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Estaban en una ciudad en ruinas.

gracias a la tormenta, Sokka se había enfermado y tuvieron que detenerse para que el pudiera descansar.

Katara y Kiki lo cuidaban lo mejor que podían e intentaban que su fiebre bajase, pero el sólo empeoraba, incluso había empezado a alucinar.

- que gracioso chiste appa - hablaba con el bisonte.

Kiki necesitaba algunas hierbas para hacer un remedio para Sokka, sin embargo, estaban algo lejos del siguiente pueblo y temía por la vida de su amigo cuya enfermedad podría volverse grave si viajaba en esas condiciones.

- hay un instituto de herboristas en la cima de la montaña - anunció Aang mirando un mapa.

- perfecto, así podré hacer una cura - dijo Kiki.

- es más, tal vez ellos ya la tengan hecha. - le respondió Aang.

Katara había empezado a toser y estornudar, al parecer Sokka, que ahora se creía un maestro tierra la había contagiado, por lo que los maestros aire decidieron ir en busca de la cura.

Lamentablemente no podían ir volando ya que estaban cayendo demasiados rayos.

La ventaja fue que al ser maestros aire utilizaban este para impulsarse y correr más rápido por lo que en unos minutos ya habían llegado al Instituto.

Aang se acercó a una anciana y le dijo de los síntomas que tenían sus amigos mientras la mujer sólo murmuraba lo que parecían ser ingredientes para comida de gato.

Kiki no dijo nada al respecto ya que se había mareado, aunque la sensación sólo duró unos segundos.

La anciana le dijo que sólo necesitaban ranas congeladas del pantano.

- claro! - dijo Kiki - tienen propiedades curativas excelentes.

- que esperan? ¡Largo! - les dijo la anciana y los hermanos salieron corriendo sin embargo fueron frenados por flechas que los habían sostenido al suelo por la ropa.

Trataban de quitar las flechas, pero Aang casi no tenía fuerza y Kiki estaba débil.

- a..achú! - Kiki estornudo y gracias a eso salió volando, liberándose de las flechas.

- oh no, tú también te enfermaste - dijo Aang mientras corrían tratando de escapar de los arqueros sin embargo Kiki freno bruscamente y se desplomó en el suelo.

- corre! - le grito a Aang antes de cerrar los ojos.

Despertó encadenada, sus brazos y piernas tenían esposas que la sujetaba a la pared, parecía ser una prisión de la nación del fuego, su único consuelo fue que se sentía mucho mejor que antes, ahora sólo le dolía un poco la garganta.

En otra celda, Aang trataba de liberarse de las cadenas cuando escucho ruidos fuera. Por la puerta, entra un hombre con una máscara de demonio color azul. Por un momento pensó que iba a asesinarlo, pero este sólo corto las cadenas.

- quién eres? - el hombre misterioso sólo hizo una seña para que lo siguiera - espera! - el hombre se volteó - mi hermana también está aquí, por favor, está enferma.

Regresó por donde había venido mientras revisaba celda por celda, Aang lo imitó.

Kiki estaba en su celda tratando de pensar como liberarse cuando el estruendo de la puerta al abrirse la hizo voltear a esta.

Maestra Aire [Zuko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora