❀ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈 ❀

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Narra T/N:

Podía sentir el sol entrando por mi ventana a través de las cortinas. El sonido de las aves cantando comenzaba a escucharse por todo el pueblo. Un nuevo día había comenzado en Encanto.

Abrí mis ojos y me estiré, no suelo despertar con todo el ánimo del mundo pero tampoco soy pesimista. Me levanto de la cama y me dirijo al baño para hacer mis necesidades y lavarme la cara, después regreso nuevamente a mi habitación y me visto para bajar a desayunar.

 Me levanto de la cama y me dirijo al baño para hacer mis necesidades y lavarme la cara, después regreso nuevamente a mi habitación y me visto para bajar a desayunar

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Terminando mi desayuno me dispongo a salir de casa, pero la voz de mi madre interrumpe mis pensamientos:

-- ¿A dónde vas, mija? --la escucho decir desde la cocina.

-- Afuera má.

-- Jaja que graciosa... --responde sarcásticamente mientras sale, está limpiando sus manos con su delantal-- ya enserio ¿A dónde?

-- Saldré a caminar, pero vuelvo al rato.

-- Bien, no te demores mucho, necesitaré tu ayuda en la tienda más tarde.

-- Está bien, chau.

-- Chau, con cuidado.

Le hago un gesto con la mano para decirle adiós y finalmente salgo de casa. Lo primero que veo al cruzar la calle, como siempre, es a los Madrigal ayudando a la gente del pueblo. Podía ver a Luisa cargando unos cuántos burros, a la señora Julieta dándole una arepa a un hombre con la mano aparentemente rota, al señor Agustín tropezándose (cosa de todos los días), a la señora Alma conversando con la señora Guzmán y...

-- ¡Hola T/N! --escuché a lo lejos la voz de Mirabel, quién unos segundos después estaba acercándose a mi mientras corría-- ¿Qué tal todo?

-- Meh --dije encogiéndome de hombros-- nada en especial ¿Qué hay de tí? ¿Día ocupado?

-- Lo de siempre, ayudar aquí, ayudar allá, darle una arepa a papá por que otra vez se lastimó --suspiró-- en fin ¿irás a la ceremonia de Toñito? Me muero de ganas por verte ahí, y... --se acercó a mi para susurrar-- ella también --Se alejó, quedando nuevamente frente a mí-- Aunque sinceramente no entiendo como la soportas.

-- No lo sé, depende de qué tan tarde termine de hacer mis cosas en la tienda, pero lo más probable es que sí.

-- ¡Fantástico! Entonces te veré allá, supongo ¡Adiós! --se va corriendo, haciendo un gesto con la mano para despedirse--

-- Adiós

Seguí con mi caminata un rato más y luego de 20 minutos me dirigí a la tienda de mamá, como todos los días debía ayudarla a atender a los clientes, cobrarles, etcétera

-- Aquí tiene, serían 2 dólares señora.

-- A ver... --decía la mujer mientras sacaba su monedero-- ¿Está bien así? --me entrega el dinero--

❀❀𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚❀❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora