Narra T/N:
Podía sentir el sol entrando por mi ventana a través de las cortinas. El sonido de las aves cantando comenzaba a escucharse por todo el pueblo. Un nuevo día había comenzado en Encanto.
Abrí mis ojos y me estiré, no suelo despertar con todo el ánimo del mundo pero tampoco soy pesimista. Me levanto de la cama y me dirijo al baño para hacer mis necesidades y lavarme la cara, después regreso nuevamente a mi habitación y me visto para bajar a desayunar.
Terminando mi desayuno me dispongo a salir de casa, pero la voz de mi madre interrumpe mis pensamientos:
-- ¿A dónde vas, mija? --la escucho decir desde la cocina.
-- Afuera má.
-- Jaja que graciosa... --responde sarcásticamente mientras sale, está limpiando sus manos con su delantal-- ya enserio ¿A dónde?
-- Saldré a caminar, pero vuelvo al rato.
-- Bien, no te demores mucho, necesitaré tu ayuda en la tienda más tarde.
-- Está bien, chau.
-- Chau, con cuidado.
Le hago un gesto con la mano para decirle adiós y finalmente salgo de casa. Lo primero que veo al cruzar la calle, como siempre, es a los Madrigal ayudando a la gente del pueblo. Podía ver a Luisa cargando unos cuántos burros, a la señora Julieta dándole una arepa a un hombre con la mano aparentemente rota, al señor Agustín tropezándose (cosa de todos los días), a la señora Alma conversando con la señora Guzmán y...
-- ¡Hola T/N! --escuché a lo lejos la voz de Mirabel, quién unos segundos después estaba acercándose a mi mientras corría-- ¿Qué tal todo?
-- Meh --dije encogiéndome de hombros-- nada en especial ¿Qué hay de tí? ¿Día ocupado?
-- Lo de siempre, ayudar aquí, ayudar allá, darle una arepa a papá por que otra vez se lastimó --suspiró-- en fin ¿irás a la ceremonia de Toñito? Me muero de ganas por verte ahí, y... --se acercó a mi para susurrar-- ella también --Se alejó, quedando nuevamente frente a mí-- Aunque sinceramente no entiendo como la soportas.
-- No lo sé, depende de qué tan tarde termine de hacer mis cosas en la tienda, pero lo más probable es que sí.
-- ¡Fantástico! Entonces te veré allá, supongo ¡Adiós! --se va corriendo, haciendo un gesto con la mano para despedirse--
-- Adiós
Seguí con mi caminata un rato más y luego de 20 minutos me dirigí a la tienda de mamá, como todos los días debía ayudarla a atender a los clientes, cobrarles, etcétera
-- Aquí tiene, serían 2 dólares señora.
-- A ver... --decía la mujer mientras sacaba su monedero-- ¿Está bien así? --me entrega el dinero--
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❀❀𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚❀❀
Hayran Kurgu❀« 𝑆𝑒 𝑚𝑒 ℎ𝑎 𝑒𝑥𝑖𝑔𝑖𝑑𝑜 𝑠𝑒𝑟 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 𝑑𝑢𝑟𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎... »❀ 𝘐𝘴𝘢𝘣𝘦𝘭𝘢 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘪𝘨𝘢𝘭, 𝘭𝘢 𝘯𝘪𝘦𝘵𝘢 𝘱𝘳𝘦𝘧𝘦𝘳𝘪𝘥𝘢, 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢... 𝘓𝘢 "𝘚𝘦𝘯̃𝘰𝘳𝘪𝘵𝘢 𝘱𝘦...