Maestra Aire [Zuko]

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Para Aang y Kiki la felicidad sólo les duró 24 horas ya que después de la cena al día siguiente, le comunicaron a Aang que partiría rumbo a la tribu del agua a la mañana del siguiente día.

- vas a algún lado? - Aang se sobresaltó al oír a Kiki tras él, lentamente volteó y vio a la chica con cara sería y los brazos cruzados.

- no me detengas por favor.

era de madrugada y Aang trataba de ser lo más sigiloso para que nadie lo descubriera salir.

Se encontraban en el bosque donde descansaban los bisontes.

- no pensaba hacerlo - dejó ver una mochila que cargaba en la espalda.

- eres la mejor!

- sólo lo hago porque vi lo Abrumado que estabas, además, siempre quise recorrer el mundo, y pienso que eso te va a convertir en un mejor avatar.

- Kiki, yo...

- lo sé, no quieres ser el avatar, pero mis pensamientos sobre ti siguen igual - camino hacia los bisontes - ahora... Supongo que iremos en Appa - se subió al bisonte.

- qué pasa con tus deberes de sacerdotisa?

- serán un tipo de vacaciones, no nos iremos para siempre, cierto? - depósito su maleta en el lomo del bisonte.

- de hecho, tengo un mapa con los lugares a los que iré, cuando hayamos visitado todos volveremos.

- nos tomará unos meses - dijo viendo el mapa que le había lanzado Aang - así que es mejor irnos ya.

- yo conduzco! - dijo ganándose la mirada reprobatoria de su hermana, pero esta accedió.

Habían partido hace ya un par de horas, no tenían rumbo fijo por lo que pensaban descansar en el primer pueblo que encontrarán.

El amanecer se divisaba por el horizonte y aun seguían en medio del mar sin señal de tierra firme.

- no me gusta el aspecto del cielo - mencionó la chica mirando hacia arriba.

- por qué? Yo lo veo muy calmado.

- demasiado calmado, diría yo.

Un gran ventarrón soplo repentinamente.

- ves lo que decía?

- no entiendo que mal puede hacer un poco de viento, Relájate Kiki.

- no me refiero al viento, sino a lo que arrastra este.

- Que?

- mira allá - señaló a su izquierda donde nubes de no muy buen aspecto se dirigían hacia ellos.

- oh oh - respondió cuando comprendió que quería decir la chica - Appa, sacamos de aquí.

Sin embargo, el viento empezó a soplar más fuerte y las nubes de tormenta los alcanzó más rápido de lo que creían. El mar, que hace unos momentos parecía un espejo, ahora estaba turbulento, se concentraban en no chocar con las olas que había en frente, y no se dieron cuenta de la enorme ola que venía desde atrás.

Al caer en el agua, lo último que pudo ver Kiki, antes de caer inconsciente, fue a su hermano a quien le empezaban a brillar los tatuajes.

- Kiki! ¿Estas bien?