente lo que más le chocó.

De pronto, todo hizo click en su cabeza.

El día que su padre murió, había alcanzado a ver el símbolo del ejército de Wenwu en la muñeca de uno de los hombres muertos en el piso. Y los que habían entrado al rato después para asesinar a su padre, vestían similar a los tipos que vio en la casa de Shaun. Además de que Wenwu mostró demasiado interés en ella y en lo que era.

Shaun les había dicho que su padre se había convertido en una persona cruel después de la muerte de su madre. Y ahora ella tenía más que claro que era verdad.

No iba a fingir que estaba en shock por la noticia, había sospechado de Wenwu desde un principio. Su actitud le parecía extraña, su manera de actuar, hablar y hasta caminar cerca de ella era extraña. Pero ahora que estaba cien por ciento segura de que era verdad, cambiaba toda su perspectiva.