Narra Artigas
Calor es lo primero que sentí, húmedo y sudoroso es lo segundo que sentía en mi cuerpo, frío es la sensación de mi cabeza.
No me quería levantar, estaba cómodo, tranquilo y en paz, pero aun así lo tenía que hacer.
Lo último que recuerdo es que le seguía a Moscú, empezó a llover y estuve unos minutos en la lluvia, después me desmaye –aunque no sé porque-, de ahí no recuerdo más.
¿Cuánto habrá pasado? ¿Unos minutos? ¿tal vez horas?
No importa, lo único que sé es que estoy en un lugar desconocido, con personas desconocidas y con intenciones desconocidos.
Obligadamente abro los ojos, pasan segundos antes de que me acostumbre a la luz. Recién ahora noto que hay una conversación, no sé dónde están conversando, pero se escuchó un poco cerca.
Levantando un poco mi mano para tocar mi frente siento un trapo húmedo y fresco, sacándolo me levanto para sentarme, no hago ruido, no quiero alertar a los humanos, si no vete a saber que quieren hacer.
Levanto mi vista del piso, para poder inspeccionar el lugar
Se ve cálido el lugar. No como yo esperaba.
Queriendo caminar, me levanto, solo para caerme.
-Eh, tal vez mi cuerpo está cansado. -Pienso.
Se ve que hice mucho ruido al caerme, porque escucho pasos acercarse, rápidamente me acuesto y finjo estar dormido.
-Ah, pensé que ya estaba despierto, pero seguro fue mi imaginación. Bueno, por lo menos está mejorando, no como hace unos días. - lo escucho suspirar.
-Aún debe estar cansado, dale un poco de tiempo. Vamos, vamos, quiero estar un poco contigo, antes que de que me valla. – escucho la segunda voz algo ronca.
¡Espera, espera, espera! ¡Yo conozco esa voz! ¡Es la de Moscú!
¿Pero que hace aquí? ¿No debería estar en la escuela? A no ser que... No, NO, NO, ME LARGO.
Levantándome como flash intento correr hacia lo que supongo que es la puerta.
- ¡Detente! –
Un comando alfa, mierda, no me puedo mover.
-Vuelve hacia acá, omega – Moscú, te amo como los mil, pero, sabes que no me gusta los comando.
Yo no me puedo controlar, mi cuerpo obedece al comando sin chistar. Levanto un poco la mirada para ver que la mierda esa –en contexto Chaco- no está como yo, sino normal, como si esto no le afectara.
-Artigas, escúchame. - no lo quiero escuchar, pero no tengo opción –Te encontramos en unos arbustos justo estaba lloviendo así que te mojaste y estuviste en reposo 3 días, en ese lapso volabas de fiebre. Así que te estuve cuidando. Ahora que estas mejor puedes comer un poco de la sopa que te hice. Mos me ayudas a llevarlo? - veo como pone ojos de cachorro.
-Bien, pero esto lo hago porque te amo, no por él. - escuche sorprendido eso. Porque rayos Moscú no dejaba que nadie lo mandara.
Siseo cuando siento unas manos calientes deslizarse entre mis axilas.
Me llevan a una cocina parecida a la sala de estar solo que esta vez hay un poco de desorden.
Cuando veo como le mierda esa mira el reloj, veo como salta sorprendido y se da la vuelta, mira directo a Moscú.
-Mos, estas por llegar tarde! Deja que me encargue de esto. ¡Vamos, vamos! ¡¡Dale cabron!!- veo como empuja al más alto hasta perderlo de mi vista.
Suspiro cuando la puerta es azotada.
-Genial, me quede con la mugre –ruedo los ojos.
-Bueno, ya que estas ahí, te voy a calentar la sopa. - dice con una sonrisa cansada, pero a la vez llena de energía.
Minutos pasan, suena un pitido, mugre se levanta y me trae el plato. Cuando lo miro un rato, lo pruebo.
Mierda
El se levanta sorprendido y preocupado.
-¡¿E-estas bien?! – se pone a mi lado, trazando círculos en mi espalda.
-¡T-te o-odio, t-te o-odio, n-no sa-sabes cu-cuanto! – porque tu sopa es buena, porque no puedo ser como vos, olvidar todo y dejar en el pasado.
¿Por qué Me recuerdas tanto a el? ¡Después de todo lo que te hice, me perdonas! ¡ASI QUE, ¿PORQUE?!
El me da una mirada comprensiva, segundo no falta para que envuelva mi cabeza en sus brazos.
-Déjalo salir, nadie te juzgara, esto quedara entre nosotros, eso, eso. - dice acariciando mi cabeza.
Lo dejo salir todo, no sé cuánto paso ni cuando mi parpados se sienten pesado, ni como nos mudamos al sofá, pero lo que si se es que entre él y yo no hay una guerra sino una paz.
No te odio, pero no te quiero, habrá paz pero no seré tan amable.
Es lo ultimo que pensé antes de caer dormido
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{Temprano accidente } Chaco x Moscú
Aléatoire[La portada no es mia, es de @ElgomezBraulio] Chaco, hijo de Chaco 1990 y San Fernando, nieto de Argentina y sobrino de los demás provincias, le inscribieron en una escuela élite donde aborda Alfas, betas y pocos Omegas, es una escuela para provinc...