Capítulo 4

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ARQUÍMEDES

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ARQUÍMEDES

Mi primer día de clases fue horrible, me sentí como un tonto todo el tiempo, no los entendía de nada de lo que hablaban.

Madre fue por mí en la tarde, sonriendo mucho esperando a que le contara todo mi día en el camino, pero las palabras no salían de mi boca, ella me preguntaba el típico ¿Cómo te fue? Y yo soltaba el básico bien. No quiera mentirle a mi madre pero, mi mentira la haría sentir más tranquila.

— Fueron muy amables— eso la animo. Sonrió contenta.

— Amo escuchar eso, es una buena noticia. ¿Algún amigo?— me pregunto, escondí mi labios y asentí.

— Un par— era mentira, no hable con ninguno más que con Cesar.

Pero ella estaba contenta. Por fin su hijo anti social había echo amigos. Solo me dedique a ver por la ventana mientras ella me platicaba sobre su trabajo. Madre es accionista en el hotel Caliente, medio Tijuana lo sabe.

Cuando llegue fui directamente a mi habitación. No quería hacer tarea, era viernes tendría todo el fin de semana, aunque hacerla ahora me aseguraba un fin de semana libre. Suspire profundamente y con mi rociador desinfectante bañe mi mochila, mi ropa y mis libros. Me quite la ropa e hice que Hara, la sirvienta me lavara mi ropa del día. Antes de cambiarme, con una toalla mojada limpie mi cuerpo, con agua y jabón, tire los guante y el cubre bocas. Lave mis dientes y mi cara, así pude cambiarme para por fin hacer mi tarea a gusto.

Desperté deseando ser menos perezoso que ayer, y sé que algunos deseos no se cumplen.

Me levante de la cama y vi mi mochila encima de una mesita al lado de mi escritorio, el fin de semana había acabado. Me puse de pie y quite las sabanas, las doble y las puse en el suelo afuera de mi habitación, la sirvienta pasaría en cualquier momento para llevarlas a lavar. En mi closet ya estaba el uniforme de la escuela; pantalones negros, camiseta blanca con el escudo de la escuela, jersey escolar azul y el saco amarillo. Puede ser muchas cosas pero el uniforme es lindo. Tenía un papel con la letra de madre. Tuvo una emergencia del trabajo y no podría llevarme a la escuela, Jerry el chofer me llevaría.

Pase mi rutina normal, desayuno y unas palmadas en la espalda a mí mismo para volver a la escuela. Hoy me lleve a la escuela un rociador con liquido desinfectante, por si las dudas y gel anti bacteria...

Llegue a la escuela sin mi traje de astronauta, conservaba mis antiparras, el cubre bocas y los guantes, pero ahora me sentía más ligero que ayer. Me despedí de Jerry y camine hasta mi primera clase. Matemáticas.

Mientras caminaba por el pasillo vi que la puerta de mi salón estaba abierta, no tendría que preocuparme por tocar la chapa de la puerta, eso me subió un poco el ánimo.

Cuando entre encontré la misma reacción que ayer, todos me miraban como si fuera un bicho raro. Tal vez lo soy, un bicho muy raro. Llegue a mi pupitre y este estaba manchado de tinta.

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